CAPÍTULO
VIII
“UN ENCUENTRO
CON KIBO”
En
lo alto de la torre sosteniendo el reloj entre sus manos, tuvo una visión donde
la barrera se debilitaba y eso no era normal, con una señal de sus dedos
levantó el espejo y visualizó la forma en que sus sirvientes iban a llevar los
acontecimientos y de forma extraña sin el permiso de éste habían invitado a
otros seres externos que intervengan, eso era lo que no permitiría, su capa
empezó a emanar una energía oscura y siniestra, además se percató de algo
realmente interesante, que esa chica de cabellos blancos tenia una conexión con
el humano a quien deseaba capturar, entonces pensó— “porque debo tenerla como rebelde
si puedo utilizarla como un soporte a mi servicio, posee magia y el poder que
tiene es único en este mundo”. Se levantó y terminó de hacer un memorable
hechizo. “In vobis et velle, et matrem tuam, quod est excitatio audieritis vocem
meam, et non audieritis vocem meam, et sine dubitatione” —comentó
tranquilo mientras arrastraba su larga cabellera.
Por
otro lado, el rostro que tenia en su delante y a pocos metros de ella, le
conocía perfectamente, como olvidar al sujeto que se había hecho cargo desde
que llegó a ese mundo, aunque había olvidado su nombre y varias cosas de su
pasado ahora estaba en total desventaja, si ese sujeto estaba vivo, la iba a
llevar con ella, eso era lo que en su momento quería pero algo cambió en todo
el tiempo que ha pasado —pensó— “eh vivido y eh visto mundos tan diferentes a
donde me crie, aprendí magia y soy más poderosa que antes, incluso conocí lo
que es la alegría con los cuatro maestros y sus enseñanzas, todo eso… se
terminará si voy de regreso con el… ¡No!” —murmuró— “no pienso volver…”.
El
sujeto que sostenía las hojas entre sus dedos, observaba con detenimiento los
movimientos de la chica. Mientras que uno de los dos que permanecían a sus
costados envueltos de un humo negro cubiertos de una capa oscura se adelantó, “no es momento de tus negativas, te conozco
lo suficiente para ver que te has mezclado con humanos e incluso tus emociones
han despertado”.
—
“¡¡¡CALLATE!!!, ESO NO ES CIERTO” —se enfureció— “SI NO HUBIERAS FINGIDO TU
MUERTE Y NO ME HECHARAN LA CULPA DE ESO, NUNCA HUBIESE TENIDO QUE SALIR DE ESE
MUNDO, ¡¡YO NO PEDÍ ESO!!”.
— “Estas en lo correcto, sin embargo esa fue una
prueba a la que te había sometido, pero…” —alzó su tono de voz— “¡¡me has decepcionado por completo!!”.
Lanzó un látigo el cual iba a caer en el rostro de la chica pero Etel lo sujetó
con uno de sus brazos.
—
“No pretenda golpear a mi ama delante mio, por que terminará muerto” —comentó
el guardián decidido y colocándose delante de ella, numerosas descargas
eléctricas se manifestaron en aquella noche iluminando el cielo.
—
“¡DECEPCIÓN!, JAJAJAJAJA LO ÚNICO QUE RECIBÍ SON SOLO MALTRATOS… AHORA VEO QUE
HICE MUY MAL EN SEGUIR TUS ENSEÑANZAS, EH HECHO TODO MAL…”, sus ojos temblaron
al darse cuenta, “NO PUEDE SER… ES COMO
SI HUBIESE VIVIDO DE LA SOMBRA DE UN CRETINO Y ME EH CONVERTIDO TAL Y CUAL ES….
NO, NO…”, se tocó su cabeza en confusión por aclarar su comportamiento.
— “Lo vez, no eres diferente a mi querida, así
que vámonos que nuestro Dios desea hablar contigo” —comentó.
—
“NO…” —dio un paso hacia atrás— “SI EL DESEA HABLAR CONMIGO NO ES PARA NADA
BUENO, ESO ESTOY SEGURA” —su cuerpo tembló de la sola idea de alguna
tortura.
— “Bienes conmigo por las buenas o por las
malas”, éste utilizó una de sus manos, con ello miles de cadenas salieron y
envolvieron al guardián dejándolo inmovilizado y del otro brazo enredó su
látigo en el cuello de la chica haciéndola avanzar, en ese momento múltiples
rayos empezaron a caer en dirección de éste, logrando atravesar la cuerda y las
cadenas pero para asombro del guardián, ninguno se rompió. “Tu magia no puede destruir las cadenas del castigo del mismo infierno”
—dijo soltando el látigo del cuello de la chica, haciendo que esta caiga de
golpe en el suelo recuperando su respiración y al mismo tiempo levantó su
cabeza para observar como el otro sujeto que aún no se quitaba la capucha de
aquella capa oscura, estaba delante suyo, le extendió su mano diciendo— “levántate” —una sonrisa se notó bajo
aquel rostro cubierto— “te están
esperando”.
Los
llamados de Etel no alcanzaban sus oídos, para ella solo resonaban aquellas
palabras una y otra vez en su mente, haciendo que sus ojos violetas se hicieran
negros, levantando su mano y la entrelazó con el diciendo— “si, vamos…”.
—
“¡¡¡¡¡¡¡AMAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡REACCIONEEEEEEE!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡POR
FAVOR!!!!!, ¡¡¡¡AMAAAAAAAAAAAA!!!! —gritaba
Etel pero sus esfuerzos fueron en vano, pudo observar que ella había caído en
trance al entrar en contacto con ese otro sujeto y los tres envueltos de un
humo oscuro desaparecieron. Este cayó al suelo libre de las cadenas, el sujeto
que poseía aquellas hojas también desapareció segundos después, el rostro de él
estaba lleno de angustia y desesperación, “iré donde quiera que estés y te
recuperaré… ama”.
Las
gotas de lluvia y densas nubes oscuras empezaron a cubrir el nuevo día, formando
poco a poco una gran tormenta con múltiples rayos en una sola dirección y esa
era la misma que seguía Kibo y los demás en el carruaje, éste les había
comunicado su teoría, en su interior, Joshua y su hermano estaban pensativos de
la trampa que habían sido objetos, Emilio estaba sumiso en sus pensamientos a
la vez que el Duque trabajaba mentalmente sobre como es que burlaron la
información de tal forma que pareció real, para salir de dudas tenia que
regresar lo más pronto a su mansión y verificar la fuente de aquel mensaje.
—
“Solo hay un lugar al que los espíritus y
joyas oscuras se reúnen para alardear festines y ese es el viejo reloj que esta
cerca del castillo” —comentó el ave mientras el lobo asintió agradecido por
la información y continuó su trayecto formando parte de su naturaleza.
Los
rayos y tormentas dieron con el lugar mencionado y al abrir la puerta uno de
los truenos resonó con fiereza, Etel descendió envuelto en su capa blanca, ahí
encontró a nueve espíritus errantes y entre ellos estaba el sujeto en una de
las gavetas viejas, las paredes estaban revestidas de espejos, “quizá es una
ilusión” —pensó mientras daba sus pasos firmes— los murmullos y varios ojos
empezaron a ver al guardián con ganas de devorarlo y matarle, pero este
continuó su camino y se detuvo al estar al frente de quien invocó a aquellos
espectros, “compañeros démosle bienvenida a una joya de poder” –jugó con
una de sus hojas en sus manos.
—
“Amo, deje que devoremos esta joya” —comentó uno.
—
“Si, amo, así nuestro poder aumentará” —dijo otro y el resto se alborotaba por
la respuesta de éste.
— “¡¡Silenció!!,
¡¡escorias inútiles!!” —dijo éste y empezó a caminar alrededor de Etel
pensando su nuevo— “tal vez… seas útil, ¿por qué no te unes a nosotros…?”
—se cruzó de brazos— “sólo así podrás ver a esa chica por última
vez”. Se colocó detrás de un espejo y le mostro a su dueña que caminaba
sin rumbo alguno custodiada por ambos espectros. “Ella tiene los minutos contados,
así que es mejor que te decidas pronto, únetenos y vivirás como su guardián para
siempre en su memoria, por que al morir el derecho de ser su joya se romperá y
tu volverás con nosotros; y suponiendo el caso que ella no muera, entonces
tendrá que renunciar a ti como joya para salir de ese mundo y romper el conjuro”.
Con ese último comentario este frunció el ceño y respondió— “no me importa donde tenga que ir, yo estaré
a su lado para protegerla”. Los murmullos de los demás espíritus ansiosos
disminuyeron al ver que aceptó el trato. El guardián pensó— “espéreme ama…”.
Sus
ojos violetas empezaron abrirse y se ubicó en medio de la multitud, llevaba
puesto un vestido celeste muy claro y su cabello blanco estaba sujetado por
unas peinetas, dejando caer algunos mechones sobre su rostro, la chica se espantó
al verse así, se asomó sobre una vitrina que tenia al costado de una tienda y
vio su reflejo quedando paralizada, pensó— “QUE… QUE ES ESTO” —su apariencia
había cambiado— “PORQUE ESTOY VESTIDA COMO UNA HUMANA, POR QUE…” —empezó a
esculcarse por todo su cuerpo— “QUE PASÓ… DONDE ESTA MI CUERPO FUERTE Y MIS
GARRAS, POR QUE TENGO EL CUERPO DE…” —una suave voz se escuchó entre sus oídos
diciendo— “una hermosa humana”. Am
pego un saltó del susto y volteó a ver quien era, no identificaba su rostro
pero si la alta figura de un joven con un abrigo de pantalones oscuros y unos
guantes.
—
“¿QUIEN RAYOS ERES?”.
Ante la
pregunta, éste se acercó a ella y la observó sujetándole el mentón, “es demasiado tarde para tus bromas”, la
chica al contacto tembló e intentó hablar pero él le sujetó de su mano y
empezaron a caminar.
—
“¡¿QUÉ… QUE HACES?!, ¡SUÉLTAME!” —intentando liberarse del extraño— “¡NO SE
QUIEN RAYOS SEAS, NI A DONDE ME LLEVAS!, ¡SUÉLTAME!, ¡SUÉLTAME!”.
— “No lo haré” —sonrió— “sufre jajajaja” —continuó caminando
mientras sus palabras enfurecían a la chica.
—
“HABLO EN SERIO” —frunció el ceño— “SI NO LO HACES, QUIEN VA SUFRIR VA SER
OTRO”.
— “No tengo miedo a tus amenazas”, se
escuchó la voz calmada del chico, “desde
que te conozco, siempre te enojas y gritas con los demás sin embargo”, se
detuvo, “detrás de esa mujer gruñona esta
la chica tierna que le gustan los animales pequeños, como los conejos a los
cuales adoras” —sonrió— “ese es un
buen ejemplo”.
Ella
quedó sorprendida al ver que la persona que tenia al frente sabia de ella, es
decir conocía muchas cosas que ahora ella no recordaba, pensó— “es verdad…
nunca maté a conejos pequeños por que los encontraba tan indefensos y lindos”.
— “Mira” —le señaló una caseta de tiro al
blanco— “¿quieres jugar?”.
—
“NO SE JUGAR ESAS COSAS” —masculló mientras su mente trabajaba— “que es lo que
este sujeto sabe de mi…”.
— “Anda, no bromees, el año pasado te gané o
es que acaso… ¿no quieres jugar por que admites tu derrota ante mi?” —comentó
observando su reacción. Sabia que el desafío era lo que más le disgustaba y que
mejor que molestarla para que acceda a jugar.
—
“No perderé ante un humano” —pensó— “¡JUGARÉ!”.
— “Perfecto” —sonrió— “yo inicio”, se preparó con la escopeta,
“observa al maestro”. De un solo tiro
bajo un peluche de perrito.
—
“¿Eso es todo?, ¿le disparas al objeto y listo?” —preguntó ella con curiosidad
y al mirar que éste sujetaba al peluche y se lo dio, “¿es para mi?” —preguntó.
—
“No, solo sostenlo jajajajaja ya que aun
me falta hacer varios tiros, recuerda que quien gana tiene dos jugadas más”.
—
“¡ÓYEME!, ¡NO SOY TU SIRVIENTA!” —bufó enojada iba a tirar el peluche al suelo
cuando vio éste le dio dos más— “ES… ¡ESPERA!, ¡QUE RAYOS HACES!, ¡DEJA DE
DARME COSAS QUE NO QUIERO CARGAR!”.
Este
pidió unas bolsas y empezó a quitar los peluches de varios tamaños que llevaba
la chica, dejándola con uno.
—
“Oye, te faltó uno” —resopló ella liberada del peso.
—
“Ese es para ti”, se sonrojó un poco,
“te gustan los conejos, así que pensé que
tuvieras uno de recuerdo”.
Ella
le observó y dijo— “mm…gra…gracias”. No entendía bien lo que pasaba pero no
podía enfadarse en serio con él no sabia por que…
—
“Es su turno señorita” —comentó el señor de la tienda.
—
“Claro” —sonrió y observó al sujeto de su costado diciendo— “TE GANARÉ”.
— “Inténtalo si puedes jajajaja” —dijo el
sosteniendo al peluche mientras ella jugaba. Por más que intentaba darle a uno,
ninguno caía. Eso la enfureció y un aura oscura empezaba salir de ella.
—
“NO PUEDO PERDER ANTE UN HUMANO ASÍ POR ASÍ Y MENOS EN UN TONTO JUEGO, GRRRRRRR”
—pensaba.
— “Te lo dije, no me ganarás soy el mejor”
—sonrió— “y como premio consuelo te daré
esto”. Se acercó con un dulce de manzana, “cómelo es delicioso”.
—
“Pe…pero” —dijo y a la vez pensó— “porque rayos me da premios si yo perdí, esta
loco…”.
—
“Anda, come” —sonrió. Ella dudó al comienzo por que no entendía bien lo que
hacia el chico pero reconocía que su actitud la confundía y empezó a comer.
Continuaron
caminando entre la multitud, ella sosteniendo al conejo de felpa y el la bolsa
de otros dos peluches grandes. Tenía curiosidad de saber más sobre ese chico
desconocido. “Los peluches restantes, se los darás a alguien más…” —preguntó.
—
“Claro” —sonrió— “mi pequeña hermana le encantan los perritos y los osos de felpa” —informó—
“¿porque?”.
—
“Solo curiosidad…”, se sobresaltó al ver que unos sonidos peculiares empezaron
a despegar hacia el cielo nocturno, iluminándolo una y otra vez.
—
“Recuerdas… la promesa que hicimos…” —comentó
observándola en medio de la multitud y los fuegos artificiales.
—
“Si…” —respondió sin la menor idea de cual era e indagó— “¿podrías repetirla
una vez más…?”. Éste al oírla decir eso, se acercó y la tomó de sus manos
blancas, causando un temblor en ella, le dijo suavemente— “las estrellas brillan pero eventualmente se apagan, sin embargo la luz
de tu alma es eterna… por eso más allá de los lamentos que enfrentes, siempre
estaré ahí para ayudarte… para protegerte”.
Ella
al escucharlo se sintió tan extraña y a la vez feliz por saber sobre aquella
promesa, le dijo— “gra… gracias por existir…”. Nunca antes le habían dicho
tales palabras, “ser humana significa tener estas emociones extrañas…” —pensó y
al mismo tiempo soltó las manos del chico, inclinándose sobre su regazo, “eres
el primero en conocerme, sabes lo que me agrada y desagrada, compartimos
promesas juntos, ¿quién eres en verdad?… quiero ver tu rostro…”.
— “Sabes quien soy… solo que hoy te comportas
demasiado extraña” —dijo él y la abrazó acariciando sus cabellos— “yo siempre estaré a tu lado para protegerte
y amarte…”.
El
latido de su corazón se hizo notable y con ello sus ojos negros se aclararon
recuperando su color violeta, ahí pudo visualizar a dos sujetos a su costado,
ella estaba encadenada de manos y pies, se dio cuenta que estaba siendo
trasladada a otro lugar, “¿dónde estoy?’ —pensó— al mismo tiempo que el tutor
que la crio estaba delante de ella llevándola de regreso a su mundo de
penumbras, a su derecha estaba el sujeto de capucha, el mismo que vio antes en
sus recuerdos. “Tu eres…”, le abrazó por encontrarle, “cumpliste tu promesa
después de todo”, se alegró.
— “Te equivocas, solo cumplo ordenes del amo”
—escuchó como respuesta.
—
“¿Qué…?”, se sorprendió.
— “Querida una vez que el alma regresa a este
mundo, sus recuerdos del pasado son borrados, el amo los controla ahora, así
que es un espíritu vacío y sin esperanza”.
—
“No puede ser…” —se apartó de este y asintió— “entonces, ¿porque lo llevaste contigo
a ese mundo?”.
— “El poder de este chico es superior al
nuestro y fue nuestro Dios que lo escogió para traerte de regreso, el sabia que
no te opondrías ante él”.
—
“Porqué…” —empezó a golpearlo repetidas veces y protestaba ante el espectro— “¡¡¡PORQUE
ME DISTE ESE HERMOSO RECUERDO SI NO SE VOLVERÍA REALIDAD!!!”, sin tener
respuesta de éste —comentó con leve sonrojo en su pálido rostro— “¡PORQUE!”.
— “Es parte del castigo que se te entregó por
escapar y juntarte con humanos” —aseveró
su tutor.
—
“¡NO ME IMPORTA SI SOY HUMANA O NO!, solo quiero saber la verdad, ¡MI VERDAD!, quiero
regresar al mundo con ese chico y los demás, ellos me valoran a pesar de los
insultos y maltratos que les doy, y eso es gracias a ti, por que endureciste mi
alma de tal forma que no debía sentir compasión por nada ni nadie, pero ahora
solo quiero saber más sobre mi vida y ni el mismo Dios de este mundo me lo va a
impedir, ¡ESCUCHASTE!.
— “Creo que necesitas recordar la vieja
lección de obedecer a tus superiores” —el látigo cayó en su cuerpo con tal
fuerza que la arrojó contra un muro, esta lo observó y se paralizó. “Bienvenida a tu mundo” —comentó su tutor
dejando ir al alma encapuchada y quedando él en la entrada.
—
“Estas son la puertas del infierno… no, no quiero regresar…no” —apretó sus
manos de impotencia al ver que el protagonista de aquel recuerdo se esfumaba
ante sus ojos, no podía hacer nada solo verle desaparecer. Eso le dolió tanto
como su primera lección.
— “¡Vamos camina!”, le dijo sujetándola
de las cadenas haciendo que de unos pasos mientras ella se resistía cruzar esa
puerta.
—
“NO…” —retrocedió— “¡¡¡QUIERO REGRESAR CON LOS DEMÁS!!!” —sujetó su collar con
sus manos y garras intentando escapar.
Este se preparaba a darle otro látigo para que obedeciera pero fue detenido por
una mano, observando a un joven de cabellos largos y capa blanca delante de
ella. “Ella no desea ir y no lo hará mientras
sea su guardián”.
—
“Etel…” —parpadeó sorprendida al verlo ahí—
“como lograste llegar aquí…”.
— “Eso no importa” —comentó el delante de
ella sujetando el látigo del tutor— “recuerde
siempre estaré a su lado”.
—
“Gra… gracias” —dijo y el escuchar tales palabras le provocó melancolía por
breves segundos y luego reaccionó— “NO PIENSO SOMETERME A LAS ORDENES DE ESTE
MUNDO, DE AHORA EN ADELANTE LUCHARÉ POR MI LIBERTAD” –sus ojos se volvieron
rojos y extendió sus garras— “ETEL,
ACABEMOS CON ESTO”. Su guardián estuvo de acuerdo, de un solo giro devolvió con
fuerza el látigo a su oponente y completó la frase de Am diciendo— “y regresemos con los demás”. Ambos se
juntaron y se prepararon para enfrentarle.
El
carruaje se había detenido y después de caminar por un gran patio, se
adentraron al viejo reloj, el lugar lucia abandonando sin embargo las agujas
seguían marcando el tiempo, “seguro estaba encantado por la energía del
castillo” —pensó Kibo— “si no tuviera estas cuatro joyas bajo mi poder quizá no
resistiría ante el oscuro poder que emana este territorio”. Al ingresar los
demás empezaron a actuar extraño. Emilio había sacado su espada y empezaba a
lanzar ataques al aire, el Duque hacia lo mismo con el fuego que provenía su
poder, Joshua intentaba liberar el poder de su espada, su hermano solo murmuró
algo y enseguida el ave se presentó sin que los demás notasen su presencia.
“¿Qué les sucede a todos?... porque actúan tan extraño…” —preguntaba Kibo
confundido.
Unas
risas burlonas resonaban con el viento y miles de hojas empezaron a unificarse,
haciendo visible a un hombre alto de ojos escarlata, de mirada fría, cabellos
castaños alborotados y de vestimenta color blanco con bordados dorados, al
juntar ambas manos formó de las hojas una túnica que cubrió sus hombros, “vaya,
vaya, que sorpresa… no imaginé que ustedes estarían conectados de esa forma…”
—suspiró— “los humanos son tan impredecibles… que me divierto con sus peores
pesadillas” —rio descaradamente. “Solo observa a los demás, son unos títeres
bajo mi sello jajajajajajaja”, se detuvo a pocos metros de este, “sin
embargo, tú eres diferente… no sólo has esquivado mi c onjuro sino que también
puedes visualizarme igual que esa chica”.
—
“Puedo visualizarlo igual que esa chica…” —repitió— “se refiere a Am” —preguntó
— “¡¿dónde está?!”.
— “Porqué
no lo averiguas por ti mismo”, le mostró las escaleras que conducían
varios pisos arriba donde estaba el viejo reloj, “ve y despídete de esa chica,
quizá a estas alturas ya este en su lugar de origen, una vez que cruce el
portal no regresará jamás, ese es el trato que hizo nuestro Rey con el Dios de
ese mundo, así el vinculo se rompe y nuestra prioridad se centrará solo en ti” —sonrió— “es un trato justo, ¿no lo
crees?, jajajajaja”. “Solo unos
pasos más y caerás bajo el pentáculo de la muerte” —pensó.
—
“No importa donde éste, ¡ella debe regresar!” —salió corriendo por las
escaleras, al hacerlo el brillo de los ojos escarlatas se hicieron notar
desapareciendo al chico en instantes y colocándolo en uno de los múltiples
espejos que adornaban el recorrido de las paredes en dirección del reloj.
— “Ahora
que los eh capturado a todos, mi amo estará feliz, esperaré a la noche para mostrarles mi gran
victoria antes los demás espíritus jajajajaja, hasta eso… ya estarán muertos” —observó
al chico— “aunque tu vida tardará un poco más, ya que mi amo te quiere vivo, sin
embargo los pactos que se hacen en vida son un lazo que no podrás borrar
fácilmente, ni siquiera con un recuerdo o hecho real…”.
El
chico al correr por las escaleras sentía que iba perdiendo la conciencia, su
cuerpo empezó a temblar y un fuerte dolor en la espalda hizo que este cayera al
piso perdiendo la conciencia. Alexa que estaba en medio de una clase en la
Universidad, sintió una profunda punzada en la espalda estremeciéndose de
manera inusitada y salió corriendo a los baños. Ahí, empezó a sentir que el
dolor era ya insoportable, “¿qué sucede?...” —se preguntó e inclinó sus manos
sobre el lavatorio— “es como aquella tarde… el dolor por recibir el cuchillo en
mi espalda ha regresado…”. Se asustó,
“¡Kibo!” —abrió la puerta e intentó salir corriendo pero el dolor se hizo cada
vez más profundo, sosteniéndose de la pared hasta que observó que uno de los
estudiantes pasaba por ahí. “Ayúdame… por favor…” —musitó hasta que su cuerpo
no le respondió más y se desmayó.
—
“Señorita Flynn” —comentó el pelirrojo sosteniéndola, llamándola varias veces
pero no respondía, hasta que notó que un liquido carmesí manchaba su blusa—
“¡esta herida!”, se intrigó al verla de esa forma y la llevó entre sus brazos
rápidamente hasta la enfermería. En el camino pensaba— “en la mañana estaba
bien en clase, ¿quién le pudo agredir de esa forma?...” —frunció el seño—
“quien quiera que sea, le haré pagar por tal atrevimiento”. El instinto de su
padre salió a relucir, el no dejaba escapar a ningún delincuente sea el caso más
difícil o terrible que encontraba; había aprendido muy bien todos esos años
ayudándole. “La medicina es mi pasión pero una de mis cualidades es la
investigación, si en mis manos esta poder ayudar a esta chica, lo haré” —pensó.
Los
gritos en sus oídos eran insoportables, el dolor que sintió segundos antes de
desaparecer de las escaleras había cesado, poco a poco fue despertando y sintió
que en una de sus manos el sistro apareció y con ello lo sacudió una vez. Un
brillo especial se apoderó de él y bajo sus pies el sello de la serpiente se
imponía. Haciendo que su oponente quede con sus ojos más abiertos del asombro.
—
“Se
supone que el pentáculo debería matarlo, ¿por qué sigue vivo?” —pensó y
dijo— “¡maldición!, eso es…” —pensaba
mientras trabaja en su siguiente movimiento.
—
“Tus hechizos no funcionan conmigo, ¿dónde está Am?” —preguntó con total
seriedad.
—
“En
los espejos reales del pentagrama” —empezó a jugar con sus hojas entre
sus dedos.
—
“¿Cómo sé que no estas mintiendo?” —aseveró.
— “Sólo
observa a tus amigos…” —sonrió.
—
“Entiendo…” —empezó a correr hacia lo alto de la torre y se acercó al espejo
donde éste le había indicado que se encontraba la chica sin visualizar nada en
su interior— “¿cómo puedo romper el conjuro?” —apretó sus puños con
impaciencia”.
— “Crees
que te lo diría, jajajajajajajaja, ¡jamás!”. Utilizó nuevamente sus
hojas, lanzándolas alrededor de éste mientras tres pentagramas se formaron
aprisionando su sello y desapareciendo al sistro.
—
“¡Nooooo!” —exclamó Kibo sintiendo que era arrastrado por el torrente de hojas a su alrededor.
— “¡¡¡Mundi est illic, ubi fallunt
visitabo!!! (¡Los mundos a donde perteneces visitarás y con ello te perderás!)”,
al decir eso los tres sellos lo empezaron a elevar del suelo y cada una de las
hojas que había estado alrededor se posesionó en ángulos precisos, haciendo que
su corazón retumbe varias veces, luego el joven de cabellos negros desapareció
por completo en una ráfaga de viento.
Los
saltos y giros fueron rápidos, la única forma de salir de ahí era venciéndole y
eso era lo que intentaba hacer Am junto a su guardián, quien actuaba como su
escudo ante los ataques de quien fue su tutor, ella había comprendido que la
forma que había procedido con los demás era la misma como la habían tratado a
ella de niña, pero ahora gracias a ese minúsculo recuerdo y ver a ese espectro,
solo anhelaba una cosa y era saber la verdad, no tenia recuerdos de su infancia
y ahora sabia porque, todo aquel que cruzaba el portal debía desprenderse de
sus recuerdos y solo vivir en el tormento de ese mundo. Si, así había sido su
vida por muchos años, su alma se había endurecido y sus emociones se
congelaron, el desprecio por los humanos se había alimentado olvidando que ella
quizá en algún momento lo fue, como se le mostró en aquel recuerdo, sin
embargo, sabiendo eso, su fuerza y carácter no iban a cambiar, ella era así,
como tal solo había reconocido sus faltas y encontró una nueva motivación de
querer seguir existiendo.
—
“¡¡AHORA MORIRÁS DE VERDAD VIEJO!!” —se apresuró con su espada mientras Etel
había formado un espiral eléctrico alrededor de éste— “¡¡¡TE HARÉ PAGAR POR
TODO EL DAÑO QUE ME HAS CAUSADO!!!”.
— “Estas furiosa, eso me gusta”, una
sonrisa malvada se dibujo en su rostro, “entonces
mátame si puedes”, este cambió de aspecto físico y ahora estaba con la
forma del espectro que ella había conocido. “¿No
querrás matar al ser que amas o si?”.
—
“¡CÁLLATE!” —dijo ella con nervios de verlo de nuevo— “¡MALDITO VIEJO!, ¡TE
ESCONDES DETRÁS DE UN RECUERDO!”.
El
guardián se había percatado que ese recuerdo la perturbaba, no había duda que
en su pasado ella había amado a esa persona, pero no recordaba quien era. Ahora
se enfrentaba cara a cara con la muerte y debía enfrentar sus sentimientos
reprimidos.
—
“Su sola presencia la esta lastimando” —pensó Etel y traspasó al sujeto con un
rayo en uno de sus brazos.
Ella
al ver que este había bajado su campo de energía que lo mantenía protegido, se
lanzó y le atravesó con su espada. Una parte de ella crujió por dentro, como si
el matarle la hundiese en una profunda tristeza. El sujetó cayó al suelo y le
dijo antes de morir, “la lección por fin ha
terminado…”, volviendo a su verdadera figura y las cadenas que la tenían
atada desaparecieron.
—
“¡MALDITO VIEJO!, ¡SIEMPRE CAUSANDO PROBLEMAS!” —le gritó.
— “Ama…” —el guardián la tomó del brazo y
la abrazó.
—
“¡QUE RAYOS OCURRE CONTIGO ETEL, POR QUE-”, fue interrumpida por el al decirle—
“su corazón esta llorando en este momento
ama, pero su orgullo se lo impide, por favor solo por esta vez, siéntase libre
de expresarlo, aquí estaré para ser su soporte”.
Al
escuchar las palabras de él, ella apretó sus ojos por que lo que su guardián
decía era la verdad y en silencio sus lágrimas empezaron a caer en la capa del
Etel. “Por eso odié a los humanos…” —comentó entre sollozos— “sus emociones
causan el peor dolor que la misma muerte”. Etel le respondió— “se equivoca ama, las emociones humanas son
complejas e impredecibles, muchas veces ríen, lloran, lamentan, odian y aman
pero todo es parte de la vida que tienen, el hecho de experimentarlas los hacen
fuertes y querer enfrentar nuevos desafíos en sus cortas vidas”. Ella quedó en silencio y sus lágrimas se
detuvieron, “tienes razón, el sólo experimentar nos hace más fuertes” —guardó
su espada— “y no por eso, voy a pasar llorando o lamentando lo que pasó”, se
apartó y le observó con esperanza en sus ojos violetas, “A PARTIR DE AHORA VOY
A LUCHAR POR DESCUBRIR MI VERDAD, JUNTO A TI Y LOS DEMÁS SEREMOS ¡INVENCIBLES!
JAJAJAJAJAJA”. Al guardián le surgió una gota al verla tan enérgica.
—
“Y ahora… ¿cómo se supone que salgamos de este portal?” —comentó ella
observando a su alrededor sin indicios de alguna salida.
— “Existe una forma…” —asintió.
—
“¿Cuál?” —indagó.
— “Debe renunciar a mi como su joya…”.
—
“¡¡¡¿QUÉ?!!!, ¡¡¡ESTAS LOCO!!!, ¡¡¡YO NUNCA RENUNCIARÉ A TI!!!, ¡¡¡ERES EL
MEJOR GUARDIÁN QUE CONOZCO!!!”.
Él
se alegró por saber como pensaba ella, pero igual asintió— “lo siento ama, hice un pacto con la joya que causa todo esto y fue la
única forma de poder llegar aquí… si usted renuncia a mi el conjuro se romperá
y usted quedara libre, sin embargo yo estaré junto a las joyas oscuras, me
volveré su enemigo”.
—
“ESO NO SUCEDERÁ, YO NO VOY A RENUNCIAR A TI Y SI TENEMOS QUE SALIR DE ESTE
INMUNDO LUGAR, SERÁ JUNTOS Y REGRESARÁS COMO MI GUARDIÁN Y NO COMO MI ENEMIGO, ¡ENTENDIDO!”
, le dijo con firmeza y sujetó el collar que una vez le fue entregado por esa
alma, “nunca antes eh recurrido a ti por que no creía en tu poder, pero ahora y
después de lo que eh pasado, quiero…, no…, necesito creer que en verdad existes
y que no solo eres parte de mi, quiero poder ayudarte… no quiero perder a gente
importante, por eso…” —cerró sus ojos violetas— “ayúdame a romper este conjuro,
por favor…”.
El
guardián le surgió una gota sobre su cabeza, no entendía porque le hablaba a un
collar, pensó— “¿será que perdió la razón?.... no lo creo…”. Pero en pocos
segundos una luz iluminó el collar de Am, esta le extendió su mano con sus
cortas garras y juntos fueron envueltos de magia la cual se cristalizó en
espiral, abandonando aquel mundo.
*** *** ***
Regina
y Victoria se fueron lo más rápido posible junto a Ismael y Noa en dirección a
la enfermería se habían enterado lo sucedido de su amiga, preocupados llegaron
y vieron parte de su espalda cubierta de vendajes y al pie de la cama en una
silla al pelirrojo sentado leyendo un libro.
—
“¿Qué es lo que hace el Sr. Spencer aquí?” —preguntó Regina al verlo.
—
“¡Ahhh!, ¡no puede ser!, es el mismo tipo que me golpeó Victoria, ¡él fue!”, lo
señaló tocando su mejilla que aun le dolía,
“espero que no le hayas hecho nada a nuestra amiga por que te irá muy
mal en dirección”, el rubio frunció el seño.
—
“¡Cálmate Noa!, debemos oír sus motivos antes de hacer acusaciones sin
fundamentos” —razonó Ismael.
El
sonido de la tapa de su libro cerrando detuvo el alboroto que había entre los
presentes, el pelirrojo sujetó sus pertenecías y antes de salir les dijo— “si
dicen ser sus amigos, cuídenla bien” —continuó su trayectoria por los pasillos
mientras la enfermera ingresaba a la habitación.
—
“¡Sucede algo chicos?” —preguntó al ver que Ismael sujetaba al rubio que
intentaba ir por el pelirrojo.
—
“No, descuide, es solo una conversación sin resolver” —dijo Ismael. Al mismo
tiempo que tranquilizaba a Noa, en no ir a golpear al pelirrojo.
—
“Señorita, puede decirnos… ¿qué fue lo que le pasó a nuestra amiga?, ¿cómo es
que se hizo esa herida? y… ¿cómo llegó a
este lugar?”.
—
“A la señorita Flynn la trajo el joven Spencer, estaba preocupado al verla que
sangraba mucho de una herida en la espalda, nosotras le revisamos y no es un
corte superficial sino profundo, por eso perdió mucha sangre”.
—
“Pero, ¿cómo fue que pasó eso?, ¡¿quién le causó tal herida?!” —comentó Regina
al ver a su amiga muy pálida e inconsciente.
—
“Lo mismo le pregunté al joven Spencer, el solo dijo que la encontró por los
pasillos cerca de los baños tambaleándose y le pidió su ayuda, cayendo
desmayada”.
—
“Entonces, el la ayudó y no la atacó como suponíamos” —señaló con la mirada al
rubio quien se encogió de hombros.
—
“Así es” —afirmó la enferma colocándole una inyección en el suero de la chica—
“si el joven Spencer no la hubiera traído a tiempo ella estaría en estado crítico
y la hubiéramos derivado a un hospital con urgencia, al menos ahora tenemos
todo bajo control”.
—
“Ismael… Noa…. yo… esta herida es…” —empezó a balbucear dormida.
—
“Le coloqué un calmante hace ya más de una hora, no tardará en despertar” —continuó
revisando y anotando en su historial para salir de la habitación.
—
“¿Alexa, amiga que pasó?, ¿quién te hizo esta herida?” —preguntó Regina,
tomando su mano con preocupación.
—
“El callejón… ese tipo…” —empezaba abrir sus ojos azules y visualizó a los presentes,
“todo esta regresando Ismael, todo regresa… deben buscar a Kibo en el
callejón…”.
Ambos
jóvenes se miraron y cruzaron ideas, saliendo de la enfermería a toda prisa. Dejaron
a sus amigas junto Alexa e intercambiaban ideas por los pasillos.
—
“Si Alexa tiene la herida de esa tarde, eso significa que Kibo puede aparecer
en aquel callejón”.
—
“Suceder esto así de improviso solo significa una cosa Ismael” —dijo mientras
ambos corrían por los pasillos de la Universidad.
—
“Significa que Kibo se pudo liberar de ese libro oscuro” —comentó su amigo ya
fuera de la Universidad.
Mientras los dos
chicos salían a toda prisa habiendo comentado eso por los pasillos, no se
percataron que Dick había escuchado la extraña conversación entre ellos,
decidió ir a la enfermería mientras se preguntaba— “¿quién es Kibo?...”
Regina
y Victoria hicieron varias preguntas a Alexa sobre lo que mencionó antes pero
ella no dio más explicaciones, no podía dejar que sus amigas supieran de aquel
incidente confuso y extraño. Al no obtener respuesta y ver que ella se agotaba
en darles una teoría alterna a la real, optaron por dejarla descansar.
Pasada
la media hora el pelirrojo entró y se sentó en la silla abriendo su libro.
Mientras ella despertaba, después de identificarle, le dio las gracias por
haberle ayudado. Sin embargo, una luz muy brillante salió de su bolso de Alexa,
ella al reconocer que la luz provenía el libro, se desesperó e intentó ponerse
de pie y tratar de alcanzarlo.
—
“No debes agitarte”, la detuvo, alcanzándole el bolso, mientras ella estaba más
blanca que el papel de haber perdido sangre por la herida y de los nervios que
descubra el libro.
—
“¡No abras el bolso!, ¡por favor!” —dijo ella asustada.
—
“No debería decir esto, pero, no se supone que alguien te esta llamando a tu
móvil… o es que es otra cosa lo que hay en tu bolso?” —indagó.
—
“Ah… si, es mi celular, seguro es Ismael…” —comentó con dificultad.
—
“Es extraño que un celular brille tanto…” —dijo y quiso abrir su bolso, pero la
chica intentó quitárselo, sin embargo, al colocar su pie sobre el suelo una horrible
punzada la hizo caer al suelo del dolor al mismo tiempo que el libro salió
volando por el movimiento brusco de ambos.
Éste cayó a pocos metros y Alexa quien estaba en el piso fue sujetada
por el pelirrojo, él abrió sus ojos canelas de asombro al ver que un libro
estaba brillando como un sol frente a ambos, el volteó su mirada a la chica y
ella solo asintió. El pelirrojo le dijo– “no es justo para ti cargar con tal
responsabilidad” —le observó— “quiero ayudarte a resolver este misterio, si tu
lo permites…”.
—
“Me encantaría aceptar tu ayuda, pero… no conozco el poder de este libro, ya
vez lo que sucedió hoy… y no quiero que salgas lastimado Dick”.
—
“He ayudado a muchas personas, mi padre trabaja en casos para el gobierno y
juntos hemos evitado a innumerables tragedias desde las más complicadas para la
ciencia hasta los enigmas que ésta esconde y que aun esta apartada como casos
clasificados o extra normales” —hizo una pausa— “al ver el brillo de ese libro
es que pude notar lo particular que es y veo que tu y esos dos amigos tuyos
están relacionas con el tema”.
—
“Si” —asintió— “sólo ellos conocen de la situación actual”.
—
“¿Puedes compartirla?, esto es un desafío más como investigador y además no
quiero que mis compañeras salgan heridas por algo que se puede evitar.
—
“Si…” —respondió y a la vez pensó— “es cierto, si seguimos al ritmo que vamos,
no podremos descubrir la forma de abrir el libro y traer de regreso a Kibo, si
él conoce sobre sucesos así, quizá pueda ayudarnos…” —hizo una pausa a sus
pensamientos y dijo— “Esta bien Dick, te diré todo lo que pasó”, se levantó, recogió
al libro del piso, él le ayudó para que recueste en la camilla y tomó asiento
para escuchar su historia.
Por
otro lado, una voz empezaba a danzar una cuenta mientras el collar de Am
brillaba liberando el conjuro que tenia atados a ella y a su guardián; uno, dos, tres… “las gotas recaen en el lago”;
uno, dos, tres… “el viento revolotea las hojas en fracciones de segundos”; uno,
dos, tres… “son los pasos que doy cada día sin poder saber a donde ir o que hacer
para que aquellas victimas sigan su fe y conecten las pistas que dejé”;
uno, dos, tres… “son los sueños que tengo sin rumbo en esta penumbra”, en el afán de liberarse realizó un conjuro
que le enseñó su padre y que ella había guardado con recelo por toda su vida
hasta que llegó el momento de usarlo. Al abrir su mano, estaba una flor que
había sostenido, sin darse cuenta se abrió y una cálida luz brillante como una
estrella flotó por encima de ella.
En
medio del viaje saliendo de aquel mundo oscuro, una voces empezaron a
escucharse en su mente de Am, ella no entendía que era lo que pasaba pero su
cuerpo se estremeció y sus ojos violetas se abrieron de total asombro al ver la
figura traslucida de ella en su delante pero a la vez diferente, su cabello no
era blanco sino castaño y su cuerpo era de una humana, quien la observaba con
sus ojos rojos los cuales se empañaban de lágrimas sobre sus mejillas, “¡¿QUIEN
ERES?!, había preguntado al verla, pero la respuesta que escuchó fue, “yo soy
tu y tu eres yo, la misma alma divida que tanto tiempo eh esperado por fin se
unirá” —comentó el ser traslúcido avanzando y entrado a su cuerpo, después
de flotar por unos segundos y al abrir sus ojos ya no eran violetas sino rojos
y dijo observando sus garras y tocando su cabello blanco– “eh recuperado mis recuerdos de cuando
fui humana papá, ahora soy como tú en forma completa, debo rescatar a mamá y
enfrentarme a ese sujeto…”, sus ojos temblaron al ver que algo empezaba
a rodearle, era una oscuridad total invadiendo su cuerpo y un latido fuerte
hizo que ella sujete su cadena con fuerza, “esta tratando de interferir nuevamente con
mis deseos” —abrió su mano y ente sus garras había una pequeña luz que
había guardado y la colocó dentro del collar, el cual empezó a brillar, “aunque
la oscuridad invada mi cuerpo, mi alma y vida entera yacerá aquí… en la gema
que le entregaste a mamá aquel día…”. Sus ojos rojos se empezaron a
cerrar lentamente y rodeada de oscuridad total, solo pensó— “algún día no muy lejano saldré
de este lugar… mis deseos se concederán y podré continuar mi camino en tu
búsqueda…”.
Lo
que había empezado como un murmullo se iban haciendo cada vez más fuertes como un
tono de una orden impuesta. Etel se había percatado de las facciones de enfado
que tenía Am y cuando le tocó su brazo para intentar ayudarla pudo escuchar
aquel tono ensordecedor de una voz el cual dedujo que algo más fuerte estaba
afectando a la mente de su ama, ni el mismo podía controlar el fuerte poder que
estas palabras ejercían no solo a ella sino a él también, era al final su guardián
y joya destinada a obedecerle, “todo
depende de los pensamientos de mi dueña” —pensó al mismo tiempo que sus
ojos se fueron cerrando como los de ella, la energía oscura rodeaba a ambos
haciendo que se eleven en medio de un sello diferente, la voz se repetía una y
otra vez en sus mentes diciendo— “In vobis et velle, et matrem tuam, quod est
excitatio audieritis vocem meam, et non audieritis vocem meam, et sine
dubitatione”. (Presa de tus
anhelos serás en tu verdadero despertar, sólo mi voz escucharás y sin reparo me
obedecerás…). Ambos empezaron a repetir lo mismo, la capa blanca de Etel se
hizo de color oscuro al igual que sus ojos, el collar de ella se ensombreció,
escuchándose a lo lejos lamentos y sollozos que no llegaron a los oídos de la
chica, sus ojos rojos y su cabello se pusieron de color negro.
Al
despertar se encontraban en un gran salón y ambos se inclinaron al ver un
sujeto de capa quien sostenía un arcaico reloj.
— “Ahora
que la conexión se ha roto y tenerlos bajo mi control las cosas cambiaran”
—pensó y les dijo— “tengo planes para ustedes dos”.
—
“Lo que usted diga lo cumpliremos amo”, ambos comentaron al mismo tiempo y se
inclinaron hacia él.
— “Tengo
entendido que rebeldes intentan atacar el castillo utilizando unas joyas que creí
olvidadas e inexistentes, pero veo que no eran un mito sino que en verdad
existen” —observando al guardián junto a la chica— “¡quiero que busquen las joyas
que faltan y al final acaben con los traidores que intentan robarlas”, les
enseñó un papel con un dibujo grabado con sangre y señaló— “el dueño de este sello es mi
nuevo huésped y mi enemigo, deben capturarlo y traerlo con vida, con respecto a
los demás no tengo interés alguno”, les indicó con el reloj entre sus
manos el cual volteó de un solo giro mostrándoles a ambos que el tiempo
empezaba a correr y unas marcas se empezaron a grabarse en las manos de ambos, “maten,
destruyan y destrocen todo lo que se les interponga, pero consigan las 24 joyas,
de lo contrario cuando la arena de este reloj deje de caer, ustedes morirán y
estarán bajo las ordenes de mi sello por toda la eternidad en este mundo”.
La
chica de cabellos negros sujetó su collar el cual conservaba y dijo— “eso no
pasará, valoro mi vida amo y conseguiré esas joyas sin importar a quien tenga
que asesinar”.
— “Es
curioso ver que aún te aferras a ese collar, deberías deshacerte de él”
—comentó curioso por la respuesta de ella.
—
“No” —apretó el cadena con sus garras— “este collar, es mi vida” –dijo sin
ninguna expresión es su pálido rostro.
Después
de escucharle decir esas palabras ella levantó ambos brazos y unas alas
salieron de su espalda, junto al guardián se alejaron volando, mientras el
meditaba sentado en su sillón, “aún bajo mi conjuro… ella se aferra al
pasado… ahora entiendo que los recuerdos del cuerpo son fuertes, pese a que su
alma ah sido aprisionada bajo mi sello y el poder del tiempo” —observó
al recipiente de arena que había iniciado su deslizamiento— “incluso
su joya a caído bajo el mismo conjuro” —sonrió— “que interesante…”.
Las
horas pasaron y en la enfermería el pelirrojo había tomado nota de lo que la señorita
Flynn le había comentado, la razón por la cual siempre iba a la biblioteca, era
por hallar una forma de rescatar a su amigo Kibo, quien le salvó la vida en un
asalto de callejón y al parecer se sacrificó por ella haciendo un conjuro o
hechizo extraño con el libro que había brillado como el sol hace unos
instantes. Era un libro encantado que tenía vida propia al tocarlo por que
tenía una temperatura particular que le había causado asombro y despertado su
total interés. “¿qué clase de libro puede atrapar a una persona en su
interior?” —musitó.
—
“Es lo mismo que Noa, Ismael y yo nos cuestionamos desde que conocimos lo
sucedido” —asintió— “hemos buscado por muchas bibliotecas y revisamos cientos
de los libros de simbología, para poder descifrar alguna forma de poder
abrirlo, pero no hemos encontrado ninguna otra pista a excepto del símbolo que
tiene en la portada”.
—
“Creo que buscan en la sección equivocada” —cerró su libreta de apuntes— “este
símbolo que tiene grabado no es cualquier gráfico si no un sello de magia, lo
eh visto antes en casos similares, me parece familiar…” —no recordaba donde lo
había visto antes y continuó— “pero si es de ayuda tengo unos expedientes que
guardo como clasificados donde narran la desapariciones extrañas de muchas
personas alrededor del mundo y siempre en relación a un libro o algún otro
artefacto que sirve de portal hacia otra dimensión”. Se levantó de su asiento y
empezó a caminar pensando en aquellas veces que viajó con su padre, diciendo— “si
el hizo efectivo ese conjuro debió ofrecer algo con el mismo valor de lo que
exigía, si este ha desaparecido, quiere decir que el hechizo fue demasiado
fuerte siendo absorbido por el libro al igual que otras victimas de similar
situación”.
—
“Tiene razón” —asintió Alexa, notando que el conocía bien ese campo, podría ser
un detective del estado, pasó sus manos sobre el manuscrito y dijo— “según Noa
el señor de donde el hizo el pedido por este libro, dijo que no estaba a la
venta por su procedencia desconocida y peligrosa para quien lo leyera”.
—
“Si es así, entonces… ¿cómo fue que él lo obtuvo bajo su poder?”.
—
“Le vendieron el libro por equivocación del personal, el vendedor era nuevo y
no sabia que ese tipo de textos no debían ser ofrecidos al público”.
—
“Que lamentable” —murmuró alegando que habían tres teorías sobre lo que
pudiesen pasarles aquellos que intentaban crear algún deseo inalcanzable por la
ciencia. “La primera, es que la persona recurre a un poder superior por salvar
la salud de alguien; la segunda, es que
desean aumentar sus ganancias económicas para sobresalir en la sociedad a la
que pertenecen; la tercera, es que utilizan ese medio para salvar a un ser
amado. En cualquiera de los tres quien realiza el conjuro también su alma es despojada,
ese es el precio que pagan por cumplir su deseo, sin embargo… este será
aplicado al morir la victima más no antes”.
—
“Pero eso… es diferente a lo que le pasó a Kibo, el no murió, él estaba con vida,
fui yo quien debió morir no él” —se lamentó y continúo— “¿qué de particular
tienen las otras victimas que desaparecieron y están relacionadas con este
suceso?”.
—
“Las personas que desaparecieron por diferentes partes del mundo no solo
cumplieron con las teorías sobre la forma de recurrir al libro, sino que sus
cuerpos jamás fueron localizados y lo único que hallaron fue…”, un recuerdo le
vino a su mente y en ese momento se espantó— “¡señorita Flynn!, ¡suelte ese
libro!” —gritó, no como advertencia, sino como una orden hacia la chica.
—
“Pero, ¿porque?” —respondió ella asombrada por la palidez del pelirrojo y
alzando una ceja por el tono en que se había dirigido hacia ella.
—
“Acabo de recordar que en unos de mis viajes y en los casos extraños que fui
testigo, lo único que encontraron fue…” —observó al libro con temor.
Los
ojos azules de ella se dilataron al ver que lo que decía era tan terrorífico
que atinó en dejarlo sobre su cama, mientras se alejó hacia un costado tapando
su boca del espanto para no gritar, sus lágrimas empezaban a brotar del miedo
al saber de lo se estaba enfrentando.
—
“Ese libro… esta maldito señorita Flynn, ningún ser humano ha sobrevivido a él,
las personas que han desaparecido las dieron por muertas o archivaron sus casos,
al no tener más pruebas que dieran con su paradero”.
—
“No puede ser…” —dijo temblando y a la vez comentó— “Kibo esta encerrado ahí
por mi culpa y no puedo hacer nada” —empezó a sollozar sujetando al libro
nuevamente entre sus brazos— “no me importa si esta maldito o no, yo debo
salvarte Kibo… por mi culpa te pasó esto”, sus lágrimas empezaron a caer sobre
la portada de éste y ante los ojos del pelirrojo pudo notar que las lágrimas de
ella fueron absorbidas y este empezaba a brillar de nuevo. El cuerpo de la
joven perdió la conciencia, empezando a elevarse sobre el lecho y sus heridas
empezaron a abrirse nuevamente y todo su cuerpo empezaba a sincronizarse con el
brillo de éste, como si este la llamase o intentasen comunicarse por los
destellos que emitían. A los pocos segundos la luz desapareció junto con el
resplandor que ella había presentado, cayendo lentamente a la cama de forma
inmaculada y entre sus manos el objeto, el cual estaba intacto.
Al
verla descender de es forma pudo reaccionar a todo lo que pasó, diciendo– “señorita
Flynn usted esta conectada con el libro hasta que esa persona llamada Kibo
muera, sólo así sus heridas sanaran…” —asintió— “debo investigar más sobre los
casos de las personas desaparecidas y si es posible dar con el origen de este
manuscrito prohibido, tus amigos deben ayudarme, por que el tiempo ha empezado
a correr en tu contra” —comentó al ver que la sangre empezaba a cubrir las sábanas
y marcando desde su celular a una ambulancia para que la trasladen a una
clínica, ella necesitaba ayuda médica urgente, “si esto sigue así, puedes morir…
y el hechizo que hizo tu amigo se revertirá”.
Después
de recibir los tres sellos y desparecer entre vientos, su cuerpo se sintió
ligero y se dio cuenta que las agujas de su reloj habían comenzado a girar
nuevamente. “Esto es extraño” —pensó, cuando observó a su alrededor sus ojos se
dilataron de asombro– “esto es… mi mundo… eh regresado…” —asintió— “sin
embargo…”. En ese instante Alexa era llevada en la ambulancia y un fuerte
sobresalto en su cuerpo hizo que los paramédicos vean que la herida en su
espalda se empezaba a desbordar en sangre, la cual no paraba. “¡Rápido!,
¡debemos parar la hemorragia o la paciente se va!” –exclamó los paramédicos y
Dick sostenía entre sus manos el libro en un costado de la ambulancia, viendo
que la reacción que tuvo ella no era normal, “algo debió ocurrir” —pensó y al
mismo tiempo la temperatura del libro descendía, se estaba tornando frio— “no
puede ser… el hechizo se esta revirtiendo contra Alexa, si no hago algo ella
terminará muerta” —pensó y realizó varias llamadas por su móvil.
—
“Ella no esta aquí… debo encontrarla, quizá haya alguna conexión entre ambos
mundos” —empezó a buscar por algún lado del callejón cuando escuchó unos pasos acercándose
hasta que se detuvieron y ambos jóvenes quedaron estáticos al ver que su amigo
estaba ahí de pie justo donde desapareció hace semanas y con la mirada de
asombro.
—
“¡¡¡Kibo!!!” —gritó Ismael, corriendo y abrazándolo al igual que Noa, sin poder
creer que estaba de regreso. “¡¡¡Oh, Kibo estas vivo y a salvo fuera de ese
libro!!!”.
—
“¿Libro?, no sé de que libro hablan amigos, lo único que me importa en este
momento es encontrar a Am antes que cruce el portal”, se angustió.
—
“Vamos Kibo, acaso no recuerdas el libro y el raro conjuro que hiciste” —agregó
Ismael con temor al ver que cada palabra en relación al libro le provocaba
dolor a su amigo.
—
“¿Te sucede algo?”, le dijo el rubio.
—
“No hables Ismael… tus palabras me causan dolor en mi cabeza”.
—
“Por fin estamos de acuerdo Kibo, Ismael siempre causa dolor de cabeza con sus
cosas y hazañas” —sostuvo el rubio vacilante. “A todo esto, ¿¿quién es Am??, no
me digas que cambiaste a Alexa por otra chica” —sonrió— “encontraste alguna
novia en ese libro endemoniado”.
—
“¡¡¡AHHHH!!!”, se sujetó su cabeza de dolor, “¡¡¡no sigas por favor!!!”. Cayó
de rodillas en el suelo, “debo encontrar a Am, ¡¿dónde esta?!” —continuó
observando por todos lados y empezó a correr desesperado, ¡¡¡Ammmmmm!!!,
¡¡¡¿dónde estasssss?!!! –gritó y pensó— “debo encontrar algún portal que
conecte ambos mundos, antes que sea demasiado tarde”. Sus amigos le siguieron y
les pareció raro el que a cada mención del libro o aquel suceso, este se
pusiese mal de repente.
—
“Algo anda mal con Kibo…”, le comentó Ismael a Noa, quien le dio la razón.
—
“¡¡¡¡¡¡Ammmmmm!!!!!!”, su angustia aumentaba en cada uno de sus llamados por
ella y al ver que no respondía ni aparecía por ningún lado, apretó sus puños
diciendo— “no puedes cruzar el portal… por que tu aun tienes una misión
conmigo…”, volvió de regreso al callejón tropezándose con sus amigos los cuales
le detuvieron.
—
“Kibo, aquí no hay nadie con ese nombre, por favor detente”, le dijo Noa
sujetándole su brazo.
—
“¡¡¡No entiendes!!!” —gritó— “¡ella me ha salvado la vida muchas veces!... y no
es justo que ahora la hayan capturado por mi culpa, ¡¡¡ella no debe cruzar el
portal!, ¡¡¡no debe!!!. Estaba exaltado y sus amigos lo desconocían, nunca lo habían
visto de esa forma, ambos lo sujetaron para que no avanzase más, podría
lastimarse. Finalmente el levantó su mirada hacia el cielo y exclamó su nombre
varias veces sin poder escapar de ambos chicos que lo retenían. Vientos
empezaron aparecer alrededor de Kibo haciendo que ambos jóvenes se apartasen,
“¡¡¡¡¡AMMMMMMMMMMMMMMMMM!!!!!!!!!! —gritó tan fuerte que los vientos lo
empezaron a envolver completamente y un vórtice en el cielo se abrió en
fracción de segundos hasta que su cuerpo desapareció ante los ojos de sus
amigos. En ese momento Dick había roseado unas gotas de la sangre de Alexa
sobre la tapa del libro las cuales al absorberlas, la hemorragia de la chica empezó
a ceder, los paramédicos continuaron su labor sin darse cuenta que el pelirrojo
se había acercado y tocado parte de la sangre de ella que estaba sobre la
camilla. Pocos segundos antes había hecho unas llamadas a sus amigos que conocía,
con los cuales había llevado el caso de los jóvenes desaparecidos y uno de
ellos le confirmo que si el libro reclamaba a su victima era mejor darle un
poco de su sangre de ella, de esta forma la conexión se equilibraría por el
momento. Eso era justo lo que necesitaba, ganar tiempo, si no ella hubiese
muerto desangrada antes de que lleguen a la clínica. “que bueno que la
estabilizaron” —comentó el pelirrojo ante los demás y pensó– “eso estuvo
cerca…”.
En
medio de vientos el joven de cabellos oscuros al verse libre y que las agujas
de su reloj se detuvieron, continuó corriendo, esta vez ya no en su mundo sino en
la oscuridad y pudo ver que una pequeña luz a lo lejos se iba apagando, logró
llegar hasta el espejo donde provenía el leve destello, pero cuando llegó solo
pudo ver a la figura de Am totalmente diferente!!, su apariencia estaba llena
de frialdad y de mucho odio. “¡Am! , ¡¡por favor responde!!, ¡por favor!, ¡¡¡ Ammmm!!!,
empezó a colocar sus manos sobre el espejo intentando que ella le escuche pero
era inútil, su voz no llegaba a los oídos de ella y sin embargo su collar
emitió un ligero brillo por unos segundos y luego se oscureció haciendo que
ella desaparezca del cristal y se rompa en mil pedazos ante sus ojos. “¡¡Ammmmmmmmmm!!”
—gritó y un profundo dolor acompañado de una sensación de vacío lo invadió, los
pocos recuerdos que habían pasado en todos esos meses juntos, no podían
terminar así, desde el día que le conoció, siempre le salvó su vida, el afecto que
le tenia se había vuelto como un familiar al que no quería que muriese, “no
puedes desaparecer Am…, ¡¡¡no!!!” —protestó de rodillas en la oscuridad y apretó
sus puños, diciendo— “esta vez yo salvaré tu vida, haciendo que regreses Am, me
escuchas…”, se levantó con un brillo en sus ojos plomos y gritó— ¡¡ haré que
regresessssss!!”. Su sello empezó a
brillar bajo sus pies y mentalizó el sistro, el cual apareció en su mano
derecha, decidido lo sacudió tres veces, los sellos que lo habían empezado a
rodear se rompieron y los espejos que habitaban en el interior del viejo reloj
del pueblo crujieron en mil pedazos.
Ante
eso, sus amigos que habían estado atrapados bajo los cristales, lograron
liberarse de aquel hechizo y pudieron visualizar al sujeto que causó todo en lo
alto, mientras múltiples hojas flotaban a su alrededor. El joven de cabellos
negros le observó con enojo y su sello quien aun seguía visible ante los ojos
de los presentes, resplandeció más y dijo— “¡por los cuatro elementos: fuego,
tierra, aire y agua, muéstrenme su poder y juzguen cada una de sus acciones realizadas!”
—levantó el sistro ante su atacante quien se estremeció al ver el sello de Kibo
brillar como un sol y al identificarlo retrocedió, pero su reacción había sido demasiado
tarde, la última frase fue pronunciada como un grito de guerra por el chico,
diciendo fuertemente— “¡¡¡joya de voluntad!!!”. Una energía tan grande estalló
desde el sistro que él sostenía hacia el sujeto que desapareció dejando un
pentáculo girando, era su sello el cual fue absorbido en las manos de Kibo y
con total seriedad les dijo a los demás que lo veían con temor y asombro en sus
rostros, “Am ha desaparecido por culpa de esa joya y su poder oscuro, debemos
encontrarla y seguir en la búsqueda de las joyas que faltan” —su voz era
decidida y sin más se adelantó saliendo del lugar, los demás le siguieron. El
Duque Dana murmuró al verlo salir de ahí— “es como si las joyas que esta
adquiriendo le dieran más poder del que posee…”. “Ahora tiene más confianza en
si mismo y no tiene dudas del daño que puede ocasionar si se lo propone” —musitó
Emilio y Joshua le respondió— “el ya conoce su fuerza e incluso sin querer ha
invocado un hechizo el cual terminó con ese sujeto”.
Después
de llegar de vuelta a la mansión, Kibo sugirió al Duque Dana que debían partir
al amanecer y se dirigió hacia el jardín. En el corredor se encontró con Sara,
la cual le saludó y a la vez preguntó.
—
“¿Estas triste?”.
—
“¿Por qué lo dices pequeña Sara?” —comentó intentando sonreírle pero no pudo.
—
“No sonríes como antes… ¿sucedió algo malo?”.
—
“Si… pero no te preocupes llegaremos a solucionarlo, ahora debes ir con tu
institutriz a tu alcoba” —observando pasar a la maestra. “Llévela a su
habitación, ya es tarde para que la pequeña Sara este levantada”.
—
“Si, descuide” —respondió llevándose a la niña del corredor.
Caminó
por el jardín y se sentó al pie de uno de los arboles. “Realmente fue un día
difícil” —murmuró la sombra del otro lado.
—
“Si…” —respondió.
—
“Yo solo vine a decirte que la chica ha sido capturada por el Rey” —asintió—
“eso fue lo que otros espíritus murmuran hace poco”.
Él
se asombró con la noticia y dijo— “eso quiere decir que lo que vi en ese espejo
fue una ilusión… o es que fue una despedida…”.
—
“Yo creo que la magia que usó esa joya estaba fuera de los límites que el Rey
dispuso, ya que al utilizar el poder de los espejos bajo el pentagrama no solo
creas confusión e inestabilidad en la mente de tu victima sino que despiertas
sus profundos anhelos que tiene y se crea una realidad alterna” —aseveró la
sombra.
—
“Es cierto… mi primer deseo fue regresar a
mi mundo, pero cuando estuve ahí, tuve la necesidad de buscar a Am, lo
demás no me importó, solo el poder encontrarla”.
—
“Veo que le tienes mucho afecto a la loca, o que digo a la chica”, le surgió
una gota sobre su cabeza.
—
“Esa loca como le dices es una buena persona en el fondo, no importa lo
agresiva que luzca, ella me ha protegido todo este tiempo…”.
—
“Si, es cierto…” —asintió— “pero, que pasaría si la tuvieras de enemiga, ¿lucharías
con ella?”.
—
“No, no puedo lastimarla más de lo que lo e hecho”.
—
“Pero si no te defiendes, ella podría matarte”.
—
“No puede asesinarme… ya lo intentó una vez y se detuvo en el último momento,
ni ella misma entendía el por qué”.
—
“Tomemos eso como una ligera ventaja, pero lo que me sorprende, es ver que
pudiste manejar el sistro con facilidad” —le observó— “¿acaso conoces lo que
significa?”.
—
“Si…” —cerró sus ojos y comenzó a citarle lo que tenia en mente— “el Sistro fue un instrumento usado por lo
antiguos egipcios en el culto de la diosa Isis. Cuando se le sacude, sus partes
emiten un sonido como de sonaja. Fue un antiguo símbolo del movimiento Cósmico”.
—
“¡Oh!…”, se asombró, “y hay alguna otra mención sobre él” —comentó la sombra
interesada por la joya.
—
“Si” —afirmó Kibo y continuó— “Plutarco,
refiriéndose a él, dice: "El sistro también muestra que las cosas que son,
deben ser sacudidas y no cesar nunca en su movimiento, para ser así despertadas
cuando se adormecen... mostrando que cuando la corrupción las ata y las lleva a
la quietud, la generación de nuevo las desata y les restaura su naturaleza por
medio del Movimiento" —hizo una pausa mientras abría sus ojos para
observar las estrellas y continuó— “Plutarco,
además, interpreta las barras que cruzan el óvalo del sistro en la forma
siguiente: "Y como el sistro es circular en su parte superior, el arco
contiene las cuatro cosas que deben ser sacudidas, porque la parte del universo
que ha nacido y perece está rodeada por la esfera lunar, pero todas las cosas
están en movimiento y cambian dentro de ella, gracias a los cuatro elementos,
fuego, tierra, aire y agua".
—
“Fue por eso que nombraste a los cuatro elementos en tu hechizo, ¿verdad?” —preguntó.
—
“Si, además que al notar que era una joya y estaba siendo manipulado por el
poder oscuro, pensé que si el sistro controlaba el movimiento físico y mental
de sus victimas tenia que ser la joya de voluntad, fue por eso que lo mencioné
y destruí aquella oscuridad que había en el pentáculo que ese sujetó poseía.
—
“Ya veo y sobre el pentáculo que ahora posees… ¿qué sabes?”.
— “Sobre el símbolo que rige a ese sello, se
conoce con el nombre de Pentáculo, estrella de cinco puntas, y a veces se le
llama el pentagrama. Se dice que lo usaban como insignia los miembros de la
escuela pitagórica, y se asegura que para aquellos filósofos significaba salud”.
Empezó a ver su reloj mientras continuaba explicándole a la sombra, “figuras semejantes se usan en el norte de
la India sobre algunos objetos, principalmente los domésticos. El pueblo lo usa
corno amuleto protector contra la picada de los escorpiones y contra la fiebre.
El pentagrama lo emplea una venerable orden mística para simbolizar el número cinco,
así como también para significar desorden o caída, muerte, enfermedad,
corrupción y putrefacción”.
—
“Creo haber escuchado algo sobre el pentagrama como símbolo pero… ¿cuál será su
significado si cada una de sus figuras están entrelazadas?” —indagó más.
—
“Los triángulos entrelazados o pentagrama
aparecen de nuevo como un símbolo esotérico. Esta vez la clave de su
significado es el número 5 que aparece en su centro. El 5 en esta ocasión
representa la quintaesencia de los alquimistas. Según los pitagóricos hay cinco
elementos, los cuatro primeros son: tierra, aire, fuego y agua, el quinto o
quintaesencia es de naturaleza celestial. En efecto, este quinto elemento fue
realmente concebido por los alquimistas como la "materia prima", la
primera materia. No solamente se pensó que los otros elementos tenían su origen
en esta quintaesencia, sino también que el origen estaba en la mente universal,
o Cósmica, que dirige la formación de todas las propiedades y substancias. Es,
pues, una fuerza mental inmortal”.
—
“Oh, lo dices con tal expresión en tus palabras que te emocionas al contarlo”.
—
“Me gusta conocer sobre los manuscritos antiguos y sus significados, eso es
todo” —comentó Kibo.
—
“Si sabes de manuscritos antiguos, ¿hay alguno que pueda decir algo más sobre la
quintaescencia?”
— “Bueno… la traducción de un arcaico
manuscrito alquímico Rosacruz dice: "la quintaesencia es el poder, la
cualidad y la virtud de cada cosa y de todo en la naturaleza". "Por
lo tanto, podemos considerar la quintaesencia como si fuera el quinto elemento
en toda materia. Como tal, es la base de donde provienen los cuatro elementos
inferiores visibles: fuego, agua, aire y tierra. Estos cuatro elementos tan
conocidos pueden considerarse corno la morada de la quintaesencia".
"La quintaesencia es una esencia muy sutil que penetra todas las cosas, la
cual, aunque permanece oculta en cada substancia, puede ser, sin embargo,
parcialmente discernible. Por su poder y actividad todos los objetos se atraen
o se repelen, de acuerdo con sus polaridades".
—
“Es interesante ver que conoces mucho sobre las joyas que posees, ¿acaso las
vienes estudiando?” —preguntó la sombra.
—
“No se cómo… pero, es como si lo hubiese leído en alguna parte… lo malo es que
no recuerdo donde…”.
—
“Yo, si se en donde… en el libro donde
firmaste el pacto, donde perdiste tus recuerdos, los cuales vendrán a ti cuando
encuentres el espejo de la verdad y dependerá de ti el retenerlos o no… además todos
perecemos bajo tal encantamiento” —pensó y a la vez comentó— “en particular
cuando vine a este mundo tenia muchos conocimientos sobre lo que encontraba ya
que eran familiares lo único malo era que no recordaba en donde los vi o leí…”.
—
“Es igual que sucede con mis memorias” —razonó— “veo que todos los que estamos
en este mundo pierden sus recuerdos, algo parecido le pasó a Am y esto que ella
no es humana”.
—
“Esa chica es diferente, no sabría decirte como, pero tiene un poder casi igual
a nuestro Rey”.
—
“¿Qué has dicho?” —comentó Kibo asombrado.
—
“Antes no me di cuenta de lo que era, pero hace pocas semanas noté que se
convirtió en humana y fue ahí que consulté a los espíritus del bosque, jejeje
soy amigo de ellos, tienen buenos banquetes jejejeje”.
—
“Pero, ¿qué te dijeron?” —preguntó y a la vez le surgió una gota por la mención
de banquetes, no sabia si eran esos frutos de licor a los cuales Am lo
torturaba hasta embriagarlo o quizá otra cosa, prefirió no preguntar.
—
“La naturaleza de esa chica es que es mitad humana y mitad demonio, es por eso
que puede vivir por muchos e incluso cientos de años y tener tanto poder bajo
su mando”.
—
“Ahora entiendo su fuerza y la apariencia que tiene, pero… el ser humana debió
ser muy duro para ella, ya que lo detesta y se enfurece” —asintió y a la vez
pensó— “no importa el pasado, sino el presente y ya se como localizarte”.
—
“¿En que piensas?” —indagó la sombra al verlo distante por unos segundos.
—
“Ya se cómo ubicar a Am” —sonrió.
—
“¿Así?, y ¿cómo se supone que encontremos a la loca... digo a la chica?”.
—
“Si bien comentas que ella fue capturada por el Rey, significa que aun sigue
con vida y no desapareció como pude ver cuando estaba bajo aquel hechizo del
espejo, eso significa que si Am esta bajo las ordenes del Rey de este mundo, su
objetivo va ser matarme al igual que los demás espíritus, ¿o crees que tu amo
haya cambiado de parecer?”
—
“Lo dudo, el Rey quiere tu alma y no va descansar hasta tenerla bajo su poder”.
—
“Bueno, era una posibilidad… de igual forma la seguiré buscando” —apretó sus
puños, levantándose del pie del árbol donde estaba, se despidió de la sombra y
se retiró a la habitación. Ya en su cama, pensó— “necesito encontrar más pistas
sobre tu paradero Am… debo salvarte…”, hasta que quedó profundamente dormido.
A
lo lejos de aquella mansión, cerca del castillo una chica de cabellos negros había
lanzado por los aires a varias personas y con sus filosas garras destrozó los
cuerpos, hasta encontrar al indicado quien fue envuelto por vientos oscuros de
su guardián mientras ella le arrebató la joya que poseía, al tenerlo bajo sus
garras, sus ojos negros se iluminaron y abrieron un campo de energía llena de
miasma fue ahí que colocó la joya que capturó junto a otras tres. Al
desaparecer el brillo de sus ojos el agujero que había formado de esa energía
oscura se cerró y de un solo golpe con sus garras mutiló a su victima en varios
trozos los cuales salieron volando y cayeron regados en el suelo junto a los
demás cadáveres.
—
“Hemos terminado aquí joya, vayamos a la siguiente aldea” —comentó Am con la
frialdad de una asesina, sin expresión alguna empezó a desplegar sus alas, con
sus garras bañadas en sangre y la salpicaduras de esta en su rostro y
vestimenta.
—
“Como ordene ama”, le respondió su guardián inexpresivo y la siguió en medio de
la noche.
Las
marcas en sus manos habían empezado a grabarse y eso era algo que ella no
accedería, por que el collar lo valoraba como su vida y sin más mataría a quien
se interponga en su camino.
Capítulo
IX: “En búsqueda de las joyas perdidas”