miércoles, 3 de septiembre de 2014

Sello del tiempo: Capítulo X



CAPÍTULO X
Rivales hasta la muerte


La lluvia se había convertido en una fuerte tormenta, el galope de los caballos tenían una dirección como destino... uno que quizá sea el inicio para unos y el final para otros...

La mente del Duque Dana era un torrente de preocupaciones, su hija corría grave peligro al revelar la verdadera naturaleza de su esposa, podía percibir su peculiar poder y un mal presentimiento se incrementaba a cada segundo. Sus acompañantes al escuchar su relato comprendieron pero no tenían otra opción que llegar lo más rápido a la mansión.

Un fuerte rayo cayó y el cielo iluminó la noche, los ojos grises del chico de cabellos negros estaban dilatados de asombro por volver a ver a Am, conocía su situación y debía ayudarla a liberarse de aquel conjuro.

—"¡Am!" —repitió él varias veces pero no mostraba reacción al escuchar su nombre. Cubierto como se encontraba e inmovilizado sólo podía llamarle, mientras ella y su guardián avanzaban hacia Aris. Eso motivó a que éste lo soltase por unos minutos para recobrar el aliento.

Al estar a escasos metros de Aris apuntó sus garras, diciéndole— "no intervengas", dejándo al espíritu paralizado al notar el fuerte y oscuro poder que emitía, sus demonios soltaron por completo a Kibo mientras él planeaba su siguiente movimiento porque aunque era un espíritu errante anhelaba tener una o más joyas en su poder, entonces se limitó a observar.

El chico al verse libre de aquellas ataduras intentó subir por los escombros en donde estaba la madre de Sara, pero se tropezó con la imponente figura de Am, la cual al expandir su energía estrelló contra los escombros al cuerpo del chico, dejándolo en el suelo y con gesto de dolor en su rostro.

"... ¿Por qué... haces esto...?", había dicho Kibo sin poder creer que no lo reconoció y el dolor del golpe no se comparaba con el dolor que le producía verla así en ese momento, "porqué..." observó los ojos negros de ella quien siguió su trayectoria sin inmutarse. Él al ver que su objetivo era la madre de Sara, corrió del otro lado e intentó defenderla pero antes que haga un movimiento ella lo lanzó por uno de los escombros donde estaba la niña inconsciente.

Sus largos cabellos negros se deslizaban rápido ordenando a su guardián que elimine a Aris, él obedeció e inició otra pelea en el primer piso, mientras ella se encontraba en el piso superior. Rasguñó con sus filosas garras en el campo de energía que tenía en su delante, no logró romperlo pero si debilitarlo, su ceño marcaba su enfado, desenvainó su espada y continuó con su afán de extraer la joya, "el espíritu de ésta mujer no va a soportar por mucho tiempo" pensócada ataque era más y más fuerte.

Fayad tomó una decisión al ver a su hija y al chico en peligro diciéndole a éste, "sólo tú puedes salvarnos... por favor... cuida de Sara", los ojos del chico se dilataron al ver que el espíritu de ella rompía en numerosas mariposas que revoloteaban a su alrededor y desaparecieron en las palmas de sus manos. Aún desconcertado intentaba analizar el comportamiento de Am, con la magia que poseía, sabía que si ella lo hubiese querido en un inicio tranquilamente lo habría asesinado pero sólo le interesaba obtener las joyas o al menos eso pensaba. Ahora sus pasos de ella se centraban en la niña; al percatarse de eso se puso de pié e invocó nuevamente al sistro el cual apareció en su mano derecha y debía intentar detenerla.

No muy lejos de la mansión, Emilio notó la ausencia de Kibo, inquieto por no encontrarlo empezó a preguntar a los encargados y algunos heridos, hasta que uno de ellos coincidió con las características del muchacho y al ver la dirección que mencionó el informante, sus temores cayeron como los fuertes rayos cubiertos por la tormenta que rodeaba sólo a la mansión, eso observó a lo lejos y empezó a correr, "¡¡¡no puede ser!!!", sus ojos temblaron, "acaso esa chica y Etel estan...".

En pocos minutos de recibir la orden, el guardián terminó con el espíritu de Aris y quedó en silencio observando como su ama debilitaba el campo de protección que aquella joya había creado desde los escombros. Su deber era obedecer y protegerla, pero con el enorme poder que ella tenía no había mucho por hacer salvo acatar sus órdenes.

Sara despertó repentinamente y al ver que el espíritu de su madre no estaba imaginó que uno de los presentes extrajo la joya, unas lágrimas se deslizaron por su rostro infantil, sin embargo vio que el joven Susume se enfrentaba a su amiga de cabellos blancos y que ahora los tenía de color negro, pero lo que le asustaba fue ver que en los ojos de Am, no figuraban sentimientos que demostrase, si no la presencia de una asesina quien intentaba matarle y ese chico estaba arriesgando su vida con tal de defenderla.

"Am... por favor despierta de este cruel hechizo, tu no tienes por qué hacer esto... por favor... ¡despierta!", fueron las palabras de Kibo deseando no pelear con ella, sin embargo al verla con la mirada fija en Sara aniquilaba sus esperanzas y su sentimiento de culpa se hacía más fuerte no quería lastimarla más de lo que ya lo había hecho.

Al dar el primer paso sin escuchar las palabras de su interlocutor avanzó y dijo"poseedor de joyas, ¡apártate!", su tono de voz era fría.

"¡No!" respondió con lamento sujetando al sistro el cual emitió un brillo peculiar, "no puedo dejar que lastimes a Sara".

Ella al ver su posición y notar que la marca en su mano avanzaba se enfureció más, no podía perder su libertad eso estaba clavado en su mente y con un rápido movimiento casi invisible ante los ojos del chico extendió sus filosas garras sobre el hombro derecho de él y lo arrojó por los aires fuera de la casa, la niña al ver eso se espantó y salió corriendo.

Sus ojos negros visualizaron a la niña e indicó a su guardián que detenga a la infante, Sara al estar fuera vio el cuerpo de Kibo en medio de un charco de sangre y eso la aterró, "señor... usted no debe morir, por favor...", juntó sus manos asustada y escuchó los pasos de alguien acercándose entre las sombras, cerró sus ojos temiendo lo peor. Sin embargo, fue Emilio quien había llegado y un brillo de esperanza iluminó los ojos de la pequeña.

"Señor... el trató de defenderme de esa mujer mala y ahora esta muerto...", sollozaba la niña.

El amigo de su padre se acercó para verificar los signos vitales de Kibo, tomó el pulso y vio que aún estaba con vida pero con graves heridas. Sara se tranquilizó un poco al escucharle pero luego se quedó paralizada y con pánico en su rostro dijo "esa mujer... está aquí".  

Él al voltear vio a Am a pocos metros acercándose y Etel en dirección a Sara. "¡Rayos!" sacó su espada y con la velocidad particular que tenía atacaba a Etel, mientras en el suelo el chico de cabellos oscuros empezaba a despertar para solo verla aproximarse.

"Todos tenían razón... ella no es la misma que conocí y no se como romper el hechizo de ese sujeto..." —pensó y para sorpresa vio que la herida que le había provocado empezaba a cerrar.  

La niña al verlo consciente se alegró diciendo "que bueno que esta a salvo", lo abrazó y ayudó a levantarse.

"Es por que tienes el poder de las joyas... ellas te protegen" —escuchó una voz masculina ajeno a los que conocía que lo dejó desconcertado.

Él observó a su alrededor y movió su cabeza diciendo "éstas personas confían en mí e incluso se que ella también lo hace..., debo hacer lo correcto y ésta vez no dudaré", en sus flequillos negros escurrían las gotas de lluvia y una firme decisión expresó en su rostro, apareciendo el sistro nuevamente.

Ella corrió hacia él iniciando un ataque directo con su espada y él no tenía una espada que blindar, sólo el sistro como instrumento físico. Fue entonces que escuchó en su mente el susurro de Fayad la madre de Sara"puedes usar mi poder solo une tus manos y extiéndelas, de esa manera crearás un campo de protección".

Eso hizo y ella se sorprendió al ver que no podía atravesarle ya que un escudo de energía pura impedía sus movimientos, "estas usando la joya de ese espíritu, interesante... pero no tengo tiempo para jugar con un despreciable humano".

"Am recuerda quien eres... por favor...".

Nuevamente no hubo reacción alguna, su mirada de ella estaba centrada en romper el escudo que éste había creado. "¿Qué debería hacer para liberarla de este hechizo?... ", sus ojos grises temblaron inquietos por desconocer la respuesta e inmerso en aquella frustración que vivía al verla así. El poco tiempo que había convivido con ella, las cosas que pasaron y ser preso de sus constantes gritos y cambios de humor, eran lo el extrañaba en esa persona o al menos él la consideraba así. Ella se había vuelto alguien importante en su vida, alguien por el cual estaba agradecido por mantenerlo con vida en un mundo encantado y lleno de peligros. "Fue ella quien siempre me salvó, debo devolverle el favor, no importa lo que tenga que hacer, simplemente lo haré".

"Ella ya no es la chica que conociste..."

El respondió a la voz que inesperadamente irrumpía de nuevo su mente diciendo "eso lo sé... pero aún así debo ayudarla".

"¿Serías capaz de dar tu vida por ella?".

"Si eso la regresaría a la normalidad y rompe el hechizo de ese sujeto, no dudaría en hacerlo".

"Sólo es por eso... ¿estas seguro?...".

"Sí".

El conejo pequeño apareció entre los arbustos y se acercó a Kibo sobre sus pies, el al ver al animal pensó "también te preocupas por ella, ¿verdad?".

"Así es" respondió en la mente del chico "sólo tú puedes escucharme por que ya no eres una persona común, desde que las joyas te eligieron tu vida cambió y seguirá así hasta que todo termine".

"¿Hasta que todo termine?".

"Sí...".

El sonido electrizante que emanaba del cuerpo de Am sorprendió a Kibo y usó ambas manos para contener la fuerza de su ataque.

"Ella no se detendrá hasta capturar todas las joyas y finalmente te asesinará...".

"Entiendo, pero..." cerró sus ojos grises y le respondió "eso es algo... que no lo permitiré, muchas personas fijan sus esperanzas en mí, debo hacer todo lo que pueda para salvarles y si debo de dar mi vida entera lo hare con gusto".

Los ojos del conejo brillaban al escuchar sus palabras y entre destellos y vientos envolvió al cuerpo de éste y le dijo "déjame luchar contigo, quiero ayudarte a romper el hechizo".

"Sí". Al aceptar tal petición su cuerpo sufrió un cambio repentino irradiando una gran cantidad de luz muy cálida que calmaba a los presentes, sorprendíendoles detuvieron sus movimientos para presenciar cómo el cuerpo de él se elevaba del suelo y los cabellos negros del chico crecían a la altura de sus rodillas y su manos parecían más largas y delgadas.

"¿Qué es esto?" murmuró ella al intentar moverse y sin poder dar un paso, dirigió una orden a su guardián sin tener éxito, "este poder... nunca lo vi en un humano...".

El cuerpo de Kibo empezaba a crecer y la luz cegaba a todos los que presenciaban la escena, de su mano derecha la cual sostenía el sistro ahora se había transformado en una espada larga curveada de un metro de longitud, con empuñadura plateada y de trenzado dorado, su ojos se abrieron lentamente brillaban más claros que de costumbre apretó su espada y desvaneció el escudo que había creado para presentarse ante ella, quien aún no salía de su asombro.

"¿Qué significa esto?", reaccionaron los demás acercándose a la nueva figura que había adoptado Kibo. Y vieron que este levantó su mano como señal que se detuvieran. Etel al poder moverse se colocó a unos metros detrás de Am.

"La diversión aún no empieza" dijo él enterrando su espada la observó sonriente- dejando desconcertado a los que lo conocían, se inclinó y extendiendo su mano hacia ella le dijo calmado "por fin... nos volvemos a encontrar...".


*****     *****     *****

Los documentos que le habían llegado a sus manos por uno de sus agentes hicieron que tenga un rompecabezas el cual sería de gran utilidad para poder evitar más víctimas de aquél manuscrito.

Ismael junto a Noa permanecían en silencio por varias horas al analizar los expedientes. Aún permanecían en China y tenían que encontrar alguna forma de salvar a sus amigos.

Localizar a una descendiente con vida de la familia Ho y conocer sobre su trágico destino que arrastraba los hizo pensar en que la locura de su hermano sea por que el ritual que fue sometido por su clan fue uno de sacrificio.

"Si fue un sacrificio... ¿porque no murió en ese instante?", pasó una de sus manos sobre sus cabellos rubios y añadió pensativo, "según las tradiciones de éste país involucran la fuerza espiritual para los encantamientos antiguos que se han mantenido durante su historia, sin embargo los clanes a los que suelen pertenecer son impredecibles sobre sus planes futuros...".

"Eso los colocaría como los más fuertes entre los demás clanes y sobresalientes....", el pelirrojo quedó sorprendido pero continuó su análisis, "si estos tenían una meta más alta... puede ser que lo hallan considerado un secreto muy bien elaborado llenos de sacrificios humanos para volverlo más poderoso... si es así... tiene sentido el terrible poder que posee aquél libro".

"Creo que deberíamos de ordenar las muertes según su procedencia, así tendremos una noción más amplia de lo que nos enfrentemos" sugirió Ismael en uno de los muebles de la habitación. 

"Es cierto, pero de alguna forma esa mujer de aquella residencia tenebrosa no es muy confiable y sé que la familia Spencer puede ser muy influyente... aún así no debería confiarse demasiado porque estamos en un país conocido por sus tradiciones y hechicerías ancestrales... eso me inquieta un poco" afirmó el rubio quien sostenía varias carpetas y lucía preocupado.  

El castaño estuvo de acuerdo con la opinión de su amigo y Dick solo sonrió, "no se preocupen por nuestra seguridad tengo todo bajo control, así que descuiden, ordenemos esto después de cenar, supongo que deben estar exhaustos".

"A eso está muy bien, porque muero de hambre", se alegró Noa, mientras Ismael sonreía, habían estado muy tensos por las cosas que tuvieron que hacer ese día.  

"¿Quieren bajar al restaurante del hotel o le aviso a recepción para que suban la cena a esta suite?" comentó con entusiasmo el pelirrojo al saber que sus espectativas en ellos no estaban equivocadas después de todo.

"Pues opto por bajar al restaurante y tú Ismael?".

"Igual, me encantaría ver la vista nocturna desde el 14avo piso donde nos encontramos".

Todos salieron y se dirigieron al ascensor del hotel, al llegar al restaurante, Noa leía la lista de los alimentos asiáticos e Ismael hacia unas anotaciones por una libreta y luego la guardó en su abrigo para disfrutar la vista de la ciudad, Dick usaba su móvil para terminar de enviar algunos mensajes.

A los pocos minutos observó Ismael algo extraño, dos personas de gafas oscuras se sentaron cerca de donde ellos estaban. Él cruzó miradas con Dick y éste sólo le dijo "descuida, ellos son mis guargaespaldas".

Después de cenar subieron a la suite donde encontraron todo un desorden.

"¡¿Qué pasó aquí?!", se asombró Noa. Y unos sujetos de negro aparecieron detrás y delante de ellos con pasamontañas apuntándoles con unas filosas katanas.

"Yo tenía un mal presentimiento desde un comienzo…" pensó el rubio al ver que podían asesinarles en ese instante.

El pelirrojo y castaño estaban perplejos, habían burlado su seguridad y estaban tan indefensos ante ellos. Unos segundos después escucharon una voz grave y calmada saliendo de la suite donde se hospedaban, "disculpen a mis escoltas por el inesperado encuentro pero lo que tenía por hacer ya lo terminé, nos retiramos sin más preámbulo" - salió un joven de cabellos negros cortos, de pantalones y camisa oscura, cubierto por una gabardina blanca y con lentes negros.

Noa al igual que Ismael estaban asustados al ver que estos se alejaban de ahi y entraron a la suite donde al cerrar la puerta. Dijo el rubio- "¡¿qué se supone que fue eso?!, no era una visita de cortesía... ellos en verdad tenían espadas tan filosas que pudieron hacernos picadillo".

"No se cómo pudieron neutralizar la seguridad que teníamos, pero... si está claro que alguien está inquieto por nuestra presencia en su país y sobre todo por que no intentemos buscar pistas sobre el origen de ese libro". Los ojos de Dick e Ismael se cruzaron al ver que el libro no estaba y Noa comentó"sabía que algo así podía pasar, así que coloqué el libro en mi mochila y se lo entregué a tu chofer de hoy para que lo guardase".

En ese instante el pelirrojo llamó por su chofer y confirmó que el libro estaba seguro, soltó un gran suspiro al igual que Ismael y éste último agregó "a veces tu cabeza se ilumina jajaja".

"Ja ja ja que gracioso", se encogió de hombros el rubio y dijo "la noche recién comienza como las temporadas de exámenes, con el susto de esos tipos se me fue el sueño, quisiera ordenar todo el tiradero que dejaron".

"Yo te ayudo, además estamos aquí por hallar la forma de salvar a nuestros amigos", empezó a recojer los documentos regados por la alfombra, el pelirrojo hizo lo mismo y luego de ordenar todo por unos 20 minutos Dick les dijo "disculpen por exponer sus vidas en peligro, prometo ser más cuidadoso".

"Tranquilo, por suerte no sucedió nada grave y mejor volvamos con los puntos pendientes por analizar" comentó Ismael y los demás estuvieron de acuerdo.

Las enfermeras salieron de la habitación, era de noche y los ojos azules de Alexa se abrían después de varios días de permanecer en una fuerte crisis de múltiples heridas en su cuerpo, sin embargo esa noche todo parecía estar mejor, sentada en la cama observaba la ciudad y pensó "donde quieras que estés Kibo espero que estés bien, Ismael, Dick y Noa están ayudando para resolver este extraño encantamiento del cual aceptaste".

Abrió una gabeta de la mesa de cabecera y en su bolso sacó su celular, vio algunas fotos que guardaba de los trabajos en el laboratorio y esbozó una sonrisa. El toque de la puerta la sacó de sus recuerdos y vio entrar a su madre.

"¿Cómo estás hija?", se acercó su mamá y tomó asiento cerca de la cama.

Ella le sonrió y dijo "creo que mejorando, al menos hoy las heridas no sangran mucho, quisiera ir a casa pero creo que es inútil discutir eso...".

"Así es", sacó unos documentos del bolso y le dijo "hay algo del que me gustaría que conversemos".

Alexa se mostró interesada en un inicio, sabía que su madre estaba preocupada por su condición física y no entendía como fue que se hizo tales heridas, estaba un poco nerviosa al tener que darle una explicación poco convincente del tema.

"Esas heridas en tu cuerpo no las causaste tú, quiero que me digas la verdad hija, tu padre y yo queremos ayudarte", le sujetó su mano observándola.  

"Ma-mamá no te preocupes" sonrió y con una gota sobre su cabeza dijo "estos síntomas es de una extraña enfermedad a la piel… ya pronto me darán de alta y estaré por casa".  

"Ya veo..." soltó su mano y pensó  "entonces no dirás la verdad". Ella tenía unas sospechas de lo que le pasaba a su única hija y temía que alguien la lastimase. Su esposo aunque estaba muy ocupado por el trabajo le confirmó el haberla visto en compañía de unos chicos de extraños comportamientos. Además sabía que uno de sus compañeros de universidad había solicitado su traslado de la enfermería a una clínica particular, no pudo soportar la intriga y le dijo "¿estas involucrada con algún delincuente que te lástima y te amenaza?, ¡¿es eso Alexa?!".

Los ojos azules de ella parpadearon sin creer lo que la imaginación de su madre había llegado a tal conjetura, "claro que no mamá, no tengo ninguna relación peligrosa o que involucre delincuentes que amenacen mi vida, lo que pasa es que...", se detuvo al ver los ojos temblorosos de la autora de sus días. Yo... no quiero engañarte, pero hay cosas… que es mejor ignores por el momento...".

"Alexa...", le sujetó su mano con temor, "lo único que me importa es tu bienestar" cerró sus ojos y comentó "no quiero que te suceda nada malo hija...", la abrazó con fuerza y con lágrimas en sus ojos hizo un profundo silencio en la habitación.

"No llores, estaré bien", recibió el abrazo de su madre, no podía expresarle sus miedos y experiencias que estaba siendo sometida involuntariamente. Le miró fijamente y con una sonrisa mencionó "no te preocupes, recuerda que ustedes dos me deben un viaje y no crean que lo eh olvidado".

"Es verdad", se tranquilizó un poco. Sabía que ella ansiaba conocer un lugar en especial desde pequeña y lo habían postergado por falta de tiempo, "es una promesa que tenemos contigo".

La chica sólo sonrió y vio salir de la habitación a su madre más calmada. Alexa conocía lo importante que esa promesa significaba para ella. Nuevamente vio sus vendajes y se preguntó "espero poder ver ese día junto a ustedes... mamá... papá...". Y una duda invadió su mente haciendola marcar unos números telefónicos por su móvil. 

Las horas habían pasado y en la suite los tres chicos habían terninado de encajar la mitad de aquél rompecabezas. El rubio estaba a punto de quedarse dormido al igual que Ismael de pronto su celular empezó a timbrar y le causó sorpresa escuchar la voz de su amiga. "¿Qué bueno escucharte?".

"Buenos noches Noa, espero no interrumpirlos, yo solo...".

"No te preocupes, estamos bien" afirmó el rubio sentándose en el sofá.

"Que bien y... ¿cómo están Ismael y Dick?".

"¡Controlando las locuras de Noa!, jajaja ya sabes como es él", se escuchó la voz cercana del castaño y el pelirrojo le hizo una señal al rubio para que coloque la llamada en alta voz.

Una vena saltó en la cabeza de Noa y continuó hablando, "no hagas caso de Ismael, el bromista como de costumbre y ¿cómo has estado amiga?".

"Creo que mis heridas están cerrando poco a poco y voy recuperando las energías para salir pronto de la clínica".

"Estoy seguro que se recuperara señorita Flyn" comentó el pelirrojo "nosotros nos encargaremos de seguir con las investigaciones".

"Les estoy agradecida a todos ustedes por ayudarme, si no fuera por sus atenciones yo.... no sé si estuviese viva, por eso quise llamarles y aunque no pueda ser de utilidad en estos momentos deseo que logren encontrar una solución pertinente".

Todos se alegraron de escuchar las palabras de ella y el pelirrojo cerró su portátil desconectando unos extraños aparatos.

"Creo que debo colgar, acaban de llegar las enfermeras y el doctor a cargo".

Los demás se despidieron de ella y luego Dick empezó a recoger todo los documentos que tenían, "iremos a otro lugar".

"Pero Dick, porque el repentino cambio... ¿a dónde vamos?".

"Lo sabrán cuando lleguemos", avanzaron en empacar todo y minutos después estaban en el auto nuevamente. Encendió su portátil y conectó unos aparatos a éste diciendo "por fin podemos hablar con claridad".

"¿A qué te refieres?, ¡explícate Dick!".

"¿Ustedes creen que ese tipo que invadió la suite y nuestra privacidad se iba a quedar tranquilo?", hizo nuevas indicaciones al chofer y continuó ante los dos pares de ojos que asimilaban cada detalle de lo que pasaba. "Esos tipos eran asesinos que  buscaban algo que no es el libro como creí en un primer instante, si querían los documentos los hubieran eliminado, sin embargo los dejaron regados por toda la habitación, del mismo caso corren nuestras vidas, eso significa que lo que querían hallar aún no estaba listo".

"¿No estaba listo...?" repitió Ismael pálido.

"Tengo mis motivos para pensar que alguien trata de utilizar nuestra investigación para cubrir sus planes, no deben ser nada buenos porque mi localizador detectó una bomba en el interior de la suite, por eso tuve que ocultarles esto, no podíamos levantar sospechas en irnos en el momento que vimos a ese tipo y sus escoltas.

"U-una bomba?!", los ojos de ambos quedaron estáticos.

"Si, estuve igual de sorprendido como ustedes, pero gracias a los agentes de seguridad lograron desactivar aquello con éxito". 

El rostro de alivio de los dos al conocer lo sucedido se notó y el rubio súbitamente se asustó y dijo "Alexa llamó al celular, ¿es posible que escucharan la conversación?...".

"No, felizmente se logró bloquear los dispositivos de filtros y por seguridad también movilice a la señorita Flyn a la mansión de mi familia con enfermeras y médicos de confianza, así que todo esta bien" afirmó el pelirrojo.

El rubio soltó un gran suspiro y sonrió un poco diciendo "vaya susto para terminar el día", después de 40 minutos llegaron a otro hotel, los tres habían quedado exhaustos y profundamente dormidos en el trayecto del auto. 

Las horas pasaron y estaba amaneciendo, los ojos azules de Alexa se abrieron y vio un hermoso jardín cerca de la habitación, "¿ah?, esto no parece ser la clínica... ¿dónde estoy?", se extrañó al no conocer el resinto y segundos después un fuerte latido en su pecho la desconcertó, no había dolor alguno solo la sensación de nostalgia la invadía al punto de levantarse de la cama y quitarse todos los cables que estaba conectada, no entendía lo feliz que era observando ver el alba por una de las ventanas, con sus pies descalzos caminó sobre la alfombra y arrastrando su bata blanca vio un paisaje maravilloso, sonrió y dijo "creo que nos volveremos a encontrar" cerró sus ojos "espera por favor...".


*****     *****     *****

Aquél cambio repentino del chico la hizo dar un salto largo y marcar su enfado, ya no tenía mucho tiempo, su mano terminaría marcada con el sello de ese tipo. Ése mismo que sin razón alguna aborrecía y se mordía los labios para no perder el control, "mi único objetivo es recolectar las joyas y llevar al poseedor de éstas ante él, sea vivo o muerto no me interesa, sólo así recuperare mi libertad" levantó su espada y gritó "¡¡¡DESTRUIRÉ A QUIEN INTERFIERA CON MI DESEO!!!". Corrió rápidamente para enterrar su espada en el cuerpo de Kibo, sin embargo el esquivó sus movimientos con ligereza.

"¿Qué es esto?, ¿porque la estructura de mi cuerpo cambio?", se asombraba al sentir que era arrastrado por un gran poder que provenía de aquel espíritu. "Yo no quiero lastimarla".

"Nunca haría tal cosa... yo solo..." respondió la voz calmada del espíritu.

El chasquido de sus filosas uñas hizo que un torrente de fuego azul apareciese rodeándolo. Él se asustó y murmuró "Es el fuego de Am".

"No" corrigió el espíritu "ese fuego... es el poder de un demonio que permanece sellado y ansía ser libre". Sabía que si ese fuego lo tocase moriría incinerado en las flamas. No  podía dejar que eso pasase, un viento empezó a emerger de éste agitando sus cabellos negros y un destello penetrante alertó a los presentes e iluminó el cielo nocturno.

La persona que permanecía sentada con sus ojos cerrados inesperadamente los abrió y dijo "así que lograste escapar de mis dominios". Se levantó y sujetando al viejo reloj entre sus manos recitó un conjuro... dies veniunt praeteritis ac pretium dolor et desperatio copulati, eritis et vos, quoniam in aeternum” ("el día se acerca… y el precio de tu pasado te encadena al dolor y desesperanza, porque eso eres y en eso te convertirás por toda la eternidad"). La risa empezó a escucharse desde el interior del salón hasta los corredores de su fortaleza y múltiples rayos cayeron cerca.

El viento que rodeaba al chico se había convertido en un remolino fuerte y cortante el cual evitó que éste se queme con las llamas azules. Y el escuchar los rayos caer en sincronización le hizo ver que el hechizo había sido renombrado y su tiempo se estaba terminando.

"Lo lamento... creo que después de todo no pude ayudarte a romper el hechizo...", caminó unos pasos hacia ella y al ver que ella le iba atacar, él dijo "Amai..." levantó su mano acariciando su rostro "me alegró volver a verte" sonrió y se apartó unos pasos, dejándola sin movimiento por unos minutos.

Kibo intentaba asimilar lo que había pasado, sin embargo lo último que escuchó de aquel espíritu en su interior fue decir "lo que suceda de ahora en adelante... será por tu voluntad y no la mía", con el sonido del último rayo el aura traslucida desapareció mencionando "gracias... adiós...".

Ella al ver que la magia de ese espíritu ya no estaba presente en el chico y al poder recuperar el movimiento de su cuerpo le apretó el cuello con su mano de garras largas y con total repudio le reprochó "¡MALDITO HUMANO!, ¡PREPÁRATE PORQUE TE MATARÉ!", lo soltó con fuerza hacia uno de los árboles.

Sara y Emilio quedaron enmudecidos al verlo nuevamente regresar a su verdadero aspecto físico, él se sentía extraño por no estar débil ante el cambio si no lo contrario, podía notar una gran fuerza en su interior, se puso de pie y se percató que Am estaba dando órdenes para que su guardián asesine a Sara.

Emilio se colocó delante con su espada salvando a la niña pero recibiendo el impacto de su viento eléctrico cayó de rodillas a un costado de Sara. La niña le abrazó al ver su cuerpo del amigo de su padre, el cual estaba gravemente herido en el abdomen y brazos. "Lo lamento Sara...", una gruesa mancha carmesí brotaba de sus labios, "creo que... Etel resultó ser un oponente fuerte...".

"No puedo permitir..." apretó sus puños "que esto continúe...", los ojos de él estaban llenos de enfado y decisión por lo que levantó la espada que aún conservaba y dijo con fuerza, "atraviesa y presenta tus flamas ante mí, ¡¡¡joya de fuego!!!".

Cerca de la mansión, un resplandor salió de uno de los carruajes y como una ráfaga flameante llegó  formando un círculo alrededor de Kibo, hasta adoptar la forma humana y sosteniendo en su regazo a su hija, quien le abrazó con fuerza.

"Gracias por invocarme" comentó el Duque Dana viendo que las heridas de Emilio eran graves y notó que a pocos metros estaba Etel. "Supongo que el decirte que huyamos no viene al caso porque comparto el mismo espíritu de lucha", unas lenguas de fuego se colocaron alrededor.

"Esto... debe terminar" dijo el chico cuyos cabellos y ropa estaban mojados de la lluvia y con varios golpes en su cuerpo se dispuso a enfrentar a Am.

Después de llegar al hotel y verificar las extrañas desapariciones de las personas en diferentes partes del mundo, los tres chicos habían llegado a la conclusión de que un ciclo de sacrificios había comenzado hace muchos años y se mantuvo oculto por medio de aquel manuscrito el cual necesitaba ser purificado lo más pronto.

"El número de almas que tiene bajo su poder es considerable" señaló Ismael.

"Y peligroso... incluso puede afectar nuestra realidad si no tenemos el cuidado adecuado" agregó el rubio y vio que Dick configuraba algunos datos en su ordenador. De pronto su celular empezó a timbrar.

"Señor Spencer, de la mansión se ha interceptado una llamada de dudosa procedencia" explicó un agente de seguridad.

"Rastreen la llamada de inmediato" respondió el pelirrojo con seriedad.

Con preocupación indagó Ismael, "¿sucede algo malo?"

"No exactamente...".

"¿Alexa esta bien?", se inquietó el rubio.

"Sí, eso espero".

Ambos chicos quedaron pensativos y un lijero golpe en la puerta hizo que los tres sobtesaltasen.

"Joven Spencer, la señora ha llegado".

Los tres recibieron a la anciana de trajes tradicionales con respeto y benevolencia. Sabían que estaban muy cerca de romper tal encantamiento, la mujer avanzó unos pasos y les dijo "no deben temer porque si él lo percibe estaremos en graves problemas".

Ellos se disculparon y continuaron con lo que sería "el ritual de los deseos", mientras los tres iniciaban la ceremonia.

En la mansión, la enfermera de cabecera entró a la habitación y vio a la chica sumida en un profundo sueño, le colocó algunos cables que estaban desconectados y se dispuso a cubrirla con la sábana, Pero, escuchó el chillido de una radio sin señal. Empezó a buscar la procedencia de éste hasta que vio el celular encendido entre la mano derecha de la paciente, se disponía a apagarlo pero escuchó los gritos y lamentos de personas. Eso la aterró y al tocar el objeto éste violentamente empezó quemarle la mano, ella arrojó al móvil  rápidamente y salio corriendo, podía sentir como todo el ardiente calor de su mano se iba expandiendo por todo su cuerpo, "¡¡¡auxilio!!!", había repetido varias veces hasta que uno de los guardias presenció su desmayo y las terribles quemaduras que tenía. Enseguida llamó a la ambulancia pero se apartó rápido de ella al ver que el cuerpo de la enfermera empezaba arder en llamas.

Los demás guardias de seguridad llegaron y con varios extintores reducieron el fuego para sólo ver el cuerpo carbonizado de la mujer, "¿que fue lo que pasó?" preguntó uno de sus compañeros.

"Ella tenía quemaduras graves cuando la vi corriendo deseperada hasta que se desmayó y luego... apareció el fuego rodeándola" comentó el guardia aturdido por lo que vio.

"Debemos de avisar del incidente al señor Spencer" sugirió uno y los demás estuvieron de acuerdo.  

En medio de una total oscuridad, las gotas de agua se escuchaban con frecuencia, todo parecía estar vacío, sin embargo el cuerpo de una mujer con bata blanca apareció inesperadamente en el lugar menos pensado. Después de hablar con su madre comunicándoles su ubicación, recibió aquella extraña llamada telefónica y se había quedado dormida instantáneamente, los ojos azules de ella se abrieron y al despertar dio tremendo grito al ver que se encontraba rodeada de un mar de cadáveres y no lejos de donde estaba habia una mujer que tenía sujeto los brazos por unas enredaderas obscuras que enterraban sus manos, pies, tenia una gran estatura y con el cabello blanco cubriendo su cuerpo casi humano dejaba ver una cicatriz en el pecho.

Alexa empezó avanzar hasta llegar a un paso de aquella mujer. Pudo notar que los ojos de ella a pesar de estar cerrados estaban llenos de lágrimas.

"¿Por qué estás cautiva en este lugar?...", había preguntado la chica de cabellos castaños obteniendo como respuesta el sonido de las lágrimas como ecos que simulaban ser las agujas del reloj, marcando la prisión de aquel conjuro.

Fuera de la mansión se iniciaba una batalla donde el mínimo error significaba la muerte del otro. Por un lado estaba el Duque Dana atacando con sus flamas a los vientos cortantes acompañados por numerosos rayos que Etel esparcía para asesinarle a su hija y a él, asi arrebatarles sus joyas.

El filo de la espada de ambos chocar entre sí, mostraba que la actitud de él había cambiado. Siempre fue ella quien le salvaba, aún con su mal humor ingresó a su vida sin permiso alguno, destestando a los humanos por motivos desconocidos, no le gustaba hablar de ella y cuando quiso hacerlo sus recuerdos eran borrosos al igual que él. Ambos compartían espacios iguales y al mismo tiempo realidades distintas.

La tormenta a su alrededor no los detenía, estaba claro que si en algun momento dudó en atacarle, ya no lo haría, internamente se se sentía mal por ello, pero no tenía otra salida más que enfrentarla y terminar con lo que ya era un hecho inevitable.

Como ráfagas de vientos la flama azúl de ella estalló con fuerza envolviendo al chico, el cual detuvo a tiempo creando un escudo con su mano izquierda y con la espada en su derecha lograba contrarrestar la fuerza de la magia de ella.

"¿Porque te rendiste Am?, tú siempre peleas hasta el final, ¡porque te dejaste dominar por aquel sujeto!", le reclamaba a ella cuyos ojos eran negros como la noche.

El anillo azúl se hizo más fuerte quebrando la barrera del chico y fue entonces que las llamas invadieron al cuerpo de Kibo. Para sorpresa de ambos el aún seguía de pie, incrédulo por ver que no se quemaba.

Ella detuvo su ataque para decir "porque... no puedo matarte".

Escucharle decir eso fue una señal para él que no todo estaba perdido y había esperanza de recuperar a su amiga Am, porque el la consideraba así o al menos eso pensaba. Le observó nuevamente y palideció al ver el gesto de odio que emanaba de ella.

No comprendía el dolor que le causaba el que ella le odie, se sorprendió porque desde un inicio fue despreciado por ser un "humano" al que siempre le aborrecía, "¿porque ahora el saber que me odia... me afecta de esta manera?... ¿porque?...", se preguntaba y fue que ella levantó su espada para iniciar otro ataque directo.

"¿Por qué quieres tomar mi vida con desesperación?", le preguntó y a la vez dijo "no se supone que debes recolectar todas las joyas y luego asesinarme o quizá llevarme ante tu nuevo amo".

"Las joyas que faltan ya las tengo, sólo quedan este grupo y tú... poseedor de joyas" respondió con enfado, empezó a agitar su espada con gran velocidad de un lado a otro y él los esquivaba con dificultad.

"Entiendo..." asintió en medio de los numerosos golpes y chasquidos de sus espadas mencionando "se muy bien cual es mi rol en este extraño mundo... mi vida esta expuesta a cada segundo, aún así... yo... quiero decirte algo...".

Las manos de Alexa se entrelazaron y su dulce voz dijo "debes estar junto a él para ayudarle... yo... realmente comprendo lo que tú significas", secó las lágrimas de ella y con tristeza murmuró "sé como te sientes al estar alejada de tu realidad... y de tu ser amado...".

La marca de su mano empezaba a quemarle y de un giro tiró varios metros al chico quien se volvía a estar de pié. Ella al ver que sólo faltaba poco para que el sello se complete, gritó "¡¡¡NO PERMITIRÉ QUE ME ARREBATEN MI LIBERTAD!!!", la tierra empezó a temblar, a pocos metros Joshua y los demás llegaban deteniendo sus pasos al notar aquella explosión de energía.

Las flamas azules salieron disparadas por todos lados, Kibo creó un campo que protegia al Duque, su hija y Emilio. Pero, no se percató de los demás, sobre todo de Joshua quien se acercaba corriendo a toda velocidad.

"¡¡¡Cuidado Joshua!!!", se escuchó la advertencia de Kibo, a los pocos segundos vio a Emilio aún con las heridas que tenía en su cuerpo, correr hacia su amigo, una de las flamas azules iba a impactar al rubio y éste se colocó delante, recibiendo la flama que lo atravesó cayendo al suelo.

"¡¡¡Nooooooooooooooooooooo!!!" gritó Joshua sosteniendo a su amigo el cual empezaba a expulsar destellos sobre su cuerpo, materializando la joya de agilidad que poseía.

"Emilio...", musitó Kibo sin creer que éste estaba muriendo en brazos del rubio. Vio que ella iba en dirección de extraer la joya de éste. Aquella explosión de llamas había desaparecido y corrió ante ambos e izó su espada la cual resplandeció adhiriendo la joya a su cuerpo.  

"¡JOYA!", ordenó ella a su guardián y éste creo un vórtice de vientos eléctricos alrededor y un rayo impactó en el hombro del Duque Dana, haciendo que suelte a Sara. En un abrir y cerrar de ojos Am tenía sujeta del brazo a la niña la cual estaba inconsciente.

Su padre y los demás quedaron estupefactos ante lo que observaban y escucharon decir de ella, "SI QUIERES VER CON VIDA A ESTA HUMANA, ENTREGARÁS LAS JOYAS QUE POSEES Y LAS JOYAS RESTANTES", se dirigió a Joshua y demás compañeros, "LOS ESTARÉ ESPERANDO ANTES DEL AMANECER EN LA CASCADA DEL ESTE" extendió sus alas y los vientos la envolvieron alejándose en aquel remolino.

En medio del hedor de los cadáveres, ella estaba de pié ante la chica de cabellera blanca y con sus manos entrelazadas sobre su pecho dijo "yo... aún espero su regreso" sonrió "por eso..." sostuvo su mano sobre el corazón de ella, "vive feliz con el ser que amas". Con esas palabras empezó a desaparecer de aquél sueño observando como sus lágrimas continuaban brotando pese a que ella las había limpiado y volvió a repetir, "vive feliz con el ser que amas...".

Al desaparecer la chica de cabellos castaños, los ojos de Am temblaron y una angustia muy profunda invadió su rostro, sus párpados los sentía demasiado pesados para abrirlos sin embargo lo hizo, percibió algo familiar, era un aroma que conocía perfectamente y el cual detestaba, sus ojos violetas se tornaron rojos al ver que estaba rodeada de muertos, demasiados cuerpos sin vida ante sus pies, los cuales estaban enterrados al igual que sus manos,  "¡¡¡¿DÓNDE RAYOS ESTOY?!!!" gritó con enfado.

Etel quien la llevaba protegida por su vórtice de vientos, detuvo su magia y vio que sus alas de ella habían desaparecido y caía de una gran altura hacia el profundo bosque. Los demás la observaron caer a lo lejos y el primero en salir corriendo fue Kibo, haciéndose muchas preguntas en el trayecto.

El guardián lucía confundido al igual que su ama, sin embargo, usó una nube de vientos los cuales amortiguaron la estrepitosa caída de ella y de la niña.

La mayoría habían ido al bosque excepto Joshua quien sostenía a un agonizante Emilio.

"¡¿Por qué hiciste tremenda locura Emilio?!", había protestado el rubio.

"Eres como mi hijo... y un padre... siempre protege a sus hijos...", la sangre brotaba de su boca y el orificio que tenía en el pecho era bloqueado por la mano de Joshua quien empezaba a derramar lágrimas de sus ojos verdes.

"Soy un hijo demasiado infantil, que no cree soportar tu partida...".

"No guardes resentimientos hacia los demás..."levantó su mano limpiando las lágrimas de éste "ya no eres un niño y estoy muy orgulloso de tu crecimiento estos meses". 

"Gracias... padre...".

"Se feliz...", fue lo último que dijo con una sonrisa en su rostro dejando caer su mano. El rubio lo abrazó con fuerza y un profundo silencio de dolor lo embargo esa noche.  

La sombra que permanecía oculta entre los árboles, se acercó y le dijo "si quieres sepultarlo conozco un buen lugar...".

"Sí..." levantó entre sus brazos el cuerpo fallecido de quien fue como un padre, amigo al cuál le enseñó muchas cosas valiosas por el cual tenía que seguir adelante. Después de enterrarlo y colocar su espada como recuerdo en su tumba partió en compañía de la sombra, debía alcanzar a los demás.

La mente de Kibo era un caos, tenía dudas de muchas cosas una de ellas era la forma que Emilio salvó a Joshua, no sabía como pero esa escena se le hizo familiar, no recordaba dónde, pero tenía la sensación de haberla vivido. Por otra parte el ver la caída de Am junto a Sara lo tenía confundido, "¿acaso se quedó sin energías y cayó o ese sujeto le hizo daño con otro hechizo?, debo saber que ocurrió", continuaba corriendo rápidamente hasta que por fin llegó a donde estaba ella.

A unos metros de Am estaba Etel, quien permanecía en silencio observando a su ama y su terrible dolor de su pecho. El cual iba aumentando a cada segundo tirando a Sara por un lado y sosteniéndose con una mano sobre el tronco de un árbol. Su respiración era rápida y jadeante, "¿qué demonios pasa conmigo?!... el sello aún no se ha completado... ¡¿por qué tengo este sufrimiento que me carcome por dentro?!!!, ¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHH!!!", un grito de dolor se escuchó de ella, quién apretó su collar con fuerza y cuando se dio cuenta, vio a pocos metros al chico que había enfrentado quien le estaba observando.

"¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ SÓLO Y SIN TU GRUPO DE JOYAS QUE TE RESPALDAN?!...¡¡¡ACASO DESEAS MORIR!!!..." comentó agitada.

"Estoy aquí por ti Am" dijo él acercándose y con leve sonrojo continuó "no hay razón para seguir existiendo si tu no regresas a mi lado".

Ella levantó su espada y su mano empezó a temblar. "¡¿Q-QUE RAYOS PASA CON MI CUERPO QUE NO ME OBEDECE?!".

El notó que entre su mano de ella el collar que siempre cargaba desde que la conoció emitía un ligero brillo y ver su confusión huraña le alegró.

"Sé que me puedes escuchar Am y por eso yo...  a pesar de lo que dije, yo... no quiero romper mi promesa contigo, ahora más que nada quiero estar a tu lado y protegerte tal como lo has hecho siempre".

Pudo ver que ella avanzaba, sus ojos negros se habian nublado y apretaba su collar con fuerza, intentando controlar su malestar.

El alma de Am intentó liberarse de las ataduras obscuras en la que se encontraba pero sólo sus manos se liberaron y los cadáveres empezaron a moverse para retenerla haciendo sus movimientos más lentos. "Rayos... es inútil escapar de aquí…" pensó y con dificultad extendió su mano "lamento… no haberte escuchado cuando hubo tiempo...".

"Si haces algo mal, debes disculparte con sinceridad".
Eso me enseñaron cuando era pequeña.
Pero desde entonces, mi corazón
se ha vuelto testarudo.

El quedó paralizado por unos segundos y pensó "esa voz es de Am...", observó a la chica de cabellos negros que estaba avanzando sujetando su espada. "Ella trata de comunicarse aún bajo el hechizo de ese sujeto...".

"Ya no soy dueña de mis acciones...”, había melancolía en sus palabras, “eh roto el tabú que mantiene el equilibrio de este mundo... éste collar es el lazo que prueba mi existencia y la de mi pasado...".

"No digas eso, por muy cruel que sea el pasado, el presente lo puedes cambiar para construir un mejor futuro".

Nos damos la espalda tercamente, tanto tú como yo.
Evitamos hablarnos cara a cara.
Lo que nuestros corazones sienten no lo expresamos con palabras,
porque sabemos que éstas no nos alcanzarán.

Ella quedo en silencio y una nube borrosa se formaba cerca, observando a éste a unos pasos de su espada la cual avanzaba, "no puedes hacer nada por liberarme del conjuro, lo siento mocoso... a pesar que eres un humano no pude odiarte como los demás, huye de mí por favor... no quiero matarte...", un gesto de angustia invadió su rostro y gritó, "¡¡APÁRTATE DE MÍ!!, ¡¡RÁPIDO!!", dejando escapar unas gotas cristalinas que descendieron por sus mejillas.

Si hubiera sabido decir mejor aquel "Lo siento."
no hubiéramos acabado de esta manera.
No fui sincera, perdóname, por favor.
Creo que ya es demasiado tarde... lo siento.

El filo de su espada se había entallado con la ropa de él y éste calmado le respondió "no lo haré..." asintió y con una sonrisa le dijo "si con mi muerte te puedo liberar del hechizo, con gusto entrego mi vida" avanzó un paso más y el filoso objeto ingresaba a su cuerpo derramando su sangre ante los ojos de espanto de ella la cual se había quedado paralizada mientras el siguió caminando al mismo tiempo que palidecía continuó hablando, "porque yo... yo…", la fuerza de su cuerpo no respondió más y se desplomó en el suelo.

Unas lágrimas escaparon de sus ojos negros cayendo sobre el collar de ella, el brillo del objeto se intensificó y sus ojos rojos parpadearon nuevamente en su cuerpo real guardando sus garras para sostener el cuerpo de él y decir fuertemente, "¡¡¡¡MOCOSOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!"

El Duque y los demás llegaron ahí y vieron como los cambios en ella y su guardián  retornaba a su forma original, sorprendidos al ver al chico Susume en los brazos de ella con la espada atravesándole.

Las lágrimas de Am caían sin control y al sacar la espada de él dijo "porque... no entiendo porque los humanos... ¡SON UNOS IDIOTAS!". Observó a su guardián y a los demás diciéndoles"siento mucho el causarles problemas".

El Duque sujetó a su hija que estaba inconsciente sin el menor daño y dijo "no te culpes, estabas bajo un fuerte hechizo, creo que es mejor llevar al joven Kibo a-", no pudo terminar de hablar porque ella sujetó al chico entre sus brazos y extendió sus alas, agitando su cabellera blanca le dijo a Etel, "esperen en este lugar, debo sanar esa herida que provoqué y sólo conozco un sitio donde ir", alzó vuelo y se alejó de ahí.

Joshua y la sombra llegaron a donde estaba el resto del grupo, el Duque al explicar lo sucedido le surgió una gota.

"Creo que alguien debió de decirle que Kibo adquirió la habilidad de poder cicatrizar rápido sus heridas" comentó Roel.

"¡Uy pobre chico!, más le vale que demore en cicatrizar esa herida de espada porque sino ella lo va querer matar de verdad jajajaja" comentó la sombra en tono burlón mientras los demás hacían una fogata.



Capítulo XI: Deseos oscuros