domingo, 25 de mayo de 2014

Sello del tiempo - Capítulo V


CAPÍTULO V
“EL PASAJE DE LUZ”

Después de adaptarse en su nueva realidad al ver cruzado la gran muralla, se internó en una pequeña aldea, necesitaba aliviar el peso de su corazón, su hermano Roel le había salvado de una muerte segura, había cumplido la promesa que le hizo cuando su madre adoptiva murió por el filo de la espada de uno de los soldados, su mente empezaba analizar todos los sucesos rápidamente, mientras observaba que otras personas le hablaban pero evitaba escucharles, se encontraba aturdido, hasta que unas fuertes palmadas se colocaron delante de sus ojos verdes que aún estaban turbados por la asimilación de los hechos.

— “¡Ey!, ¡ey!, ¡levántate!. Se escuchó una voz cercana.

— “¿Quién… eres?...” —dijo él con dificultad por la brillante luz del sol y con mucho dolor en todo su cuerpo le dificultaba caminar así que sintió el apoyo de alguien más hasta que se desvaneció por medio de la calle, la gente murmuraba que quizá sea algún sobreviviente de la masacre reciente. Después de una pocos metros este le dejó descansar.

Su cuerpo dormía plácidamente, el haber cruzado la barrera de la gran muralla lo había dejado exhausto, además, todo cuerpo que se someta a un cambio radical de tiempo el dolor corporal en un humano era natural, es así, que en el sueño en el que se encontraba… se había transportado sin la menor idea a un espacio muy tranquilo y brillante donde su alma flotaba, el sonido de unas cascabeles sonaban, eso le hizo abrir sus ojos verdes y notar que estaba en una superficie levitando y podía visualizar a alguien idéntico a él. Intentó decir algo pero el otro solo le señaló con su dedo que guardase silencio, le observó y colocando su mano sobre la frente del otro, le transmitió sus recuerdos, un aura dorada invadió su alrededor siendo absorbida por su organismo y una voz resonaba en el ambiente. “Escucha los lamentos y gritos… ese eras tú… el niño que habita en tu interior seguirá lamentando la muerte de su hermano… pero ahora ya eres un adulto, solo tienes que aceptar que en tu mano derecha siempre tendrás una espada la cual solo acudirá a ti cuando la necesites”. El joven estaba incrédulo al escuchar las palabras de su otro yo quien poco a poco iba desapareciendo ante sus ojos. “Recuerda… no eres un niño atrapado en un cuerpo adulto, tu mente también se ha desarrollado, para probarlo solo necesitas aceptarlo y te sorprenderás de lo que serás capaz de hacer…”. El sonido de la puerta cerrar lo despertó y notó que estaba en un viejo tronco que servía de asiento colectivo, en el momento que iba a preguntar la otra persona se le adelantó— “¿cual es tu nombre y de donde vienes?”

— “Yo… soy Joshua de la aldea norte y usted es…?”. No tenia idea de como había llegado a la casa de un desconocido. Sus cabellos castaños se habían vuelto rubios claros de larga longitud y estaban todos sueltos y alborotados.

— “Emilio de la aldea noreste, te preguntarás que haces aquí…” —sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió— “solo necesito hacerte unas cuestiones sobre lo que pasó haya adentro de las tierras de ese inmundo sujeto que se proclama Rey o gran señor dueño de este mundo”

— “Ese tipo…” —apretó sus manos del recuerdo vivido— “acabó con todos los niños incluyendo a mi hermano mayor…”.

— “¿Le odias?”.

— “Si, haré lo que sea para vengar a mi hermano”. Se levantó muy seguro de si, “tiene que pagar por todo el daño que ha hecho”.

— “Crees que con ira y sed de venganza lograrás tus planes… jajajajajajajaja”. Tiró su cigarrillo y le dijo— “anteriormente fui soldado y eh visto las peores muertes que te puedes imaginar y justo por jovencitos como tu, así de impulsivos tratando de aliviar su dolor y hacer justicia con sus propias manos”.

— “Que puedo hacer entonces, si no es vengar a mi hermano, ¡no puedo quedarme tranquilo!, ¡no puedo!”. La impotencia era notable en su rostro el cual se resistía a no hacer nada.

— “Deberías recibir algún entrenamiento si es que quieres sobrevivir a este mundo, de lo contrario no garantizo tu existencia” —comentó el sujeto de barba corta y cabellos negros en su mayoría recogidos por una coleta, su pantalón y camisa eran de color negro de notorio desgaste, con postura firme junto a unas botas oscuras y en su cinturón derecho llevaba una katana la cual era el arma que portaba, le observó fijamente y el observar los ojos del muchacho le recordó a su difunto hijo, su semblante cambio en ese momento de serió a amable extendiéndole su mano y diciendo– “vamos, vive y se feliz sin la sombra de tu pasado, yo seré tu maestro”.

Después de aceptar la oferta, ambos se hicieron buenos amigos, no sólo le enseñó a manejar a la perfección técnicas de espadas con la katana que perteneció a su hijo, sino también a olvidar el rencor que había en su alma por tales sucesos de su niñez, comprendió que no era rival para alguien que había permanecido milenios en el mando, así que lo único que estaba a su alcance era proteger a la gente de las aldeas vecinas y lograr su supervivencia, eso se había vuelto parte de su trabajo junto a Emilio, ambos recibían grandes pagas por capturar a delincuentes y evitar masacres en los pueblos aledaños. Todas las tardes se reunían para entrenar y cuando iban de compras por el pueblo no había mujer que se les resista sobre todo a los encantos de Joshua, era muy amable y atento con todas.

— “Deberías de hacerle caso a una por lo menos, cada vez que vamos de compras siempre pasa lo mismo” —comentó Emilio al ver la popularidad que había ganado su discípulo y buen amigo.

— “Ya te eh dicho que solo soy amable, no confundas las cosas, además… aunque tenga este cuerpo adulto no puedo encajar a la perfección…”. Se detuvo a ver el horizonte mientras el viento soplaba.

— “El haber escapado y sobrevivir no te hace diferente a los demás, sigues siendo tu en el interior y eso nadie lo va cambiar” —sacó una manzana de la bolsa que llevaba en brazos— “puedes tener el brillo como esta manzana” —señaló— “pero no el dulce sabor ni la madurez suficiente, si aun no reconoces quien eres…”, con lo último se refirió aquel sueño extraño que tuvo, el cual le había comentado cuando sintió la suficiente confianza, no había secretos por que como bien le dijo el rubio en una oportunidad “eres como el padre que nunca llegué a conocer y al cual respeto y admiro”.

— “Lo se…” —respondió— el viento empezó a soplar más fuerte y el sol fue cubierto por las oscuras nubes, “creo que lloverá, regresemos a casa”. El sonido de unos pasitos corriendo en el campo, hizo que ambos se detuvieran al ver a una niña pelirroja de unos siete años y de trajes bordados, “es de familia noble” —dijo el de cabellos negros– “si…” —asintió Joshua.

— “¡Ayúdenme!, ¡Ayúdenme!, ¡papá!, ¡mamá!’ —aclamaba la pequeña y al observar a ambos jóvenes corrió al primero que tenia al frente sujetando fuerte la ropa del rubio— “¡ayúdeme por favor señor!, ¡un monstruo viene tras de mí! —empezó a sollozar la pequeña de terror.

Los ojos verdes habían quedado paralizados, ante la escena que había presenciado, pensó por unos segundos— “yo… lucía de la misma forma que esta niña cuando pedí ayuda a ese joven llamado Kibo, esta pequeña es tan frágil como cuando tenia su edad”. Le sostuvo entre sus brazos sintiendo como temblaba, mientras ella le abrazaba fuerte del cuello, este le dijo— “no llores… todo va estar bien, nosotros te protegeremos”.

Emilio estaba más que satisfecho al ver las emociones encontradas de Joshua. Pero al ver lo que en el cielo se había formado un enorme remolino y estaba por caerles a ambos, gritó— “¡¡¡Cuidadooo!!!”.

Gracias a la advertencia de su amigo, el rubio pudo escapar pocos segundos antes de que un rayo les cayera encima. En brazos con la niña empezaron a correr mientras en su interior de Joshua aquella voz se impuso nuevamente en sus pensamientos “Recuerda… no eres un niño atrapado en un cuerpo adulto, tu mente también se ha desarrollado, para probarlo solo necesitas aceptarlo y te sorprenderás de lo que serás capaz de hacer…”. “¡Maldición!” —musitó con furia— “que puedo hacer yo frente a una tormenta que nos persigue intentando matarnos con sus rayos”, el viento fuerte los arrastró entre los arbustos, golpeando a Emilio contra un tronco quedando inconsciente, eso preocupó a los ojos verdes que en ese momento solo tenía una sola cosa en mente y eso era “proteger”, debía proteger a la pequeña y a su mentor, padre y amigo. “¡¡Debo protegerlos!!!” —gritó fuertemente—  de su brazo derecho una luz celeste dio forma al surgimiento de una espada dorada,  “¿eh?” —se sorprendió y a la vez recordó— “el niño que habita en tu interior seguirá lamentando la muerte de su hermano… pero ahora ya eres un adulto, solo tienes que aceptar que en tu mano derecha siempre tendrás una espada la cual solo acudirá a ti cuando la necesites”. “Esta es la espada que mencionó mi otro yo”.

— “Puedo sentir la presencia… de tres joyas en sus cuerpos…” —se escuchó una voz que provenía de la tormenta— los rayos cayeron uno tras otro en un mismo punto dando a notar a un gigantesco lobo blanco de filosos dientes, de ojos claros y de aura electrizante, quien se iba acercando poco a poco hacia ellos.

— “¿Qué es lo que quieres de nosotros?” —preguntó el rubio a la bestia que tenia en frente, “¿por qué persigues a una niña que no puede defenderse?”.

— Un engullimiento de agua se escuchó y el lobo se hizo pequeño y con temor mencionó— “siento haberles asustado, no fue mi intención, solo quise hablarle a la niña y de casualidad los encontré a ustedes, yo… quería decirles que también soy una joya solo que no puedo mostrar mi verdadera identidad salvo cuando reconozca a mi dueño con el significado de esta joya”.

Después de parpadear perplejo por lo que había dicho el lobo, preguntó— “¿cuál es el nombre de tu joya?”.

— “Confianza”.

— “Así que era eso, bueno…”, no entendía bien lo que sucedió —lanzó un suspiró— “supongo entonces que deberás disculparte con esta pequeña la cual atemorizaste por completo… pero antes puedes quitar esa aura eléctrica que te rodea, podrías matar a alguien con eso…”.

— “Lo siento”, unos segundos después era como un natural lobo blanco.

Al bajarse de los brazos de Joshua la niña observó al lobo y le dijo— “ya no eres un monstruo como antes…”. Se asombró al ver lo pequeño que era, este se acercó y le lamió la mano. “¡que lindo!” —comentó ella sonriendo. 

— “¿Qué sucedió…?” –sujetó su cabeza el joven de cabellos negros.

— “¿Te encuentras bien Emilio?”, ¿no te hiciste daño?” —le preguntó al verlo levantarse con una de sus manos sobre su cabeza y cierto dolor en su rostro.

— “Si, solo me golpee la cabeza… ¿quién es este lobo?” —su cara se puso pálida a ver a ese animal cerca de una niña.

— “Él era quien perseguía a esta niña, pero descuida, no nos hará daño, dijo que cada uno tenemos joyas en nuestros cuerpos…. por cierto, ¿a qué te refieres con eso lobo?”.

— “No me llamen lobo, tengo un nombre, pero…” —cerró sus ojos blancos— “mi nombre al igual que mi verdadera identidad serán revelados cuando encuentre a mi dueño”.

— “Entiendo… pero de alguna forma tenemos que llamarte, que tal si quien te coloque un nombre temporal sea esta niña, que hasta el momento no me dice cual es su nombre” –comentó el rubio y a la vez sonrió.

— “Esta bien” —aceptó el lobo, mientras la niña de cabello rojo y de profundos ojos azules se presentaba, “soy Sara, hija del Duque Dana —se inclinó con respeto hacia Joshua y Emilio, luego volteó a ver al lobo— “me gustaría que te llames Etel, significa noble” —sonrió.

— “Es extraño que una niña logre entender el leguaje de un lobo y aún mas que no se atemorice por escucharle hablar” —comentó el joven de cabello negro.

— “Es debido a que ella y al igual que ustedes poseen joyas en sus cuerpos, por eso logran entenderme y comunicarse a la perfección conmigo.

— “Nos debes una explicación sobre eso de “joyas”, por que sinceramente no entiendo nada” —comentó incrédulo el de ojos verdes y a la vez concordó con su amigo el mismo asunto.

— “Esta bien…” —asintió el lobo— “así como en el mundo humano las joyas son preciadas por su belleza y riqueza material, en el mundo de Hiya, es decir el nuestro, tengo conocimiento que hubo una vez un humano que desafió las leyes de nuestro gran señor y decidió reunir las fortalezas más notables de la gente y convertirlas en joyas, con el espíritu del dueño en su interior, en total llegó a juntar 24 pero al enterarse de esa rebelión en su contra, nuestro señor le puso una maldición y le selló en un espejo, el cual entre los espíritus y bestias le conocemos como espejo de la verdad, por que aún con la maldición” —la cual desconozco— “esa persona prometió que todo ser vivo que entrase en este mundo olvidase su pacto con el gran señor, de esa forma tendría más oportunidades para salvar su alma y conseguir su deseo a través de la leyenda del espejo de la verdad.

Todos los presentes habían quedado pensativos ante la historia que Etel —el lobo— había contado. Sara acotó diciendo— “mi padre sabe más acerca de esa persona, hace pocos días le escuché hablarle a una paloma y decir que los sellos algún día llegarían a romperse, pero no se a qué se refería con ese comentario”.
— “Pequeña Sara, nos guiarías a donde es tu casa para poder hablar con tu padre” —comentó un inquieto Joshua.

— “De paso te dejamos sana y salva en tu hogar” —aseguró Emilio. El lobo asintió en señal de aprobación.

-     “Claro”. Aseguró la niña y en brazos del rubio les señalaba el camino. 

Después de pasar una pradera estaban a pocos metros de llegar a la cima de una colina, cuando vieron que un castillo era atacado por unos monstruos los cuales avanzaban rápidamente.  

-     “¡Papá!, ¡es Papá!,” —había gritado la pequeña pelirroja— “¡ayúdenle por favor!”.

Al descender de inmediato a la mansión, este dejó ir a Sara junto a su padre quien estaba a pocos metros de la puerta principal con el frente de soldados en custodia, mientras él, su amigo y el lobo se colocaban en posición para pelear contra esa bestia.

— “Veamos de lo que es capaz esta espada” —comentó mientras sus ojos destellaban un fuerte brillo dejando ver nuevamente su espada dorada en su mano derecha. Su amigo desenvainaba su katana y el lobo volvía a ser de aspecto gigante y electrizante.

— “La fragancia de rosas esta en este sitio, debo terminar con ellas” —musitó el monstruo que tenia un cuerpo verde, cubierto de grietas y cuatro ojos grandes con los cuales visualizaba el lugar exacto a sus oponentes. “entréguenme a esa niña”.

— “Eso jamás” —comentó el padre de la pequeña.

El monstruo se adelantó y de su boca expulsó una gran masa de energía hacia los recién llegados. Joshua colocó su espada para detener el ataque, el cual dio resultado, sin embargo no evitó que la bestia le golpease con uno de sus gigantescos brazos con filosas garras. El lobo se lanzó sobre la cabeza dejándolo sin tres de sus ojos y lanzándole rayos desde el aire, haciéndole retroceder unos pasos, Emilio dibujó la estrella de cinco picos la cual se iluminó y con un destello celeste empezaba a atacarle. El rugido de la bestia fue evidente cayendo al suelo y a la vez se desintegraba hasta desaparecer.

— “Eso fue rápido” —comentó Joshua levantándose desde una esquina.

— “No aun no termina” —dijo su amigo buscando la presencia del monstruo.

Un temblor en la entrada hizo que la tierra se abriera y de su interior saliera nuevamente dos brazos que sujetaron al padre y a la niña la cual dio tremendo grito de terror.

— “No dejaré que le hagas daño, maldito” —murmuró el Duque Dana con total furia en esos ojos azules— sujetó fuertemente a su hija, creando un campo para protegerse mientras todo a su alrededor se convertía en llamas las cuales empezaron a rodear al monstruo formando un tornado de fuego, el lobo por su parte desde el cielo, lanzó numerosos rayos que se acoplaron con las flamas, eliminándolo por completo.

— “¿Se encuentran bien?” —preguntó el padre de la niña descendiendo ileso, mientras los demás se acercaban.

— “¿Qué le pasa a Sara?” —inquirió Joshua al ver que la niña no estaba despierta.

— “Esta desmayada pero no sufrió ningún daño” —sonrió el pelirrojo— “disculpen los disturbios presentes, ese tipo de monstruos vienen muy seguido a esta mansión”.

— “¿Por qué lo hacen?” —preguntó el rubio.

— “Que les parece si pasan unos momentos a la mansión, así conversamos con mas calma los detalles de los sucedido”.

— “Si”, se adentraron a la mansión Joshua, su amigo y el lobo ya de tamaño pequeño.

Después que habían degustado de unos exquisitos manjares y bebidas, el padre de Sara regresó de las habitaciones, “ahora duerme tranquila”, les comentó a los demás quien en el semblante notaban preocupación. Se dirigió a una de las ventanas y empezó a decir…, “ustedes son igual que nosotros, esa fuerza no es natural de seres humanos comunes…”.

— “Seres humanos comunes… eso significa que usted también posee una joya en su cuerpo, ¿verdad señor?” —repitió el de ojos verdes.

— “Así es, pero quien me preocupa es mi hija, ella también posee una, sin embargo aun no ha logrado despertarla del todo, supongo que es cuestión de tiempo…”.
— “Ya veo…” —comentó el de cabellos negros— “nosotros vinimos a este lugar para traer de vuelta a su hija, la encontramos muy asustada corriendo por el prado y es que un animal raro la perseguía pero resultó ser un lobito muy tranquilo”.

El lobo intercambio miradas con Emilio y una chispa empezaba a tensarse entre ambos, “ustedes dos, tranquilícense” —intervino Joshua antes que empezasen a destruir algo en la mansión.

— “Veo que se llevan muy bien” —le surgió una idea— “quisiera pedirles que sean parte de la orden secreta Sellos”.

— “¿Sellos?...” –repitió el rubio.

— “Es una orden que fue creada hace muchos años pero que pocos han logrado seguir en contacto, temo que pueda desaparecer…”.

— “¿Cuál es el propósito que sigue esta orden?” —preguntó Emilio.

— “Aparte de buscar a las demás joyas, capturamos y eliminamos a los monstruos y bestias espirituales que nuevamente asechan este mundo… recuerdo cuando era niño, no había tantas muertes como las hay ahora… ”.

— “Nosotros hacemos lo mismo en la aldea noreste y pueblos aledaños” —comentó Joshua interesado por el nombre— “no creí que los nobles también se interesaban por el bienestar de los plebeyos y menos que formasen un grupo poseedores de joyas para evitar masacres a gente inocente”.

— “Así es, la orden es la única forma era reunir a los poseedores vivientes de joyas y poder unir fuerzas contra el mal que nos asecha”.

— “Si ese es el caso”, se cruzó de brazos el de cabellos negros, “no tengo problema en acoplarme a su orden, ¿qué opinas Joshua y tú lobo?”.

— “No tengo objeción alguna en seguirles” —comentó sonriendo el rubio, en cambio el lobo se manifestó preocupado, diciendo— “no se si deba… puesto que estoy buscando a mi dueño y esa es una de la razones de mi existencia”.

— “Lo sabemos, pero quizá tengas mayores oportunidades de encontrarle a través de la orden, sin embargo puedes utilizar el tiempo que desees para hacerlo por tu cuenta, total somos un grupo libre, ¿verdad señor?” —preguntó Joshua.

— “Si” —sonrió— “además me atrevería decirte que pronto le encontrarás”.

— “Gracias señor, siendo así, y como esta anocheciendo, debo retirarme fuera de la mansión, cualquier ayuda llegará a tiempo por que mi vista es el viento y mi fuerza en las tormentas eléctricas”.

Todos observaron al lobo alejarse y convertirse en rayos hasta perderse en el cielo  nocturno. “No se manejar la espada de mi brazo derecho, la cual aparece cuando la invoco, pero eso no es suficiente, debo descubrir más sobre su poder que ésta posee…” —comentó Joshua observando en aquella noche la luna llena.

Los días pasaban y Am desaparecía por las mañanas, Kibo no le extrañaba eso, necesitaba tiempo para poder adaptarse a ser una humana. Lo único que le preocupaba era que se lastimase por que ya una vez había llegado con los puños llenos de sangre de lo que según ella intentaba romper una roca, no hablaba mucho ni daba ordenes como lo solía hacer, era demasiado para ella y cuando el sugería alguna otra ruta para seguir ella no le contradecía solo le seguía en silencio.

— “¿Am se encuentra bien?” —le había preguntado directamente en la noche después de cenar— sin embargo ella no respondió, eso ya no lo podía soportar, se adelantó unos pasos y notó que sus ojos violetas estaban entumecidos como si estuviese ciega o algo así. “Am por favor, puedes decirme que te pasa, estoy preocupado por su actitud estos días”.

— “Solo debemos ir por las joyas… por las joyas… por las joyas”. Kibo le tomó del brazo para que despertase del trance que se encontraba hizo que reaccione “¡¡¡DEBEMOS IR POR LAS MALDITAS JOYAS!!!” —le gritó y salió corriendo entre los arboles, dejando al chico en total perplejidad y la sombra que estaba a su lado solo le dijo que necesitaba tiempo para aceptarse.

— “No puedo soportar este cuerpo, no puedo…” —sollozaba mientras corría a toda velocidad— “quiero regresar a mi mundo, ¡¡¡QUIERO REGRESAR!!!” —gritaba mentalmente, mientras resbaló por un acantilado, “estoy cayendo…, quizá moriré y de esa forma regresaré a mi mundo… no importa si debo pagar los crímenes de otro, yo no deseo seguir en este lugar, no quiero vivir así…”. Un rayo hizo que uno de los arboles sirviera de soporte, de tal forma que la chica recibiera el impacto con las suaves ramas de éste y un remolino de viento a su alrededor evitó una trágica caída. Tirada en el suelo sin el menor daño, ella observaba al firmamento, “porque no me dejas ir a mi mundo, yo debí morir al caer, sin embargo me has salvado, por que…”.

“No debes rendirte, cada vida es valiosa… ¿acaso no tienes alguien a quien proteger?”.

— “Creí tenerlo… pero todo ha cambiado y ya no tengo el poder que tenia, soy una simple humana, débil y frágil que puede morir en cualquier momento, por eso… yo no deseo permanecer a su lado… solo quiero regresar a mi mundo…”.

“El poder que antes tenias sigue estando en tu interior, quizá solo es cuestión de practica y volverás a tenerlo”.

— “Eh practicado hasta que mis puños sangrasen, ya nada es posible…”.

“Todo es posible si crees que es posible, si te rindes antes de empezar nunca sabrás el resultado, por eso cree en ti misma…”

— “Esta bien… lo intentaré una última vez…”, se levantó, cerrando sus ojos recordó como manejaba su magia anteriormente, todas aquellas batallas que había logrado ganar con éxito, el brillo de sus ojos violetas se hizo presente, “Nunca me rendiré” –sonrió– el sonido del viento deslizándose sobre su piel pálida azotando su capa, la llenaba de vitalidad nuevamente, alzó dos de sus dedos en su mano en un ángulo de noventa grados y le dio rotación perfecta hasta completar la circunferencia, la cual se había tornado azul brillante, al mismo tiempo que ella mencionó con ímpetu, “¡¡¡hyacinthum anulum!!! (anillo azul)”. Después de unos minutos que éste ligero tornado despareciese, la joven de cabello blanco estaba más que feliz, su magia había regresado, solo era cuestión de confianza la cual había perdido después de enterarse que era humana. “Gracias, quien quiera que seas, me has ayudado tanto” —sonrió— “¡estoy tan feliz!”.

— “Yo igual” –un viento suave hizo aparecer a una persona de cabello blanco largo y de orejas puntiagudas, de piel pálida, sus ojos eran blancos con algunos destellos celestes muy claros y su vestimenta era cubierta por una capa blanca, sus pies descalzos y de manos largas con garras pequeñas, se adelantó unos pasos hacia la joven y se arrodilló ante ella, “por fin eh encontrado a mi autentica dueña”. Le extendió una de sus manos “por favor no tenga miedo, soy una de la joyas a quien le pertenezco”.

— “¿Eh?” —un leve sonrojo apareció en su rostro pálido—  su mano se extendió con temor, sin embargo al tocarlo sintió una calidez que la hizo sentirse bien, era una sensación extraña para ella así que no sabia como definirla en ese momento “¿tu eres mi joya?… ¿me perteneces?…” —comentó ella con duda.

“Si” —dijo el observándole— “no sabe cuanto tiempo le estado buscando… mi ama”.

— “Gracias por salvarme” —le sujetó su mano y abrazó a su interlocutor el cual se quedó paralizado por la reacción de su ama— “si no hubieras llegado… hubiese muerto y quizá regresado a mi mundo de soledad en el cual viví, pero sabes…” —le sujetó sus mejillas con ambas manos— “tu eres diferente a Bo y eres lo mejor que eh podido conocer, estoy muy contenta” —volvió a sonreírle mientras que el chico estaba perplejo por tal recibimiento y afecto.

— “Después de todo mi nueva ama es una chica muy dulce” —pensó— “tuve suerte de encontrarla”.

— “Vayamos a donde esta ese tonto de Bo, seguro como es muy tarde debe estar preocupado” —caminaba cerca del chico.

“¿Quién es Bo?” —preguntó con total curiosidad.

— “Es un humano muy torpee, en realidad se llama Kibo, pero le digo Bo, por bobo jajajajajajajaja”.

Le surgió una gota en su cabeza al escucharla, sin embargo notó que se expresaba como algo superior a los humanos, unas ideas cruzaban por su mente— “¿acaso ella no lo era?... porque si es así… ¿que le sucedió para estar como humana?, quizá por ese motivo, no tenia deseos de vivir”.

— “Es justo ahí, en la fogata” —corrió alegre y a pocos metros de él le dijo— “Bo, e recuperado mi magia gracias a él…”, en ese momento su cuerpo se sentía muy pesado e iba cayendo al suelo, la persona quien le salvó la sostuvo entre sus hombros diciendo– “esta dormida”.

— “¿Quién eres?” –musitó Kibo al ver que llevaba en brazos a Am.

— “Soy su fiel amo, quien no la abandonará y estará con ella por siempre” –le dijo y notó el desconcierto de los ojos grises.

— “Oh ya veo, entonces es cierto lo que dijo Am, le ayudaste a recuperar su magia” –sonrió– “estaba preocupado por ella al verla tan deprimida estos días”.

“Así que se llama Am…” –pensó y se animó en preguntar– “¿ella no era humana, verdad?...”.

— “No, no lo era, ella era un ser mitad bestia mitad humana, con dones mágicos y de una habilidad sorprendente, pero… ocurrió algo desafortunado hace una semana la cual la convirtió en humana, cosa que ella detesta y se había sumergido en la soledad y tristeza, al punto de no querer probar bocado ni hablar, cosa que es extraño por que siempre es muy enérgica y le gusta dar ordenes”.

Al escuchar las palabras del chico este descubrió que habían muchas cosas que desconocía de su actual dueña y más aun lo doloroso que había sido el perder su figura original y eso de detestar a los humanos y dar ordenes pues le surgió una gota, pues no le parecía a simple vista, “se le ve muy tranquila durmiendo… no parece ser la persona que usted menciona” —comentó.

— “Bueno…” —sonrió— “aunque llevo un corto tiempo de conocerla, ella ha cambiando un poco y se ha vuelto un motivo importante para seguir en nuestro viaje” —un leve bostezo de cansancio y de sueño se hizo presente— “creo que iré a dormir” —sonrió— “ahora estoy más tranquilo por Am, gracias por cuidarla”. Se recostó sobre unas cobijas que llevaba y quedó dormido al instante.

Después de unos minutos en que la última flama de fuego se apagase la sombra que les acompañaba apareció en la oscuridad de la noche, “¡Oh!, eres el espíritu de la confianza quien rodea a la loca esta” —una risa burlona empezaba a fastidiarle— “te compadezco, quien llevas en brazos es una loca histérica y con falta de juicio jajajajajaja, mira que hacer huelga de hambre… que chica”.

— “Creo que quien tiene falta de juicio es usted sombra, debería cuidar su forma de expresarse de mi actual dueña” —frunció el ceño— “debe guárdale respeto de lo contrario…”.

— “Oh esa mirada da miedo” —empezó a reír sin parar— “tu no puedes hacer nada, por que soy una sombra que se compadece de la desaventura ajena jajajajaja” —hizo un gesto cómico de pena. Unas chispas empezaban a tensar el ambiente, “quieres pelear, que serio estas jajajajajajaja, hay nunca antes me divertí tanto jajajajajajajaja”.

Con sus ojos dirigió su mirada hacia donde estaba la sombra y dos rayos le cayeron muy cerca. Y una sonrisa de satisfacción iluminó al de cabellos blancos, mientras que el otro le decía— “¡oye!, ¡por un poco atinas al blanco!, deberíamos hacer un pequeño duelo”, se animó. Mientras el otro respondió— “no me gusta derrochar energías en algo que no vale la pena”. El otro empezó a exasperarse “¡oh!, si así son las cosas, ya veo por qué elegiste a esa chica como tu protector, son tal para cual”. “¡Que dijiste!” —murmuró el otro con enfado. Así la pasaron en batallas verbales toda la noche hasta que amaneció.

Ambos chicos sabían que no podían ocultar la verdad por más tiempo, de manera que invitaron a Alexa un café mientras la preparaban para la noticia.

— “Discúlpanos por decirte mentiras, dada tu condición no podías recibir algo que afectara tu salud en el hospital, por eso preferimos callar y esperar un  poco más…” —asintió Ismael— “en verdad… sentimos mucho lo que pasó…”.

— “¿Que?... no comprendo lo que dices y no respondes a mi pregunta… acaso él…” —sujetó sus manos sobre su rostro al pensar lo peor– “acaso el esta…” —palideció por completo— “no es cierto… no… no…”.

— “Hay Ismael que dramático eres” —comentó el rubio tratando de aclarar las cosas– “amiga el no esta muerto por si pensaste eso… el aún vive… solo que… hay como explicarte… es muy confuso…”.

— “Noa explícate por favor que ya no puedo más con ésta angustia” —aseveró la chica sujetando su bolso con sus manos temblorosas.

— “Cálmate Alexa, vayamos a un lugar mas privado, para que puedas ver a Kibo” —comentó Ismael quien llevaba el libro en su mochila. Caminaron hacia un lugar apartado donde se reunían para estudiar para los exámenes, ahí Ismael abrió su mochila y sacó el libro con temor por la reacción de ella. “Alexa… después que recibiste aquel cuchillo por tratar de proteger a Kibo, yo te vi morir en los brazos de él, pero unos segundos después el hizo un tipo de encantamiento con un libro mágico, en el cual ofreció su vida para salvarte y posteriormente desapareció en el interior de este libro…”.

— “¿Es broma verdad?, no juegues conmigo de esta forma Ismael, él no puede estar en un libro, ¿¿¿qué clase de mentira es esa???”.

— “Amiga yo estaba igual que tu al principio” —agregó el rubio con un a gruesa gota al recordar su primera reacción al saber la verdad— “sin embargo para que puedas creernos puedes tocar el libro y podrás ver que éste es diferente…”.

Ismael extendió el libro a manos de Alexa y ésta al colocar su mano sobre él, lo retiró enseguida y se sobresaltó al notar lo especial que era.

— “Es… este libro tiene temperatura, ¿cómo es posible?”. Intentando utilizar toda su cordura y asimilar lo que su amigo le había narrado de aquel día.

— “Kibo esta en el interior, este libro guarda su temperatura corporal y aunque estamos haciendo investigaciones por tratar de liberarlo aun no hemos conseguido nada…”.

— “Gracias por decirme la verdad amigos”, la chica sujetó al libro y lo abrazó, con tal afecto que provocó algunas lágrimas entre sus amigos principalmente del rubio, “no importa lo que tenga que hacer, te traeré de vuelta”, sus mejillas fueron invadidas por gotas cristalinas que brotaban sin parar de los ojos azules, “mi amado Kibo…”.

— “Nosotros te apoyaremos en lo que podamos” —comentó Ismael y Noa le siguió— “así que arriba esos ánimos, no descansaremos hasta traerlo de regreso”.

— “Si, gracias”.

Al llegar a su casa, esta dejó caer su bolso y colocó el libro sobre su escritorio. “La calidez que hay en su interior no ha cambiado, sigue siendo la misma que sentí en la fiesta, esa noche del baile…” —sujetó un sillón y tomó asiento observando con detenimiento el libro— “como es posible que hayas ido en contra de mi deseo Kibo, ese día, en ese momento yo… quise que tu vivieses, sin importar lo que pase…”. Rompió en llanto, “porque fuiste en contra de mi voluntad ese día, por que…” —sujetó al libro y le abrazó— “eres un tonto al dejarme así…”. Sus lágrimas fueron cayendo al libro sin que ella se diese cuenta y un ligero brillo apareció en décimas de segundos, provocando que ella caiga en un profundo sueño.

— “Iré por unas frutas, el día es perfecto” —dijo el de cabellos negros— dirigiéndose hacia unos arbustos, dejando a Am y a ese joven a su cuidado. Al dar unos pasos, los latidos en su pecho se hicieron mas fuertes y dolorosos, “que sucede… por que este dolor” —nuevamente los latidos se hicieron más fuertes— parecía que iba a estallar o detenerse al mismo tiempo,  “ahh…” –se escuchó un quejido– “esto no me gusta…”.

“¿Se encuentra bien?” —comentó el chico de cabellos blancos, “¿necesita ayuda?”.

— “Estoy bien, descuide, son solo unos malestares frecuentes” —sonrió— “¿aun no ha despertado?”.

“No”.

— “Regrese junto a ella y cuídela mientras voy por comida para desayunar”.

“Si”. Observó como se alejaba y comentó— “a este chico le sucede algo, pero que puede ser… veo que ha sido elegido como el contenedor de las joyas de poder, pero no creo que resista, su cuerpo es demasiado débil”.

Nuevamente el dolor en su pecho hizo que este se detuviese en el camino a la aldea vecina, “si esto sigue así… no podré quedarme por mucho tiempo en este mundo…” —apretó fuerte su camisa soportando el dolor— “siento alivio que Am ya tenga un guardián que la proteja, eso hace que me sienta tranquilo por un lado y por el otro inquieto, si no puedo llegar hacia el espejo de la verdad, ni reunir las 24 joyas, ya no habrá forma de regresar a mi mundo, ni ver a mis amigos”, sintió todo oscuro. Cayendo desmayado en el suelo, mientras que la niebla apareció a su alrededor.

— “Esta vez acabaré contigo… y con esa chiquilla entrometida…”. Poco a poco un aliento oscuro se introdujo en el cuerpo de Kibo, dejando al verdadero sujeto a unas cadenas en ambos brazos y lleno de hilos el resto de su alma. “Esta vez su voluntad es mía y con lo débil que estas, no sobrevivirás por mucho tiempo” —se levantó del suelo— “voy a divertirme con este cuerpo hasta que mueras por completo”. Se dirigió a darle el encuentro a esa chica que quiso detenerle, sabia que aun estaba con vida, así que siguió su aroma y pronto la encontraría.

Después de una breve reunión en la biblioteca de la mansión del Duque Dana, Emilio comentó sobre la figura que mencionaba como próximo espíritu maligno suelto, que había matado a 10 personas en la aldea robándoles el alma y dejando cuerpos vacíos sin vida, su sello y fuente de poder era el pelicano, un ave derramando su sangre para sus pequeñuelos, lo cual está basado en una antigua superstición que se ha comprobado que es falsa. Cuando se creía en esto, pero, el pelícano fue adoptado como símbolo de Cristo derramando su sangre por la Iglesia y la humanidad.

— “Sin embargo” —agregó el Duque con total seriedad del caso— “ésta es una interpretación puramente teológica del símbolo; hay otro significado que es completamente místico” —continuó—  “es el símbolo del propio sacrificio; indica que en la medida en que damos lo nuestro, nuestras posesiones, nuestras adquisiciones intelectuales y nuestras habilidades, así nutrimos nuestras virtudes, desarrollamos nuestro carácter y nuestra personalidad, y a medida que los años pasan nuestro propio sacrificio se refleja en buenas acciones que perduran más allá de nuestra vida y son el reflejo de los sacrificios que hicimos”.

— “Aunque sigamos las huellas de su sello que dejó en los fallecidos, es poco probable que encontremos un ave de gran tamaño y con ganas de devorar el alma” —comentó Joshua de forma poca oportuna, a la vez que recordó y comentó— “por otra parte… algunos de los aldeanos que vieron aquella posesión de cuerpo, dijeron observar una niebla antes de que el aliento oscuro invadiera a la víctima”.

— “Si es así, debemos darnos prisa, las últimas noticias de mis subordinadnos dijeron ver una extraña niebla dirigirse al este” —dio unos pasos y comentó el Duque Dana— “no esta lejos de aquí, vamos e impidamos la siguiente masacre”. Expresando esas palabras y al notar que todos estaban de acuerdo, salieron en el primer carruaje.

La ligereza de su cuerpo que sentía era extraña, al abrir sus ojos azules pudo notar que estaba en una oscuridad total, “¿dónde estoy?” —se preguntaba— a lo lejos un destello de luz le advirtió que quizá sea esa una salida de aquella penumbra. Al llegar cerca de aquella luz, pudo notar que era el brillo de unas cadenas y unos hilos muy finos y a la vez cortantes, pero quien le sorprendió ver era que había alguien aprisionado, no distinguía bien quien era por que los cabellos oscuros ocultaban su rostro. Cuando se colocó en frente de la persona cuya respiración era muy débil, su ropa lucia desgastada pero lo que la dejó perturbada fue ver ese reloj, era el mismo que llevaba Kibo esa tarde antes del incidente con los delincuentes. “No, no es posible…” —se apresuró a levantarle su cabeza con sus manos y con la angustia no le importó cortarse con los hilos que estaban alrededor del chico— “no puede ser…” —el asombro y la impresión al ver a la persona que tanto esperaba estaba en su delante, musitó levemente— “Kibo…”, como si los hilos cortasen su voz en ese instante del impacto al observarle.

El frio que sentía era distinto al clima de la hermosa mañana, era algo inquietante y a la vez lleno de maldad, el primero en avisarle fue la sombra exasperante que había discutido por varias horas, dejó a su dueña envuelta en una de las cobijas la cual aún no despertaba. Mientras él se transformaba en un lobo blanco gigantesco.

— “¡¡¡AHHHH!!!” —gritó la sombra de verlo tan grande— “esa es tu verdadera naturaleza como bestia, ¡¡¡en serio que asustas!!!”.

“¡¡¡Ya cállate!!!, que el enemigo anda cerca” —respondió el lobo mientras formaba un campo eléctrico a su alrededor.

La sombra y el lobo quedaron estupefactos al ver a la persona que se acercaba, envuelta de una total oscuridad y de ojos dorados ere Kibo, mientras a su alrededor una niebla marcaba su paso, éste al verlos y notar que la chica estaba profundamente dormida, hizo un gesto de fastidio, “tenia planeado jugar un rato con esa chiquilla, pero mientras ella despierte me divertiré con ustedes” —comentó con una sonrisa retorcida apareció en el rostro del joven.

— “Pero, ¿quién  diablos eres tu y que le hiciste al chico?” —preguntó la sombra.

“Soy “Niebla” conocido por el sello del pelicano como devorador del almas y ese chico, no tiene mucho tiempo, muy pronto absorberé su alma y mi señor estará feliz” —comentó el de ojos dorados— “los siguientes serán tú joya y aun no entiendo que hace una sombra ayudándoles, ¡eso es traición y se paga con la muerte de lo que resta en tu alma!”.

— “Como si no supiese el castigo por la traición, ¡maldito!”. Aprovechó la oscuridad que se había formado en el cielo y de su frente un sello se iluminó al rojo vivo y le comentó al lobo “no creas que eres el único que se puede transformar en bestia” —sonrió— mientras su cuerpo iba creciendo y adoptando la forma de un cuervo gigante de ojos rojos —comentó— “¡vamos que esperas!, ¡esta lucha se termina aquí y ahora!”, sabia muy bien que si el escapaba lo demás al enterarse le iban a buscar para eliminarlo.

“Dame tu mejor golpe… si es que puedes…”, la sonrisa burlona hizo que el cuervo saliera del campo eléctrico que había formado el lobo y se encontrase frente a frente con su atacante.

Una bola de energía fue despedida por el cuervo hacia el joven de ojos dorados, quien con un ligero brillo en sus vistas, detuvo el impacto, creando un campo de energía alrededor de él, “soy el mejor en hechizos y aún más puedo decirte que así intentes crear una ráfaga cortante, yo detendré tu ataque”.

— “Imposible, también tienes la habilidad de leer las mentes” —se asombró el cuervo.

Mientras el lobo solo observaba a detenimiento lo que ocurría y no podía interrumpir una batalla entre espíritus, además tenía que proteger a su ama, la cual no despertaba con semejante ruido y movimiento, eso le preocupaba.

“No te esfuerces en querer despertarla, por que no lo hará, solo es un cuerpo vacío por que su alma ha sido transportada a otro mundo” —comentó Kibo con molestia— “es una lástima quería disfrutar de su ira una vez más pero por lo menos gozaré destruyendo su cuerpo en pedazos jajajajajajaja”.

— “¡Rayos!” —dijo el lobo quien extendió a totalidad un remolino en el cielo y aulló fuertemente— “no dejaré que toques a mi ama” —gruñó con enfado— mientras le daba el apoyo al cuervo con una lluvia de rayos las cuales impactarían al sujeto insoportable. Sin embargo éste alzó una de sus manos y dibujo su sello deteniendo ambos ataques.

— “Ese aullido es del lobo Etel” —mencionó la niña pelirroja la cual había insistido en acompañarles— “estoy segura, es él”. Haciendo que los demás detengan el carruaje y salieran por un momento, “es por allá” –comentó Emilio indicando la posición de la tormenta— “¡vamos lo más rápido!”, los caballos salieron a todo galope a la dirección mostrada.

Sus manos le acariciaban el rostro, tratando de que despertase, “Kibo… respóndeme por favor… Kibo”, le llamaba la dulce voz e Alexa con desesperación de verlo atrapado ahí y tan débil— “vamos, Kibo háblame por favor, Kibo…”. Empezó a sollozar al no tener respuesta, “que puedo hacer para que despiertes…” —dijo ella aturdida y al mismo tiempo notó que éste empezaba abrir sus ojos con dificultad– “eso Kibo tu puedes, despierta por favor…”.

Los ojos plomos empezaron a distinguir a una joven de cabello castaño y de ojos azules, “esos ojos los eh visto antes… no recuerdo donde…” —comentó al ver a la extraña tan cerca de él y sosteniendo su cabeza con sus manos, “¿quién… es usted?...”.

La chica se quedó inmóvil por unos segundos al escucharle hablar así, “acaso… no me recuerdas…”.

— “No, pero… usted no debería estar aquí” —asintió— “yo… moriré pronto… y no quisiera que ese sujeto le haga daño…”.

— “Quién me esta haciendo daño en este momento son tus palabras Kibo” —dijo ella con enfado y una idea se cruzó rápidamente— “sin embargo… así me hayas olvidado yo haré que me recuerdes…” —comentó inclinándose un poco hacia él, dejando que sus labios toquen los suyos por primera vez– ella no sentía temor alguno, solo expresaba sus sentimientos, éste al leve contacto se sonrojó de inmediato y con sus ojos muy abiertos de la sorpresa por lo que acababa de hacer la chica desconocida.

Un dolor de cabeza se notó en el sujeto de ojos dorados en ese instante, “¿qué fue eso?...”, mi cuerpo se estremeció por completo y mi cabeza parece estallar, es imposible que él intentase liberarse, no tengo reacción alguna en este cuerpo de algún corte, sin embargo colocaré una barrera más, no quiero fallas otra vez”.

Después del inesperado beso que recibió ella se apartó y le abrazó, “no quiero que mueras Kibo… tu eres lo más importante para mí y quiero que regreses al mundo real sano y salvo”, le abrazó fuerte mientras sollozaba sobre el cuerpo encadenado. En ese instante una fuerte presión hizo que Alexa se alejará varios metros de él, mientras éste le observaba “ese sujeto a creado una barrera… no debe acercarse…por favor…déjeme solo en esta oscuridad…”.

— “¡¡¡Kibo!!!” —gritaba repetidamente ella golpeando aquella barrera que los separaba— “¡¡¡Kibo!!!, ¡¡¡no te abandonaré!!!, ¡¡¡me escuchas!!!, ¡¡¡no lo haré!!!”.

— “Esta chica no se detiene… sus manos están sangrando… pero no es por golpear la barrera, son cortes de estos hilos al cual estoy atado…”. Sus ojos plomos se abrieron al pensar que ella no le importó lastimarse por estar a su lado, “porque lo hace… por que…”. Al recordar las palabras que esta le dijo después de aquel beso, el cual le hacia sonrojarse de solo volver a recordarlo —la  observó y vio que unas cadenas oscuras empezaban a rodearle sin poder escapar— “¡¡¡Kiboooo!!!, “¡¡¡ahhhhhhh!!!”” —gritaba ella mientras intentaba liberarse, pero las cadenas la iban alejando más y más. Él por su parte extendió su brazo recibiendo algunos tajos por los hilos —pensó— “espera… ¡espera!” —exclamó mientras ella iba desapareciendo ante sus ojos— “vive… por favor…”, fueron sus últimas palabras que dijo él al verla desparecer por completo.

“¡Rayos este cuerpo ha empezado a despertar!, sin embargo con lo débil que está no podrá liberarse, su sangre esta corriendo eso lo debilitará más de lo que está, así pronto morirá” —comentó el joven de ojos dorados al ver que uno de sus brazos empezaba a brotar sangre— con unos ligeros movimientos de manos, devolvió el ataque a ambos, dejando al lobo a lo lejos en el suelo y al cuervo levantándose con dificultad.  “les llegó su fin” —murmuró— la niebla avanzó hacia la sombra, logrando inmovilizar al cuervo gigante con varios aros negros, mientras el lobo se imponía a la defensa nuevamente a pesar que los aros lo invadían lentamente, “¡sello de poder ven a mí!” —señaló abriendo ambos brazos ante si, un círculo le empezó a rodearle, el símbolo de un ave se hizo notorio, cuando se disponía a terminar a ambos, una aura azul empezó a cubrir el cuerpo de Am, la cual se levantaba y con la mirada violeta volteó a observarle y sus ojos se tornaron rojos al desenvainar su espada, la cual fue cubierta en espiral por su magia, “YO SERÉ QUIEN TE LIBERE DE ESE SUJETO, ¡¡¡ESCUCHASTE MOCOSO!!!”.

Los ojos del lobo se quedaron estáticos al ver que su ama, tenía un aura mas terrible que podía imaginar, el grupo de Joshua y demás habían llegado y observaron la escena, la pequeña pelirroja quería intervenir pero su padre le detuvo, diciendo— “aún no hija… ”, ante la negativa de su padre, acudió al rubio quien la levantó en sus brazos y murmuró— “solo mediaremos si es necesario, por que esa chica es muy poderosa”. La niña asintió y se preocupó por Etel que estaba cubierto de aros negros en todo su cuerpo.

— “Por fin despertaste” —sonrió irónicamente— “ya empezaba a aburrirme” —le dijo tratando de leer su mente, pero algo le impedía, “porque… no puedo entrar en sus pensamientos como esa vez”.

— “Quizá algo esta interfiriendo” —sus ojos destellaron un brillo que no le agradó en absoluto al sujeto de ojos dorados— “primero…” —lanzó un corte con su espada hacia él, escuchándose un crujido de cristales muy finos flotando alrededor.

— “Imposible… rompiste la barrera e incluso tratas de superarme…”, entonces extendió su sello hasta poder encerrarla,  “¡¡¡Ventus redemptionis!!! (viento de redención)”. Una base escarlata estaba alrededor de la chica, quien era sacudida por un fuerte resplandor desde el suelo, “ahora espera tu muerte” —dijo él al escuchar sus gritos de dolor que emitía la joven.

Los recién llegados estaban asombrados y a la vez solo esperaban con impaciencia la orden para atacar, el lobo no soportaba el dolor que le causaba ver a su ama sufrir por ese tipo, y el cuervo pensó— “supongo que es la forma de llegar hacia al verdadero muchacho, esta chica en verdad tiene agallas o se volvió completamente loca”.

— “Si esto continúa…” —pensó— “seré absorbida por este sujeto en su sello”, mientras que su collar empezó a brillar, dejándola por unos segundos en el vacío de la oscuridad total, “sálvale…” —escuchó una voz a sus espaldas— al voltear vio una mano sobresalir entre aquella penumbra, “sálvale… por favor…”. Am al sujetar la mano de aquella persona, las cadenas que la envolvían, se deshicieron dejando ver a una chica de ojos azules, “gracias por ayudarme, pero no tengo mucho tiempo”, su alma se volvía cada vez traslucida, “debes, salvarle… de lo contrario él morirá…”, ella entendió al ver a lo lejos el brillo de unas cadenas y quien era la persona que estaba ahí, asintió y le dijo— “descuida” —cruzó sus manos con la de ella, “yo lo traeré de vuelta”. Esta le sonrió y dándole las gracias desapareció.

Rompió la barrera que rodeaba al chico con el anillo azul, el cual lo utilizó en diagonal hasta llegar hacia él, le dijo— “Bo, ¡despierta!”, usó un conjuro nuevamente rompiendo las cadenas y los hilos que lo mantenían cautivo. “BO, ¡DESPIERTA!, ¡ACASO DESEAS MORIR EN ESTE ESPACIO!”. Los gritos de la chica hizo que abra sus ojos y observe a Am, como siempre enfadada y a punto de darle una paliza, “lo siento…” —respondió muy débil— caminando con ayuda del brazo de ella, “como se supone que saldremos de este lugar…” —musitó levemente, al escucharle decir eso Am le respondió— “no te preocupes, estoy segura que lograremos ver algún camino de luz en medio de esta oscuridad” —su collar de ella brilló haciendo desparecer poco a poco la penumbra en que se encontraban.

En ese momento un fuerte resplandor emitido del interior de Am hizo que la barrera escarlata se disipe y ésta empezó a descender inconsciente de la altura en la que se encontraba, los aros negros que mantenían prisioneros al cuervo y al lobo fueron desapareciendo, el lobo se transformó nuevamente en persona, sujetando entre sus brazos a su ama. A pocos metros un aliento oscuro salió del cuerpo de Kibo, dejándolo caer en el suelo inmóvil mientras a su costado una figura se formaba de la niebla, “¡maldición!, eh sido expulsado de este cuerpo por esa chiquilla”, con una cubierta de una capa vieja y sin rostro, el espectro se enfocaba en atacar a Am.

— “¡Ahora!”—se escuchó la voz del Duque Dana, haciéndose presente junto a los demás, la niña pelirroja se asombró de ver a Etel convertido en un hermoso joven de ojos claros como la luna, mientras que Joshua sostenía el cuerpo de Kibo, Emilio desenvainó su espada y en pocos segundos hizo varios cortes pero poco podía hacer ante un espíritu siniestro como ese, el fuego del Duque Dana no sirvió de mucho, al ver eso, la niña se colocó al frente de su padre y observó que nada de lo que su padre y amigos hagan le hacían el menor daño, entonces ella al recordar lo poco que escuchó en aquella reunión en la biblioteca, “si su sello era ese…” —comentó fuertemente hacia él– “¡¿acaso tu sacrificio no fue recompensado?!, ¡¿no lo fue?!” —extendió sus manos como un ligero sermón.

Ese comentario hizo que el espíritu quede pensativo por unos segundos y diga— “no…, todo lo que quise, todo lo que hice, fue en vano… por que cuando llegué ella ya estaba muerta, lejos de mi alcance por el contrato, ¡de que valió tanto esfuerzo!, ¡de qué valió el sacrificio!, ¡¡¡DE NADAAAAA!!!!!!, ¡¡¡por eso odio a todos!!!, ¡¡¡odio al mundo entero por arrebatarme lo que más quería!!!, y por eso decidí que quien tenia que tomar esa decisión era yo, de esa manera me dediqué a robar las almas de las personas, así disfruto el sufrimiento ajeno jajajajajaja”.

— “No eres el único que sufre, todos aquí tenemos un pasado que nos condena y agobia, sin embargo, no por eso, le hacemos daño a nadie, al contrario deseamos ayudar, ¡déjate ayudar!, sí” —le sonrió— una luz se abrió en el cielo, mientras la niña juntaba sus manos en señal de una oración, “cree… que todo es posible… cree…”.

Las palabras de la niña, llegaron a lo profundo de su alma, “creer…” —observó la luz que provenía del cielo mientras la capa oscura que llevaba desaparecía para mostrar una persona de gabardina canela, camisa y pantalones blancos, su cabello corto color castaño y de ojos cafés, junto con dos brazaletes en ambas manos, eso era el pacto que había sellado y el cual le hacia pertenecer a ese mundo,  “creer…” —volvió a repetir la palabra mientras observó a su alrededor.

La niña avanzó hacia él con su padre por detrás, diciéndole— “cree en la esperanza de las personas y en la que aún existe en el fondo de tu alma…”.

“Gracias” —le sonrió y a la vez asintió– “lamento haberles causado problemas a todos, sé que aún no puedo ir a donde deseo por estar atrapado en este mundo sin embargo pequeña, has devuelto la fe que había perdido, nuevamente gracias eres una joya muy valiosa”, observó el firmamento de aquel día claro y resplandeciente, “por fin podré volar libremente sin ocultarme entre las sombras…” —dijo, mientras su cuerpo empezó adoptar la forma de una ave la cual salió volando hasta desparecer con la luz del sol.  

Al ver lo que acababa de pasar, la mayoría soltó un suspiro y la sombra que había vuelto a su figura amorfa bajo la sombra de un árbol —musitó—  “ufff pensé que moriría”.

“Estas muerto” —respondió el de cabellos blancos, provocando un aura oscura en la sombra, mientras observaba a su dueña– “parecía otra persona hace unos momentos, valiente y decidida, con fuerte poder mágico, tanto que logró expulsar a ese sujeto del cuerpo de ese chico”.

— “Uyyy veo que tu admiración por esa loca o perdón tu “ama” a crecido a picos muy altos, jajajajajaja”

“¡Cállate!”. Se irritó soltando una chispa entre los arboles.

— “Ustedes si que se llevan muy bien”,  intervino Emilio envainando su espada y dirigiéndose hacia Joshua. “¿Cómo esta el chico?”.

— “Muy débil además necesita atención para las heridas que tiene su cuerpo”.

— “Si están de acuerdo deberían ir con nosotros a la mansión, no esta lejos de aquí” —comento el padre de la pelirroja, quien había felicitado a su hija por haber despertado su joya de la fe, los demás no tuvieron objeción en seguirles, pero al ver el carruaje una gran interrogante surgió.

— “Emmm… creo que somos muchos para un carruaje” —comentó Emilio, surgió una gruesa gota en los presentes al notar que el grupo había aumentado. “Pero, descuiden yo iré arriba con el conductor” —sonrió— “asunto resuelto”.

Todos empezaron a reír y el joven de cabellos blancos sujetaba a Am la cual permanecía inconsciente al igual que Kibo, éste iba en el otro asiento junto con Joshua, al frente de ellos el Duque Dana con la pequeña Sara quien se había quedado dormida. De esa forma los caballos empezaron su transcurso rumbo a la mansión, mientras la sombra por sensatez al ver que todo estaba repleto, sugirió darles el alcance en breves minutos.

A la tercera noche la luna llena iluminaba el cielo nocturno, la luz rosó las mejillas del chico de cabellos oscuros, quien sentía que el dolor en su pecho había desaparecido, despertó viendo múltiples vendas en sus brazos, recordó que había vuelto a caer bajo la posesión de aquel sujeto nuevamente, “mi cuerpo se había debilitado sin razón alguna, además ese dolor que sentía no era normal… sin embargo en ese lugar yo vi a esa mujer de ojos azules” —recordó el beso que ésta le dio y un leve sonrojó cubrió su rostro— “eso fue… inesperado y algo atrevido de su parte” —giró su cabeza en negación y observó una habitación amplia con detalles de alta calidad y el labrado muy fino, “donde estoy, no creo que sea un sueño” —comentó acercándose a la ventana y vio un amplio jardín,  su mirada se dirigió hacia aquella hermosa luna llena, “espero que esa chica…  este bien”, sus ojos plomos se cerraron para recordar aquellas palabras que ésta le dijo, no había duda que le dejó tremenda impresión ver a una extraña decirle semejantes cosas, sobre todo declarársele y besarle, eso había puesto inquieto a su estado mental, por saber quien era y por qué le conocía, que era ella en su vida y por qué le hablaba con tanta confianza, “tengo muchas cuestiones por resolver… por suerte la señorita Am pudo salvarme gracias a ese pasaje de luz que abrió con la ayuda de su collar, pese a todo, estoy seguro que encontraré las respuestas algún día…”.

Fuera de la mansión y del campo de protección, un espíritu había llegado, se ocultaba entre los arboles la sombra de una figura oscura con una sonrisa siniestra, la cual en medio de la oscuridad, comentaba— “oh… no puedo creer que esos niños causen disturbios a nuestro gran señor…”, a los pocos segundos y envuelto de hojas otra figura apareció y cruzado de brazos le respondió— “sin embargo gracias a eso nos liberó jajajaja, no se imaginan lo que les espera…”, ambos empezaron a reír.  
Capítulo VI: “Nuevas amistades”


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