CAPÍTULO
V
“EL PASAJE DE LUZ”
Después
de adaptarse en su nueva realidad al ver cruzado la gran muralla, se internó en
una pequeña aldea, necesitaba aliviar el peso de su corazón, su hermano Roel le
había salvado de una muerte segura, había cumplido la promesa que le hizo
cuando su madre adoptiva murió por el filo de la espada de uno de los soldados,
su mente empezaba analizar todos los sucesos rápidamente, mientras observaba
que otras personas le hablaban pero evitaba escucharles, se encontraba aturdido,
hasta que unas fuertes palmadas se colocaron delante de sus ojos verdes que aún
estaban turbados por la asimilación de los hechos.
—
“¡Ey!, ¡ey!, ¡levántate!. Se escuchó una voz cercana.
—
“¿Quién… eres?...” —dijo él con dificultad por la brillante luz del sol y con
mucho dolor en todo su cuerpo le dificultaba caminar así que sintió el apoyo de
alguien más hasta que se desvaneció por medio de la calle, la gente murmuraba
que quizá sea algún sobreviviente de la masacre reciente. Después de una pocos
metros este le dejó descansar.
Su
cuerpo dormía plácidamente, el haber cruzado la barrera de la gran muralla lo
había dejado exhausto, además, todo cuerpo que se someta a un cambio radical de
tiempo el dolor corporal en un humano era natural, es así, que en el sueño en
el que se encontraba… se había transportado sin la menor idea a un espacio muy
tranquilo y brillante donde su alma flotaba, el sonido de unas cascabeles
sonaban, eso le hizo abrir sus ojos verdes y notar que estaba en una superficie
levitando y podía visualizar a alguien idéntico a él. Intentó decir algo pero
el otro solo le señaló con su dedo que guardase silencio, le observó y
colocando su mano sobre la frente del otro, le transmitió sus recuerdos, un
aura dorada invadió su alrededor siendo absorbida por su organismo y una voz
resonaba en el ambiente. “Escucha los
lamentos y gritos… ese eras tú… el niño que habita en tu interior seguirá
lamentando la muerte de su hermano… pero ahora ya eres un adulto, solo tienes
que aceptar que en tu mano derecha siempre tendrás una espada la cual solo
acudirá a ti cuando la necesites”. El joven estaba incrédulo al escuchar
las palabras de su otro yo quien poco a poco iba desapareciendo ante sus ojos. “Recuerda… no eres un niño atrapado en un
cuerpo adulto, tu mente también se ha desarrollado, para probarlo solo
necesitas aceptarlo y te sorprenderás de lo que serás capaz de hacer…”. El
sonido de la puerta cerrar lo despertó y notó que estaba en un viejo tronco que
servía de asiento colectivo, en el momento que iba a preguntar la otra persona se
le adelantó— “¿cual es tu nombre y de donde vienes?”
—
“Yo… soy Joshua de la aldea norte y usted es…?”. No tenia idea de como había
llegado a la casa de un desconocido. Sus cabellos castaños se habían vuelto
rubios claros de larga longitud y estaban todos sueltos y alborotados.
—
“Emilio de la aldea noreste, te preguntarás que haces aquí…” —sacó un
cigarrillo de su bolsillo y lo encendió— “solo necesito hacerte unas cuestiones
sobre lo que pasó haya adentro de las tierras de ese inmundo sujeto que se
proclama Rey o gran señor dueño de este mundo”
—
“Ese tipo…” —apretó sus manos del recuerdo vivido— “acabó con todos los niños
incluyendo a mi hermano mayor…”.
—
“¿Le odias?”.
—
“Si, haré lo que sea para vengar a mi hermano”. Se levantó muy seguro de si, “tiene
que pagar por todo el daño que ha hecho”.
—
“Crees que con ira y sed de venganza lograrás tus planes… jajajajajajajaja”.
Tiró su cigarrillo y le dijo— “anteriormente fui soldado y eh visto las peores
muertes que te puedes imaginar y justo por jovencitos como tu, así de
impulsivos tratando de aliviar su dolor y hacer justicia con sus propias
manos”.
—
“Que puedo hacer entonces, si no es vengar a mi hermano, ¡no puedo quedarme
tranquilo!, ¡no puedo!”. La impotencia era notable en su rostro el cual se
resistía a no hacer nada.
—
“Deberías recibir algún entrenamiento si es que quieres sobrevivir a este
mundo, de lo contrario no garantizo tu existencia” —comentó el sujeto de barba
corta y cabellos negros en su mayoría recogidos por una coleta, su pantalón y
camisa eran de color negro de notorio desgaste, con postura firme junto a unas
botas oscuras y en su cinturón derecho llevaba una katana la cual era el arma
que portaba, le observó fijamente y el observar los ojos del muchacho le
recordó a su difunto hijo, su semblante cambio en ese momento de serió a amable
extendiéndole su mano y diciendo– “vamos, vive y se feliz sin la sombra de tu
pasado, yo seré tu maestro”.
Después
de aceptar la oferta, ambos se hicieron buenos amigos, no sólo le enseñó a
manejar a la perfección técnicas de espadas con la katana que perteneció a su
hijo, sino también a olvidar el rencor que había en su alma por tales sucesos
de su niñez, comprendió que no era rival para alguien que había permanecido
milenios en el mando, así que lo único que estaba a su alcance era proteger a
la gente de las aldeas vecinas y lograr su supervivencia, eso se había vuelto
parte de su trabajo junto a Emilio, ambos recibían grandes pagas por capturar a
delincuentes y evitar masacres en los pueblos aledaños. Todas las tardes se
reunían para entrenar y cuando iban de compras por el pueblo no había mujer que
se les resista sobre todo a los encantos de Joshua, era muy amable y atento con
todas.
—
“Deberías de hacerle caso a una por lo menos, cada vez que vamos de compras
siempre pasa lo mismo” —comentó Emilio al ver la popularidad que había ganado
su discípulo y buen amigo.
—
“Ya te eh dicho que solo soy amable, no confundas las cosas, además… aunque
tenga este cuerpo adulto no puedo encajar a la perfección…”. Se detuvo a ver el
horizonte mientras el viento soplaba.
—
“El haber escapado y sobrevivir no te hace diferente a los demás, sigues siendo
tu en el interior y eso nadie lo va cambiar” —sacó una manzana de la bolsa que
llevaba en brazos— “puedes tener el brillo como esta manzana” —señaló— “pero no
el dulce sabor ni la madurez suficiente, si aun no reconoces quien eres…”, con
lo último se refirió aquel sueño extraño que tuvo, el cual le había comentado
cuando sintió la suficiente confianza, no había secretos por que como bien le
dijo el rubio en una oportunidad “eres como el padre que nunca llegué a conocer
y al cual respeto y admiro”.
—
“Lo se…” —respondió— el viento empezó a soplar más fuerte y el sol fue cubierto
por las oscuras nubes, “creo que lloverá, regresemos a casa”. El sonido de unos
pasitos corriendo en el campo, hizo que ambos se detuvieran al ver a una niña
pelirroja de unos siete años y de trajes bordados, “es de familia noble” —dijo
el de cabellos negros– “si…” —asintió Joshua.
—
“¡Ayúdenme!, ¡Ayúdenme!, ¡papá!, ¡mamá!’ —aclamaba la pequeña y al observar a
ambos jóvenes corrió al primero que tenia al frente sujetando fuerte la ropa
del rubio— “¡ayúdeme por favor señor!, ¡un monstruo viene tras de mí! —empezó a
sollozar la pequeña de terror.
Los
ojos verdes habían quedado paralizados, ante la escena que había presenciado,
pensó por unos segundos— “yo… lucía de la misma forma que esta niña cuando pedí
ayuda a ese joven llamado Kibo, esta pequeña es tan frágil como cuando tenia su
edad”. Le sostuvo entre sus brazos sintiendo como temblaba, mientras ella le
abrazaba fuerte del cuello, este le dijo— “no llores… todo va estar bien,
nosotros te protegeremos”.
Emilio
estaba más que satisfecho al ver las emociones encontradas de Joshua. Pero al
ver lo que en el cielo se había formado un enorme remolino y estaba por caerles
a ambos, gritó— “¡¡¡Cuidadooo!!!”.
Gracias
a la advertencia de su amigo, el rubio pudo escapar pocos segundos antes de que
un rayo les cayera encima. En brazos con la niña empezaron a correr mientras en
su interior de Joshua aquella voz se impuso nuevamente en sus pensamientos “Recuerda… no eres un niño atrapado en un
cuerpo adulto, tu mente también se ha desarrollado, para probarlo solo
necesitas aceptarlo y te sorprenderás de lo que serás capaz de hacer…”. “¡Maldición!”
—musitó con furia— “que puedo hacer yo frente a una tormenta que nos persigue
intentando matarnos con sus rayos”, el viento fuerte los arrastró entre los
arbustos, golpeando a Emilio contra un tronco quedando inconsciente, eso
preocupó a los ojos verdes que en ese momento solo tenía una sola cosa en mente
y eso era “proteger”, debía proteger a la pequeña y a su mentor, padre y amigo.
“¡¡Debo protegerlos!!!” —gritó fuertemente—
de su brazo derecho una luz celeste dio forma al surgimiento de una
espada dorada, “¿eh?” —se sorprendió y a
la vez recordó— “el niño que habita en tu
interior seguirá lamentando la muerte de su hermano… pero ahora ya eres un adulto,
solo tienes que aceptar que en tu mano derecha siempre tendrás una espada la
cual solo acudirá a ti cuando la necesites”. “Esta es la espada que
mencionó mi otro yo”.
—
“Puedo sentir la presencia… de tres joyas en sus cuerpos…” —se escuchó una voz que
provenía de la tormenta— los rayos cayeron uno tras otro en un mismo punto
dando a notar a un gigantesco lobo blanco de filosos dientes, de ojos claros y
de aura electrizante, quien se iba acercando poco a poco hacia ellos.
—
“¿Qué es lo que quieres de nosotros?” —preguntó el rubio a la bestia que tenia
en frente, “¿por qué persigues a una niña que no puede defenderse?”.
—
Un engullimiento de agua se escuchó y el lobo se hizo pequeño y con temor
mencionó— “siento haberles asustado, no fue mi intención, solo quise hablarle a
la niña y de casualidad los encontré a ustedes, yo… quería decirles que también
soy una joya solo que no puedo mostrar mi verdadera identidad salvo cuando
reconozca a mi dueño con el significado de esta joya”.
Después
de parpadear perplejo por lo que había dicho el lobo, preguntó— “¿cuál es el
nombre de tu joya?”.
—
“Confianza”.
—
“Así que era eso, bueno…”, no entendía bien lo que sucedió —lanzó un suspiró—
“supongo entonces que deberás disculparte con esta pequeña la cual atemorizaste
por completo… pero antes puedes quitar esa aura eléctrica que te rodea, podrías
matar a alguien con eso…”.
—
“Lo siento”, unos segundos después era como un natural lobo blanco.
Al
bajarse de los brazos de Joshua la niña observó al lobo y le dijo— “ya no eres
un monstruo como antes…”. Se asombró al ver lo pequeño que era, este se acercó
y le lamió la mano. “¡que lindo!” —comentó ella sonriendo.
—
“¿Qué sucedió…?” –sujetó su cabeza el joven de cabellos negros.
—
“¿Te encuentras bien Emilio?”, ¿no te hiciste daño?” —le preguntó al verlo
levantarse con una de sus manos sobre su cabeza y cierto dolor en su rostro.
—
“Si, solo me golpee la cabeza… ¿quién es este lobo?” —su cara se puso pálida a
ver a ese animal cerca de una niña.
—
“Él era quien perseguía a esta niña, pero descuida, no nos hará daño, dijo que
cada uno tenemos joyas en nuestros cuerpos…. por cierto, ¿a qué te refieres con
eso lobo?”.
—
“No me llamen lobo, tengo un nombre, pero…” —cerró sus ojos blancos— “mi nombre
al igual que mi verdadera identidad serán revelados cuando encuentre a mi
dueño”.
—
“Entiendo… pero de alguna forma tenemos que llamarte, que tal si quien te
coloque un nombre temporal sea esta niña, que hasta el momento no me dice cual
es su nombre” –comentó el rubio y a la vez sonrió.
—
“Esta bien” —aceptó el lobo, mientras la niña de cabello rojo y de profundos
ojos azules se presentaba, “soy Sara, hija del Duque Dana —se inclinó con
respeto hacia Joshua y Emilio, luego volteó a ver al lobo— “me gustaría que te
llames Etel, significa noble” —sonrió.
—
“Es extraño que una niña logre entender el leguaje de un lobo y aún mas que no
se atemorice por escucharle hablar” —comentó el joven de cabello negro.
—
“Es debido a que ella y al igual que ustedes poseen joyas en sus cuerpos, por
eso logran entenderme y comunicarse a la perfección conmigo.
—
“Nos debes una explicación sobre eso de “joyas”,
por que sinceramente no entiendo nada” —comentó incrédulo el de ojos verdes y a
la vez concordó con su amigo el mismo asunto.
—
“Esta bien…” —asintió el lobo— “así como en el mundo humano las joyas son
preciadas por su belleza y riqueza material, en el mundo de Hiya, es decir el
nuestro, tengo conocimiento que hubo una vez un humano que desafió las leyes de
nuestro gran señor y decidió reunir las fortalezas más notables de la gente y
convertirlas en joyas, con el espíritu del dueño en su interior, en total llegó
a juntar 24 pero al enterarse de esa rebelión en su contra, nuestro señor le
puso una maldición y le selló en un espejo, el cual entre los espíritus y
bestias le conocemos como espejo de la verdad, por que aún con la maldición” —la
cual desconozco— “esa persona prometió que todo ser vivo que entrase en este
mundo olvidase su pacto con el gran señor, de esa forma tendría más
oportunidades para salvar su alma y conseguir su deseo a través de la leyenda
del espejo de la verdad.
Todos los
presentes habían quedado pensativos ante la historia que Etel —el lobo— había
contado. Sara acotó diciendo— “mi padre sabe más acerca de esa persona, hace
pocos días le escuché hablarle a una paloma y decir que los sellos algún día
llegarían a romperse, pero no se a qué se refería con ese comentario”.
—
“Pequeña Sara, nos guiarías a donde es tu casa para poder hablar con tu padre” —comentó
un inquieto Joshua.
—
“De paso te dejamos sana y salva en tu hogar” —aseguró Emilio. El lobo asintió
en señal de aprobación.
-
“Claro”.
Aseguró la niña y en brazos del rubio les señalaba el camino.
Después
de pasar una pradera estaban a pocos metros de llegar a la cima de una colina,
cuando vieron que un castillo era atacado por unos monstruos los cuales
avanzaban rápidamente.
-
“¡Papá!,
¡es Papá!,” —había gritado la pequeña pelirroja— “¡ayúdenle por favor!”.
Al
descender de inmediato a la mansión, este dejó ir a Sara junto a su padre quien
estaba a pocos metros de la puerta principal con el frente de soldados en
custodia, mientras él, su amigo y el lobo se colocaban en posición para pelear
contra esa bestia.
—
“Veamos de lo que es capaz esta espada” —comentó mientras sus ojos destellaban
un fuerte brillo dejando ver nuevamente su espada dorada en su mano derecha. Su
amigo desenvainaba su katana y el lobo volvía a ser de aspecto gigante y
electrizante.
—
“La fragancia de rosas esta en este
sitio, debo terminar con ellas” —musitó el monstruo que tenia un cuerpo
verde, cubierto de grietas y cuatro ojos grandes con los cuales visualizaba el lugar
exacto a sus oponentes. “entréguenme a
esa niña”.
—
“Eso jamás” —comentó el padre de la pequeña.
El
monstruo se adelantó y de su boca expulsó una gran masa de energía hacia los
recién llegados. Joshua colocó su espada para detener el ataque, el cual dio
resultado, sin embargo no evitó que la bestia le golpease con uno de sus
gigantescos brazos con filosas garras. El lobo se lanzó sobre la cabeza
dejándolo sin tres de sus ojos y lanzándole rayos desde el aire, haciéndole
retroceder unos pasos, Emilio dibujó la estrella de cinco picos la cual se
iluminó y con un destello celeste empezaba a atacarle. El rugido de la bestia
fue evidente cayendo al suelo y a la vez se desintegraba hasta desaparecer.
—
“Eso fue rápido” —comentó Joshua levantándose desde una esquina.
—
“No aun no termina” —dijo su amigo buscando la presencia del monstruo.
Un
temblor en la entrada hizo que la tierra se abriera y de su interior saliera
nuevamente dos brazos que sujetaron al padre y a la niña la cual dio tremendo
grito de terror.
—
“No dejaré que le hagas daño, maldito” —murmuró el Duque Dana con total furia
en esos ojos azules— sujetó fuertemente a su hija, creando un campo para
protegerse mientras todo a su alrededor se convertía en llamas las cuales
empezaron a rodear al monstruo formando un tornado de fuego, el lobo por su
parte desde el cielo, lanzó numerosos rayos que se acoplaron con las flamas,
eliminándolo por completo.
—
“¿Se encuentran bien?” —preguntó el padre de la niña descendiendo ileso,
mientras los demás se acercaban.
—
“¿Qué le pasa a Sara?” —inquirió Joshua al ver que la niña no estaba despierta.
—
“Esta desmayada pero no sufrió ningún daño” —sonrió el pelirrojo— “disculpen
los disturbios presentes, ese tipo de monstruos vienen muy seguido a esta
mansión”.
—
“¿Por qué lo hacen?” —preguntó el rubio.
—
“Que les parece si pasan unos momentos a la mansión, así conversamos con mas
calma los detalles de los sucedido”.
—
“Si”, se adentraron a la mansión Joshua, su amigo y el lobo ya de tamaño
pequeño.
Después
que habían degustado de unos exquisitos manjares y bebidas, el padre de Sara
regresó de las habitaciones, “ahora duerme tranquila”, les comentó a los demás
quien en el semblante notaban preocupación. Se dirigió a una de las ventanas y
empezó a decir…, “ustedes son igual que nosotros, esa fuerza no es natural de
seres humanos comunes…”.
—
“Seres humanos comunes… eso significa que usted también posee una joya en su
cuerpo, ¿verdad señor?” —repitió el de ojos verdes.
—
“Así es, pero quien me preocupa es mi hija, ella también posee una, sin embargo
aun no ha logrado despertarla del todo, supongo que es cuestión de tiempo…”.
—
“Ya veo…” —comentó el de cabellos negros— “nosotros vinimos a este lugar para
traer de vuelta a su hija, la encontramos muy asustada corriendo por el prado y
es que un animal raro la perseguía pero resultó ser un lobito muy tranquilo”.
El
lobo intercambio miradas con Emilio y una chispa empezaba a tensarse entre
ambos, “ustedes dos, tranquilícense” —intervino Joshua antes que empezasen a
destruir algo en la mansión.
—
“Veo que se llevan muy bien” —le surgió una idea— “quisiera pedirles que sean
parte de la orden secreta Sellos”.
—
“¿Sellos?...” –repitió el rubio.
—
“Es una orden que fue creada hace muchos años pero que pocos han logrado seguir
en contacto, temo que pueda desaparecer…”.
—
“¿Cuál es el propósito que sigue esta orden?” —preguntó Emilio.
—
“Aparte de buscar a las demás joyas, capturamos y eliminamos a los monstruos y
bestias espirituales que nuevamente asechan este mundo… recuerdo cuando era
niño, no había tantas muertes como las hay ahora… ”.
—
“Nosotros hacemos lo mismo en la aldea noreste y pueblos aledaños” —comentó
Joshua interesado por el nombre— “no creí que los nobles también se interesaban
por el bienestar de los plebeyos y menos que formasen un grupo poseedores de
joyas para evitar masacres a gente inocente”.
—
“Así es, la orden es la única forma era reunir a los poseedores vivientes de
joyas y poder unir fuerzas contra el mal que nos asecha”.
—
“Si ese es el caso”, se cruzó de brazos el de cabellos negros, “no tengo problema
en acoplarme a su orden, ¿qué opinas Joshua y tú lobo?”.
—
“No tengo objeción alguna en seguirles” —comentó sonriendo el rubio, en cambio
el lobo se manifestó preocupado, diciendo— “no se si deba… puesto que estoy
buscando a mi dueño y esa es una de la razones de mi existencia”.
—
“Lo sabemos, pero quizá tengas mayores oportunidades de encontrarle a través de
la orden, sin embargo puedes utilizar el tiempo que desees para hacerlo por tu
cuenta, total somos un grupo libre, ¿verdad señor?” —preguntó Joshua.
—
“Si” —sonrió— “además me atrevería decirte que pronto le encontrarás”.
—
“Gracias señor, siendo así, y como esta anocheciendo, debo retirarme fuera de
la mansión, cualquier ayuda llegará a tiempo por que mi vista es el viento y mi
fuerza en las tormentas eléctricas”.
Todos
observaron al lobo alejarse y convertirse en rayos hasta perderse en el
cielo nocturno. “No se manejar la espada
de mi brazo derecho, la cual aparece cuando la invoco, pero eso no es
suficiente, debo descubrir más sobre su poder que ésta posee…” —comentó Joshua
observando en aquella noche la luna llena.
Los
días pasaban y Am desaparecía por las mañanas, Kibo no le extrañaba eso,
necesitaba tiempo para poder adaptarse a ser una humana. Lo único que le
preocupaba era que se lastimase por que ya una vez había llegado con los puños
llenos de sangre de lo que según ella intentaba romper una roca, no hablaba
mucho ni daba ordenes como lo solía hacer, era demasiado para ella y cuando el
sugería alguna otra ruta para seguir ella no le contradecía solo le seguía en
silencio.
—
“¿Am se encuentra bien?” —le había preguntado directamente en la noche después
de cenar— sin embargo ella no respondió, eso ya no lo podía soportar, se
adelantó unos pasos y notó que sus ojos violetas estaban entumecidos como si
estuviese ciega o algo así. “Am por favor, puedes decirme que te pasa, estoy
preocupado por su actitud estos días”.
—
“Solo debemos ir por las joyas… por las joyas… por las joyas”. Kibo le tomó del
brazo para que despertase del trance que se encontraba hizo que reaccione
“¡¡¡DEBEMOS IR POR LAS MALDITAS JOYAS!!!” —le gritó y salió corriendo entre los
arboles, dejando al chico en total perplejidad y la sombra que estaba a su lado
solo le dijo que necesitaba tiempo para aceptarse.
—
“No puedo soportar este cuerpo, no puedo…” —sollozaba mientras corría a toda
velocidad— “quiero regresar a mi mundo, ¡¡¡QUIERO REGRESAR!!!” —gritaba
mentalmente, mientras resbaló por un acantilado, “estoy cayendo…, quizá moriré
y de esa forma regresaré a mi mundo… no importa si debo pagar los crímenes de
otro, yo no deseo seguir en este lugar, no quiero vivir así…”. Un rayo hizo que
uno de los arboles sirviera de soporte, de tal forma que la chica recibiera el
impacto con las suaves ramas de éste y un remolino de viento a su alrededor
evitó una trágica caída. Tirada en el suelo sin el menor daño, ella observaba
al firmamento, “porque no me dejas ir a mi mundo, yo debí morir al caer, sin
embargo me has salvado, por que…”.
— “No debes rendirte, cada vida es valiosa…
¿acaso no tienes alguien a quien proteger?”.
—
“Creí tenerlo… pero todo ha cambiado y ya no tengo el poder que tenia, soy una
simple humana, débil y frágil que puede morir en cualquier momento, por eso… yo
no deseo permanecer a su lado… solo quiero regresar a mi mundo…”.
— “El poder que antes tenias sigue estando en
tu interior, quizá solo es cuestión de practica y volverás a tenerlo”.
—
“Eh practicado hasta que mis puños sangrasen, ya nada es posible…”.
— “Todo es posible si crees que es posible,
si te rindes antes de empezar nunca sabrás el resultado, por eso cree en ti
misma…”
—
“Esta bien… lo intentaré una última vez…”, se levantó, cerrando sus ojos
recordó como manejaba su magia anteriormente, todas aquellas batallas que había
logrado ganar con éxito, el brillo de sus ojos violetas se hizo presente, “Nunca
me rendiré” –sonrió– el sonido del viento deslizándose sobre su piel pálida
azotando su capa, la llenaba de vitalidad nuevamente, alzó dos de sus dedos en
su mano en un ángulo de noventa grados y le dio rotación perfecta hasta
completar la circunferencia, la cual se había tornado azul brillante, al mismo
tiempo que ella mencionó con ímpetu, “¡¡¡hyacinthum
anulum!!! (anillo azul)”. Después de unos minutos que éste ligero tornado
despareciese, la joven de cabello blanco estaba más que feliz, su magia había
regresado, solo era cuestión de confianza la cual había perdido después de
enterarse que era humana. “Gracias, quien quiera que seas, me has ayudado
tanto” —sonrió— “¡estoy tan feliz!”.
—
“Yo igual” –un viento suave hizo
aparecer a una persona de cabello blanco largo y de orejas puntiagudas, de piel
pálida, sus ojos eran blancos con algunos destellos celestes muy claros y su
vestimenta era cubierta por una capa blanca, sus pies descalzos y de manos
largas con garras pequeñas, se adelantó unos pasos hacia la joven y se arrodilló
ante ella, “por fin eh encontrado a mi
autentica dueña”. Le extendió una de sus manos “por favor no tenga miedo, soy una de la joyas a quien le pertenezco”.
—
“¿Eh?” —un leve sonrojo apareció en su rostro pálido— su mano se extendió con temor, sin embargo al
tocarlo sintió una calidez que la hizo sentirse bien, era una sensación extraña
para ella así que no sabia como definirla en ese momento “¿tu eres mi joya?…
¿me perteneces?…” —comentó ella con duda.
— “Si” —dijo el observándole— “no sabe cuanto tiempo le estado buscando… mi
ama”.
—
“Gracias por salvarme” —le sujetó su mano y abrazó a su interlocutor el cual se
quedó paralizado por la reacción de su ama— “si no hubieras llegado… hubiese
muerto y quizá regresado a mi mundo de soledad en el cual viví, pero sabes…” —le
sujetó sus mejillas con ambas manos— “tu eres diferente a Bo y eres lo mejor
que eh podido conocer, estoy muy contenta” —volvió a sonreírle mientras que el
chico estaba perplejo por tal recibimiento y afecto.
—
“Después de todo mi nueva ama es una
chica muy dulce” —pensó— “tuve suerte
de encontrarla”.
—
“Vayamos a donde esta ese tonto de Bo, seguro como es muy tarde debe estar
preocupado” —caminaba cerca del chico.
— “¿Quién es Bo?” —preguntó con total
curiosidad.
—
“Es un humano muy torpee, en realidad se llama Kibo, pero le digo Bo, por bobo
jajajajajajajaja”.
Le
surgió una gota en su cabeza al escucharla, sin embargo notó que se expresaba
como algo superior a los humanos, unas ideas cruzaban por su mente— “¿acaso ella no lo era?... porque si es así…
¿que le sucedió para estar como humana?, quizá por ese motivo, no tenia deseos
de vivir”.
—
“Es justo ahí, en la fogata” —corrió alegre y a pocos metros de él le dijo— “Bo,
e recuperado mi magia gracias a él…”, en ese momento su cuerpo se sentía muy
pesado e iba cayendo al suelo, la persona quien le salvó la sostuvo entre sus
hombros diciendo– “esta dormida”.
—
“¿Quién eres?” –musitó Kibo al ver que llevaba en brazos a Am.
—
“Soy su fiel amo, quien no la abandonará
y estará con ella por siempre” –le dijo y notó el desconcierto de los ojos
grises.
—
“Oh ya veo, entonces es cierto lo que dijo Am, le ayudaste a recuperar su
magia” –sonrió– “estaba preocupado por ella al verla tan deprimida estos días”.
— “Así que se llama Am…” –pensó y se
animó en preguntar– “¿ella no era humana,
verdad?...”.
—
“No, no lo era, ella era un ser mitad bestia mitad humana, con dones mágicos y
de una habilidad sorprendente, pero… ocurrió algo desafortunado hace una semana
la cual la convirtió en humana, cosa que ella detesta y se había sumergido en
la soledad y tristeza, al punto de no querer probar bocado ni hablar, cosa que
es extraño por que siempre es muy enérgica y le gusta dar ordenes”.
Al
escuchar las palabras del chico este descubrió que habían muchas cosas que
desconocía de su actual dueña y más aun lo doloroso que había sido el perder su
figura original y eso de detestar a los humanos y dar ordenes pues le surgió
una gota, pues no le parecía a simple vista, “se le ve muy tranquila durmiendo… no parece ser la persona que usted
menciona” —comentó.
—
“Bueno…” —sonrió— “aunque llevo un corto tiempo de conocerla, ella ha cambiando
un poco y se ha vuelto un motivo importante para seguir en nuestro viaje” —un
leve bostezo de cansancio y de sueño se hizo presente— “creo que iré a dormir” —sonrió—
“ahora estoy más tranquilo por Am, gracias por cuidarla”. Se recostó sobre unas
cobijas que llevaba y quedó dormido al instante.
Después
de unos minutos en que la última flama de fuego se apagase la sombra que les
acompañaba apareció en la oscuridad de la noche, “¡Oh!, eres el espíritu de la
confianza quien rodea a la loca esta” —una risa burlona empezaba a fastidiarle—
“te compadezco, quien llevas en brazos es una loca histérica y con falta de
juicio jajajajajaja, mira que hacer huelga de hambre… que chica”.
—
“Creo que quien tiene falta de juicio es
usted sombra, debería cuidar su forma de expresarse de mi actual dueña” —frunció
el ceño— “debe guárdale respeto de lo
contrario…”.
—
“Oh esa mirada da miedo” —empezó a reír sin parar— “tu no puedes hacer nada,
por que soy una sombra que se compadece de la desaventura ajena jajajajaja” —hizo
un gesto cómico de pena. Unas chispas empezaban a tensar el ambiente, “quieres
pelear, que serio estas jajajajajajaja, hay nunca antes me divertí tanto
jajajajajajajaja”.
Con
sus ojos dirigió su mirada hacia donde estaba la sombra y dos rayos le cayeron
muy cerca. Y una sonrisa de satisfacción iluminó al de cabellos blancos,
mientras que el otro le decía— “¡oye!, ¡por un poco atinas al blanco!,
deberíamos hacer un pequeño duelo”, se animó. Mientras el otro respondió— “no me gusta derrochar energías en algo que
no vale la pena”. El otro empezó a exasperarse “¡oh!, si así son las cosas,
ya veo por qué elegiste a esa chica como tu protector, son tal para cual”. “¡Que dijiste!” —murmuró el otro con
enfado. Así la pasaron en batallas verbales toda la noche hasta que amaneció.
Ambos
chicos sabían que no podían ocultar la verdad por más tiempo, de manera que
invitaron a Alexa un café mientras la preparaban para la noticia.
—
“Discúlpanos por decirte mentiras, dada tu condición no podías recibir algo que
afectara tu salud en el hospital, por eso preferimos callar y esperar un poco más…” —asintió Ismael— “en verdad…
sentimos mucho lo que pasó…”.
—
“¿Que?... no comprendo lo que dices y no respondes a mi pregunta… acaso él…” —sujetó
sus manos sobre su rostro al pensar lo peor– “acaso el esta…” —palideció por
completo— “no es cierto… no… no…”.
—
“Hay Ismael que dramático eres” —comentó el rubio tratando de aclarar las
cosas– “amiga el no esta muerto por si pensaste eso… el aún vive… solo que… hay
como explicarte… es muy confuso…”.
—
“Noa explícate por favor que ya no puedo más con ésta angustia” —aseveró la
chica sujetando su bolso con sus manos temblorosas.
—
“Cálmate Alexa, vayamos a un lugar mas privado, para que puedas ver a Kibo” —comentó
Ismael quien llevaba el libro en su mochila. Caminaron hacia un lugar apartado
donde se reunían para estudiar para los exámenes, ahí Ismael abrió su mochila y
sacó el libro con temor por la reacción de ella. “Alexa… después que recibiste
aquel cuchillo por tratar de proteger a Kibo, yo te vi morir en los brazos de
él, pero unos segundos después el hizo un tipo de encantamiento con un libro mágico,
en el cual ofreció su vida para salvarte y posteriormente desapareció en el
interior de este libro…”.
—
“¿Es broma verdad?, no juegues conmigo de esta forma Ismael, él no puede estar
en un libro, ¿¿¿qué clase de mentira es esa???”.
—
“Amiga yo estaba igual que tu al principio” —agregó el rubio con un a gruesa
gota al recordar su primera reacción al saber la verdad— “sin embargo para que
puedas creernos puedes tocar el libro y podrás ver que éste es diferente…”.
Ismael
extendió el libro a manos de Alexa y ésta al colocar su mano sobre él, lo
retiró enseguida y se sobresaltó al notar lo especial que era.
—
“Es… este libro tiene temperatura, ¿cómo es posible?”. Intentando utilizar toda
su cordura y asimilar lo que su amigo le había narrado de aquel día.
—
“Kibo esta en el interior, este libro guarda su temperatura corporal y aunque
estamos haciendo investigaciones por tratar de liberarlo aun no hemos
conseguido nada…”.
—
“Gracias por decirme la verdad amigos”, la chica sujetó al libro y lo abrazó,
con tal afecto que provocó algunas lágrimas entre sus amigos principalmente del
rubio, “no importa lo que tenga que hacer, te traeré de vuelta”, sus mejillas
fueron invadidas por gotas cristalinas que brotaban sin parar de los ojos
azules, “mi amado Kibo…”.
—
“Nosotros te apoyaremos en lo que podamos” —comentó Ismael y Noa le siguió— “así
que arriba esos ánimos, no descansaremos hasta traerlo de regreso”.
—
“Si, gracias”.
Al
llegar a su casa, esta dejó caer su bolso y colocó el libro sobre su
escritorio. “La calidez que hay en su interior no ha cambiado, sigue siendo la
misma que sentí en la fiesta, esa noche del baile…” —sujetó un sillón y tomó
asiento observando con detenimiento el libro— “como es posible que hayas ido en
contra de mi deseo Kibo, ese día, en ese momento yo… quise que tu vivieses, sin
importar lo que pase…”. Rompió en llanto, “porque fuiste en contra de mi
voluntad ese día, por que…” —sujetó al libro y le abrazó— “eres un tonto al
dejarme así…”. Sus lágrimas fueron cayendo al libro sin que ella se diese
cuenta y un ligero brillo apareció en décimas de segundos, provocando que ella
caiga en un profundo sueño.
—
“Iré por unas frutas, el día es perfecto” —dijo el de cabellos negros—
dirigiéndose hacia unos arbustos, dejando a Am y a ese joven a su cuidado. Al
dar unos pasos, los latidos en su pecho se hicieron mas fuertes y dolorosos,
“que sucede… por que este dolor” —nuevamente los latidos se hicieron más
fuertes— parecía que iba a estallar o detenerse al mismo tiempo, “ahh…” –se escuchó un quejido– “esto no me
gusta…”.
— “¿Se encuentra bien?” —comentó el chico
de cabellos blancos, “¿necesita ayuda?”.
—
“Estoy bien, descuide, son solo unos malestares frecuentes” —sonrió— “¿aun no
ha despertado?”.
— “No”.
—
“Regrese junto a ella y cuídela mientras voy por comida para desayunar”.
— “Si”. Observó como se alejaba y comentó—
“a este chico le sucede algo, pero que
puede ser… veo que ha sido elegido como el contenedor de las joyas de poder,
pero no creo que resista, su cuerpo es demasiado débil”.
Nuevamente
el dolor en su pecho hizo que este se detuviese en el camino a la aldea vecina,
“si esto sigue así… no podré quedarme por mucho tiempo en este mundo…” —apretó
fuerte su camisa soportando el dolor— “siento alivio que Am ya tenga un guardián
que la proteja, eso hace que me sienta tranquilo por un lado y por el otro
inquieto, si no puedo llegar hacia el espejo de la verdad, ni reunir las 24
joyas, ya no habrá forma de regresar a mi mundo, ni ver a mis amigos”, sintió
todo oscuro. Cayendo desmayado en el suelo, mientras que la niebla apareció a
su alrededor.
—
“Esta vez acabaré contigo… y con esa
chiquilla entrometida…”. Poco a poco un aliento oscuro se introdujo en el
cuerpo de Kibo, dejando al verdadero sujeto a unas cadenas en ambos brazos y
lleno de hilos el resto de su alma. “Esta
vez su voluntad es mía y con lo débil que estas, no sobrevivirás por mucho
tiempo” —se levantó del suelo— “voy a
divertirme con este cuerpo hasta que mueras por completo”. Se dirigió a
darle el encuentro a esa chica que quiso detenerle, sabia que aun estaba con
vida, así que siguió su aroma y pronto la encontraría.
Después
de una breve reunión en la biblioteca de la mansión del Duque Dana, Emilio
comentó sobre la figura que mencionaba como próximo espíritu maligno suelto,
que había matado a 10 personas en la aldea robándoles el alma y dejando cuerpos
vacíos sin vida, su sello y fuente de poder era el pelicano, un ave derramando
su sangre para sus pequeñuelos, lo cual está basado en una antigua superstición
que se ha comprobado que es falsa. Cuando se creía en esto, pero, el pelícano
fue adoptado como símbolo de Cristo derramando su sangre por la Iglesia y la
humanidad.
—
“Sin embargo” —agregó el Duque con total seriedad del caso— “ésta es una
interpretación puramente teológica del símbolo; hay otro significado que es
completamente místico” —continuó— “es el
símbolo del propio sacrificio; indica que en la medida en que damos lo nuestro,
nuestras posesiones, nuestras adquisiciones intelectuales y nuestras
habilidades, así nutrimos nuestras virtudes, desarrollamos nuestro carácter y
nuestra personalidad, y a medida que los años pasan nuestro propio sacrificio
se refleja en buenas acciones que perduran más allá de nuestra vida y son el
reflejo de los sacrificios que hicimos”.
—
“Aunque sigamos las huellas de su sello que dejó en los fallecidos, es poco
probable que encontremos un ave de gran tamaño y con ganas de devorar el alma” —comentó
Joshua de forma poca oportuna, a la vez que recordó y comentó— “por otra parte…
algunos de los aldeanos que vieron aquella posesión de cuerpo, dijeron observar
una niebla antes de que el aliento oscuro invadiera a la víctima”.
—
“Si es así, debemos darnos prisa, las últimas noticias de mis subordinadnos
dijeron ver una extraña niebla dirigirse al este” —dio unos pasos y comentó el
Duque Dana— “no esta lejos de aquí, vamos e impidamos la siguiente masacre”. Expresando
esas palabras y al notar que todos estaban de acuerdo, salieron en el primer
carruaje.
La
ligereza de su cuerpo que sentía era extraña, al abrir sus ojos azules pudo
notar que estaba en una oscuridad total, “¿dónde estoy?” —se preguntaba— a lo
lejos un destello de luz le advirtió que quizá sea esa una salida de aquella penumbra.
Al llegar cerca de aquella luz, pudo notar que era el brillo de unas cadenas y
unos hilos muy finos y a la vez cortantes, pero quien le sorprendió ver era que
había alguien aprisionado, no distinguía bien quien era por que los cabellos
oscuros ocultaban su rostro. Cuando se colocó en frente de la persona cuya
respiración era muy débil, su ropa lucia desgastada pero lo que la dejó
perturbada fue ver ese reloj, era el mismo que llevaba Kibo esa tarde antes del
incidente con los delincuentes. “No, no es posible…” —se apresuró a levantarle
su cabeza con sus manos y con la angustia no le importó cortarse con los hilos
que estaban alrededor del chico— “no puede ser…” —el asombro y la impresión al
ver a la persona que tanto esperaba estaba en su delante, musitó levemente—
“Kibo…”, como si los hilos cortasen su voz en ese instante del impacto al
observarle.
El
frio que sentía era distinto al clima de la hermosa mañana, era algo
inquietante y a la vez lleno de maldad, el primero en avisarle fue la sombra
exasperante que había discutido por varias horas, dejó a su dueña envuelta en
una de las cobijas la cual aún no despertaba. Mientras él se transformaba en un
lobo blanco gigantesco.
—
“¡¡¡AHHHH!!!” —gritó la sombra de verlo tan grande— “esa es tu verdadera
naturaleza como bestia, ¡¡¡en serio que asustas!!!”.
— “¡¡¡Ya cállate!!!, que el enemigo anda
cerca” —respondió el lobo mientras formaba un campo eléctrico a su
alrededor.
La sombra y el
lobo quedaron estupefactos al ver a la persona que se acercaba, envuelta de una
total oscuridad y de ojos dorados ere Kibo, mientras a su alrededor una niebla
marcaba su paso, éste al verlos y notar que la chica estaba profundamente
dormida, hizo un gesto de fastidio, “tenia
planeado jugar un rato con esa chiquilla, pero mientras ella despierte me
divertiré con ustedes” —comentó con una sonrisa retorcida apareció en el rostro
del joven.
—
“Pero, ¿quién diablos eres tu y que le
hiciste al chico?” —preguntó la sombra.
— “Soy “Niebla” conocido por el sello del
pelicano como devorador del almas y ese chico, no tiene mucho tiempo, muy
pronto absorberé su alma y mi señor estará feliz” —comentó el de ojos
dorados— “los siguientes serán tú joya y
aun no entiendo que hace una sombra ayudándoles, ¡eso es traición y se paga con
la muerte de lo que resta en tu alma!”.
—
“Como si no supiese el castigo por la traición, ¡maldito!”. Aprovechó la
oscuridad que se había formado en el cielo y de su frente un sello se iluminó
al rojo vivo y le comentó al lobo “no creas que eres el único que se puede
transformar en bestia” —sonrió— mientras su cuerpo iba creciendo y adoptando la
forma de un cuervo gigante de ojos rojos —comentó— “¡vamos que esperas!, ¡esta
lucha se termina aquí y ahora!”, sabia muy bien que si el escapaba lo demás al
enterarse le iban a buscar para eliminarlo.
— “Dame tu mejor golpe… si es que puedes…”,
la sonrisa burlona hizo que el cuervo saliera del campo eléctrico que había
formado el lobo y se encontrase frente a frente con su atacante.
Una
bola de energía fue despedida por el cuervo hacia el joven de ojos dorados,
quien con un ligero brillo en sus vistas, detuvo el impacto, creando un campo
de energía alrededor de él, “soy el mejor
en hechizos y aún más puedo decirte que así intentes crear una ráfaga cortante,
yo detendré tu ataque”.
—
“Imposible, también tienes la habilidad de leer las mentes” —se asombró el
cuervo.
Mientras
el lobo solo observaba a detenimiento lo que ocurría y no podía interrumpir una
batalla entre espíritus, además tenía que proteger a su ama, la cual no
despertaba con semejante ruido y movimiento, eso le preocupaba.
— “No te esfuerces en querer despertarla, por
que no lo hará, solo es un cuerpo vacío por que su alma ha sido transportada a
otro mundo” —comentó Kibo con molestia— “es una lástima quería disfrutar de su ira una vez más pero por lo menos
gozaré destruyendo su cuerpo en pedazos jajajajajajaja”.
—
“¡Rayos!” —dijo el lobo quien extendió a totalidad un remolino en el cielo y
aulló fuertemente— “no dejaré que toques a mi ama” —gruñó con enfado— mientras
le daba el apoyo al cuervo con una lluvia de rayos las cuales impactarían al
sujeto insoportable. Sin embargo éste alzó una de sus manos y dibujo su sello
deteniendo ambos ataques.
—
“Ese aullido es del lobo Etel” —mencionó la niña pelirroja la cual había
insistido en acompañarles— “estoy segura, es él”. Haciendo que los demás
detengan el carruaje y salieran por un momento, “es por allá” –comentó Emilio
indicando la posición de la tormenta— “¡vamos lo más rápido!”, los caballos
salieron a todo galope a la dirección mostrada.
Sus
manos le acariciaban el rostro, tratando de que despertase, “Kibo… respóndeme
por favor… Kibo”, le llamaba la dulce voz e Alexa con desesperación de verlo
atrapado ahí y tan débil— “vamos, Kibo háblame por favor, Kibo…”. Empezó a
sollozar al no tener respuesta, “que puedo hacer para que despiertes…” —dijo
ella aturdida y al mismo tiempo notó que éste empezaba abrir sus ojos con
dificultad– “eso Kibo tu puedes, despierta por favor…”.
Los
ojos plomos empezaron a distinguir a una joven de cabello castaño y de ojos
azules, “esos ojos los eh visto antes… no recuerdo donde…” —comentó al ver a la
extraña tan cerca de él y sosteniendo su cabeza con sus manos, “¿quién… es
usted?...”.
La
chica se quedó inmóvil por unos segundos al escucharle hablar así, “acaso… no
me recuerdas…”.
—
“No, pero… usted no debería estar aquí” —asintió— “yo… moriré pronto… y no
quisiera que ese sujeto le haga daño…”.
—
“Quién me esta haciendo daño en este momento son tus palabras Kibo” —dijo ella
con enfado y una idea se cruzó rápidamente— “sin embargo… así me hayas olvidado
yo haré que me recuerdes…” —comentó inclinándose un poco hacia él, dejando que
sus labios toquen los suyos por primera vez– ella no sentía temor alguno, solo
expresaba sus sentimientos, éste al leve contacto se sonrojó de inmediato y con
sus ojos muy abiertos de la sorpresa por lo que acababa de hacer la chica
desconocida.
Un
dolor de cabeza se notó en el sujeto de ojos dorados en ese instante, “¿qué fue eso?...”, mi cuerpo se estremeció
por completo y mi cabeza parece estallar, es imposible que él intentase
liberarse, no tengo reacción alguna en este cuerpo de algún corte, sin embargo
colocaré una barrera más, no quiero fallas otra vez”.
Después
del inesperado beso que recibió ella se apartó y le abrazó, “no quiero que
mueras Kibo… tu eres lo más importante para mí y quiero que regreses al mundo
real sano y salvo”, le abrazó fuerte mientras sollozaba sobre el cuerpo
encadenado. En ese instante una fuerte presión hizo que Alexa se alejará varios
metros de él, mientras éste le observaba “ese sujeto a creado una barrera… no
debe acercarse…por favor…déjeme solo en esta oscuridad…”.
—
“¡¡¡Kibo!!!” —gritaba repetidamente ella golpeando aquella barrera que los
separaba— “¡¡¡Kibo!!!, ¡¡¡no te abandonaré!!!, ¡¡¡me escuchas!!!, ¡¡¡no lo
haré!!!”.
—
“Esta chica no se detiene… sus manos están sangrando… pero no es por golpear la
barrera, son cortes de estos hilos al cual estoy atado…”. Sus ojos plomos se
abrieron al pensar que ella no le importó lastimarse por estar a su lado,
“porque lo hace… por que…”. Al recordar las palabras que esta le dijo después de
aquel beso, el cual le hacia sonrojarse de solo volver a recordarlo —la observó y vio que unas cadenas oscuras
empezaban a rodearle sin poder escapar— “¡¡¡Kiboooo!!!, “¡¡¡ahhhhhhh!!!”” —gritaba
ella mientras intentaba liberarse, pero las cadenas la iban alejando más y más.
Él por su parte extendió su brazo recibiendo algunos tajos por los hilos —pensó—
“espera… ¡espera!” —exclamó mientras ella iba desapareciendo ante sus ojos—
“vive… por favor…”, fueron sus últimas palabras que dijo él al verla desparecer
por completo.
— “¡Rayos este cuerpo ha empezado a
despertar!, sin embargo con lo débil que está no podrá liberarse, su sangre
esta corriendo eso lo debilitará más de lo que está, así pronto morirá” —comentó
el joven de ojos dorados al ver que uno de sus brazos empezaba a brotar sangre—
con unos ligeros movimientos de manos, devolvió el ataque a ambos, dejando al
lobo a lo lejos en el suelo y al cuervo levantándose con dificultad. “les
llegó su fin” —murmuró— la niebla avanzó hacia la sombra, logrando
inmovilizar al cuervo gigante con varios aros negros, mientras el lobo se
imponía a la defensa nuevamente a pesar que los aros lo invadían lentamente, “¡sello de poder ven a mí!” —señaló
abriendo ambos brazos ante si, un círculo le empezó a rodearle, el símbolo de
un ave se hizo notorio, cuando se disponía a terminar a ambos, una aura azul
empezó a cubrir el cuerpo de Am, la cual se levantaba y con la mirada violeta
volteó a observarle y sus ojos se tornaron rojos al desenvainar su espada, la
cual fue cubierta en espiral por su magia, “YO SERÉ QUIEN TE LIBERE DE ESE
SUJETO, ¡¡¡ESCUCHASTE MOCOSO!!!”.
Los
ojos del lobo se quedaron estáticos al ver que su ama, tenía un aura mas
terrible que podía imaginar, el grupo de Joshua y demás habían llegado y
observaron la escena, la pequeña pelirroja quería intervenir pero su padre le
detuvo, diciendo— “aún no hija… ”, ante la negativa de su padre, acudió al
rubio quien la levantó en sus brazos y murmuró— “solo mediaremos si es
necesario, por que esa chica es muy poderosa”. La niña asintió y se preocupó
por Etel que estaba cubierto de aros negros en todo su cuerpo.
—
“Por fin despertaste” —sonrió
irónicamente— “ya empezaba a aburrirme”
—le dijo tratando de leer su mente, pero algo le impedía, “porque… no puedo entrar en sus pensamientos como esa vez”.
—
“Quizá algo esta interfiriendo” —sus ojos destellaron un brillo que no le
agradó en absoluto al sujeto de ojos dorados— “primero…” —lanzó un corte con su
espada hacia él, escuchándose un crujido de cristales muy finos flotando
alrededor.
—
“Imposible… rompiste la barrera e incluso
tratas de superarme…”, entonces extendió su sello hasta poder encerrarla, “¡¡¡Ventus
redemptionis!!! (viento de redención)”. Una base escarlata estaba alrededor
de la chica, quien era sacudida por un fuerte resplandor desde el suelo, “ahora espera tu muerte” —dijo él al
escuchar sus gritos de dolor que emitía la joven.
Los
recién llegados estaban asombrados y a la vez solo esperaban con impaciencia la
orden para atacar, el lobo no soportaba el dolor que le causaba ver a su ama
sufrir por ese tipo, y el cuervo pensó— “supongo que es la forma de llegar
hacia al verdadero muchacho, esta chica en verdad tiene agallas o se volvió
completamente loca”.
—
“Si esto continúa…” —pensó— “seré absorbida por este sujeto en su sello”,
mientras que su collar empezó a brillar, dejándola por unos segundos en el
vacío de la oscuridad total, “sálvale…”
—escuchó una voz a sus espaldas— al voltear vio una mano sobresalir entre
aquella penumbra, “sálvale… por favor…”.
Am al sujetar la mano de aquella persona, las cadenas que la envolvían, se deshicieron
dejando ver a una chica de ojos azules, “gracias
por ayudarme, pero no tengo mucho tiempo”, su alma se volvía cada vez
traslucida, “debes, salvarle… de lo
contrario él morirá…”, ella entendió al ver a lo lejos el brillo de unas
cadenas y quien era la persona que estaba ahí, asintió y le dijo— “descuida” —cruzó
sus manos con la de ella, “yo lo traeré de vuelta”. Esta le sonrió y dándole
las gracias desapareció.
Rompió
la barrera que rodeaba al chico con el anillo azul, el cual lo utilizó en
diagonal hasta llegar hacia él, le dijo— “Bo, ¡despierta!”, usó un conjuro
nuevamente rompiendo las cadenas y los hilos que lo mantenían cautivo. “BO,
¡DESPIERTA!, ¡ACASO DESEAS MORIR EN ESTE ESPACIO!”. Los gritos de la chica hizo
que abra sus ojos y observe a Am, como siempre enfadada y a punto de darle una
paliza, “lo siento…” —respondió muy débil— caminando con ayuda del brazo de
ella, “como se supone que saldremos de este lugar…” —musitó levemente, al
escucharle decir eso Am le respondió— “no te preocupes, estoy segura que
lograremos ver algún camino de luz en medio de esta oscuridad” —su collar de
ella brilló haciendo desparecer poco a poco la penumbra en que se encontraban.
En
ese momento un fuerte resplandor emitido del interior de Am hizo que la barrera
escarlata se disipe y ésta empezó a descender inconsciente de la altura en la
que se encontraba, los aros negros que mantenían prisioneros al cuervo y al
lobo fueron desapareciendo, el lobo se transformó nuevamente en persona,
sujetando entre sus brazos a su ama. A pocos metros un aliento oscuro salió del
cuerpo de Kibo, dejándolo caer en el suelo inmóvil mientras a su costado una
figura se formaba de la niebla, “¡maldición!,
eh sido expulsado de este cuerpo por esa chiquilla”, con una cubierta de
una capa vieja y sin rostro, el espectro se enfocaba en atacar a Am.
—
“¡Ahora!”—se escuchó la voz del Duque Dana, haciéndose presente junto a los
demás, la niña pelirroja se asombró de ver a Etel convertido en un hermoso
joven de ojos claros como la luna, mientras que Joshua sostenía el cuerpo de
Kibo, Emilio desenvainó su espada y en pocos segundos hizo varios cortes pero
poco podía hacer ante un espíritu siniestro como ese, el fuego del Duque Dana
no sirvió de mucho, al ver eso, la niña se colocó al frente de su padre y
observó que nada de lo que su padre y amigos hagan le hacían el menor daño,
entonces ella al recordar lo poco que escuchó en aquella reunión en la
biblioteca, “si su sello era ese…” —comentó fuertemente hacia él– “¡¿acaso tu
sacrificio no fue recompensado?!, ¡¿no lo fue?!” —extendió sus manos como un
ligero sermón.
Ese
comentario hizo que el espíritu quede pensativo por unos segundos y diga— “no…, todo lo que quise, todo lo que hice, fue
en vano… por que cuando llegué ella ya estaba muerta, lejos de mi alcance por
el contrato, ¡de que valió tanto esfuerzo!, ¡de qué valió el sacrificio!, ¡¡¡DE
NADAAAAA!!!!!!, ¡¡¡por eso odio a todos!!!, ¡¡¡odio al mundo entero por
arrebatarme lo que más quería!!!, y por eso decidí que quien tenia que tomar
esa decisión era yo, de esa manera me dediqué a robar las almas de las personas,
así disfruto el sufrimiento ajeno jajajajajaja”.
—
“No eres el único que sufre, todos aquí tenemos un pasado que nos condena y
agobia, sin embargo, no por eso, le hacemos daño a nadie, al contrario deseamos
ayudar, ¡déjate ayudar!, sí” —le sonrió— una luz se abrió en el cielo, mientras
la niña juntaba sus manos en señal de una oración, “cree… que todo es posible…
cree…”.
Las
palabras de la niña, llegaron a lo profundo de su alma, “creer…” —observó la luz que provenía del cielo mientras la capa
oscura que llevaba desaparecía para mostrar una persona de gabardina canela,
camisa y pantalones blancos, su cabello corto color castaño y de ojos cafés,
junto con dos brazaletes en ambas manos, eso era el pacto que había sellado y
el cual le hacia pertenecer a ese mundo,
“creer…” —volvió a repetir la
palabra mientras observó a su alrededor.
La
niña avanzó hacia él con su padre por detrás, diciéndole— “cree en la esperanza
de las personas y en la que aún existe en el fondo de tu alma…”.
— “Gracias” —le sonrió y a la vez
asintió– “lamento haberles causado
problemas a todos, sé que aún no puedo ir a donde deseo por estar atrapado en
este mundo sin embargo pequeña, has devuelto la fe que había perdido,
nuevamente gracias eres una joya muy valiosa”, observó el firmamento de
aquel día claro y resplandeciente, “por
fin podré volar libremente sin ocultarme entre las sombras…” —dijo,
mientras su cuerpo empezó adoptar la forma de una ave la cual salió volando
hasta desparecer con la luz del sol.
Al
ver lo que acababa de pasar, la mayoría soltó un suspiro y la sombra que había
vuelto a su figura amorfa bajo la sombra de un árbol —musitó— “ufff pensé que moriría”.
— “Estas muerto” —respondió el de
cabellos blancos, provocando un aura oscura en la sombra, mientras observaba a
su dueña– “parecía otra persona hace unos
momentos, valiente y decidida, con fuerte poder mágico, tanto que logró
expulsar a ese sujeto del cuerpo de ese chico”.
—
“Uyyy veo que tu admiración por esa loca o perdón tu “ama” a crecido a picos
muy altos, jajajajajaja”
—
“¡Cállate!”. Se irritó soltando una
chispa entre los arboles.
—
“Ustedes si que se llevan muy bien”,
intervino Emilio envainando su espada y dirigiéndose hacia Joshua.
“¿Cómo esta el chico?”.
—
“Muy débil además necesita atención para las heridas que tiene su cuerpo”.
—
“Si están de acuerdo deberían ir con nosotros a la mansión, no esta lejos de
aquí” —comento el padre de la pelirroja, quien había felicitado a su hija por
haber despertado su joya de la fe, los demás no tuvieron objeción en seguirles,
pero al ver el carruaje una gran interrogante surgió.
—
“Emmm… creo que somos muchos para un carruaje” —comentó Emilio, surgió una
gruesa gota en los presentes al notar que el grupo había aumentado. “Pero,
descuiden yo iré arriba con el conductor” —sonrió— “asunto resuelto”.
Todos
empezaron a reír y el joven de cabellos blancos sujetaba a Am la cual
permanecía inconsciente al igual que Kibo, éste iba en el otro asiento junto
con Joshua, al frente de ellos el Duque Dana con la pequeña Sara quien se había
quedado dormida. De esa forma los caballos empezaron su transcurso rumbo a la
mansión, mientras la sombra por sensatez al ver que todo estaba repleto,
sugirió darles el alcance en breves minutos.
A
la tercera noche la luna llena iluminaba el cielo nocturno, la luz rosó las
mejillas del chico de cabellos oscuros, quien sentía que el dolor en su pecho
había desaparecido, despertó viendo múltiples vendas en sus brazos, recordó que
había vuelto a caer bajo la posesión de aquel sujeto nuevamente, “mi cuerpo se
había debilitado sin razón alguna, además ese dolor que sentía no era normal…
sin embargo en ese lugar yo vi a esa mujer de ojos azules” —recordó el beso que
ésta le dio y un leve sonrojó cubrió su rostro— “eso fue… inesperado y algo
atrevido de su parte” —giró su cabeza en negación y observó una habitación
amplia con detalles de alta calidad y el labrado muy fino, “donde estoy, no
creo que sea un sueño” —comentó acercándose a la ventana y vio un amplio
jardín, su mirada se dirigió hacia
aquella hermosa luna llena, “espero que esa chica… este bien”, sus ojos plomos se cerraron para
recordar aquellas palabras que ésta le dijo, no había duda que le dejó tremenda
impresión ver a una extraña decirle semejantes cosas, sobre todo declarársele y
besarle, eso había puesto inquieto a su estado mental, por saber quien era y
por qué le conocía, que era ella en su vida y por qué le hablaba con tanta
confianza, “tengo muchas cuestiones por resolver… por suerte la señorita Am
pudo salvarme gracias a ese pasaje de luz que abrió con la ayuda de su collar, pese
a todo, estoy seguro que encontraré las respuestas algún día…”.
Fuera
de la mansión y del campo de protección, un espíritu había llegado, se ocultaba
entre los arboles la sombra de una figura oscura con una sonrisa siniestra, la
cual en medio de la oscuridad, comentaba— “oh…
no puedo creer que esos niños causen disturbios a nuestro gran señor…”, a
los pocos segundos y envuelto de hojas otra figura apareció y cruzado de brazos
le respondió— “sin embargo gracias a eso
nos liberó jajajaja, no se imaginan lo que les espera…”, ambos empezaron a
reír.
Capítulo
VI: “Nuevas amistades”
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