domingo, 25 de mayo de 2014

Sello del tiempo - Capítulo VII - OMAKE I


CAPÍTULO VII - OMAKE I
“LA NOCHE DEL FESTIVAL”

Aturdido por lo que había visto, el casi como un espíritu dentro de una habitación y a pocos metros su cuerpo dormía tranquilamente, ¿qué es lo que pasó? —pensó, estaba confundido por lo que estaba experimentando, cuando al intentar tocar la mano de su cuerpo una fuerte energía lo arrojó al piso quedando inconsciente, hasta que una voz conocida empezó a llamarle repetidamente.

— “¡Zhi!, ¡estas bien!, ¡Zhi!, ¡Zhi!, ¡responde!”, los ojos escarlata le observaban con preocupación.

“Amai…” —abrió sus ojos y un fuerte dolor de cabeza hizo que se quejase por unos minutos— “lo que vi antes fue un sueño o un recuerdo… fue demasiado extraño” —pensó en medio de su confusión.

— “Zhi, si estas mal debemos quedarnos aquí por un momento y de ahí debes regresar a tu casa, el otro año veremos el festival”, le dijo ella sosteniéndolo.

“No… descuida, estoy bien” —sonrió— “solo es algo sin importancia, vayamos al festival”.

— “¿Estas seguro?” —preguntó.

“Si” –sonrió– “además quiero ver como pierdes en los juegos y aplicar el castigo que te mencioné”.

Ella alzó una ceja, “no sé que rayos es un beso, incluso le pregunté a mamá antes de venir y solo se empezó a reír sin decir media palabra, como le dije que vendría al festival con mi único amigo, ella incluso me presto este atuendo, me veo extraña…”, le surgió una gota, “parezco esos muñecos extraños que mamá vendía hace años”.

“¿Cuál atuendo…?, si estas con esa capa puesta no puedo ver nada”, le observó con gesto gracioso.

— “Hay es que me veo muy rara… además te vas a burlar, pasas todo el tiempo burlándote de mí con tus cosas y con preguntas que no conozco”, se cruzó de brazos y giró su cabeza hacia un costado.

“Jajajajaja, quizás un poco jajajaja, es que me gusta ver cuando te enojas” —sonrió.

— “¡Lo vez!” —gruñó ella con una vena en la cabeza— “hay ratos que quisiera sumergirte bajo el rio hasta que digas, “lo siento Amai, perdóname por hacerte enojar”” —comentó feliz.

“¡Oh!, aun con tus 15 años y ya piensas en hacer torturas” —movió sus cabeza en negación— “yo no merezco eso de ti, veo que me mataras algún día” —se hizo el sollozante.

— “¡Ah ya deja de decir cosas como esa!, yo nunca te mataría, por que sino con quien pelearía todos los días jajajajaja, eres un tonto que no puedo hacerle daño” —suspiró.

“Jajajajaja, ya vez como si quieres a este tonto” —sonrió con una gota sobre su cabeza.

— “Al menos te reconoces jajajaja y si te quiero, pero también te odio por hacerme enojar cada vez que se te antoja”.

“Es un progreso” —pensó— “bueno volvamos a ver lo que tienes bajo esa capa, quiero ver el atuendo que tu madre con todo su cariño obsequió para ti” —sonrió al ver que su rostro se hacia azul— “¿qué pasa, por que esa expresión?”.

— “Es que…” —suspiró y le dijo— “cierra tus ojos”, eso era tal y como él hacia cuando le entregó aquella capa que llevaba.

“Esta bien, ya los cerré” —dijo aún sentado en el suelo.

Pasó unos segundos y ella dijo con su cara azul al verse extraña con esa vestimenta, “ya puedes ver…”.

“¡Oh!” —dijo él al observarla y un leve sonrojo tiñó su rostro.

— “Me veo rara, ¿verdad?” —comentó ella.

“No” —movió su cabeza— “al contrario, te vez hermosa con ese Kimono rosa”, se levantó y notó que el color azul se disipó de su rostro.

— “Gracias” —sonrió— “vamos”, le dijo acomodándose su capa de nuevo.

“Si”.

Por otro lado, unos ojos verdes estaban vigilantes y observaba cada movimiento de la hija de su hermano, sabia que al final se convertiría en un demonio de gran nivel. “Sei no tiene recuerdos de ella ni de esa mujer, aún así se siente sólo y baja a la tierra pocas veces a disfrutar del aroma del lago al amanecer”. Se cruzó de brazos sobre un árbol y comiendo una manzana dijo— “solo es cuestión de tiempo para que se de el cambio” —sonrió.

— “Zhi, ¿por qué el andar descalza no duele como el estar con estas cosas en los pies?, además de la cintura aprieta un poco” —dijo ella caminando con dificultad.

“Las cosas que llevas en los pies se llaman “geta”, vienen a ser los zapatos que se usa con el Kimono la cual es la tela que cubre todo tu cuerpo, lo que arropa tus pies es “tabi” conocido como calcetines, lo que aprieta tu cintura se llama “obi” es el cinturón y lo que sujeta tu largo cabello se llama “Kanzashi”, que es un accesorio y que te sienta muy bien” —sonrió al terminar su explicación.

— “¡Oh!, vaya que conoces mucho de vestimentas, pero hay cosas que no dijiste, como esta cosa que sujeta al obi y la almohada que va entre este, y la camisa que llevo dentro, ¡ahhh!” —se sujetó la cabeza, al verse que estaba envuelta con muchas cosas— “¡caminar con este Kimono es una tortura para mi cuerpo entero!”.

“No mencioné algunas cosas por que no recordaba sus nombres, pero estoy casi seguro que lo que llevas debajo del Kimono y le dices camisa, se llama “eri”, el otro que se parece a una almohada según tu, es el “obiage” y lo que sujeta al obi es “obijime” —sonrió y una idea le pasó en mente— “si sientes malestar al caminar con el Kimono y sus accesorios puedo cargarte, para mi no hay problema”.

— “¡Si!, ¡por favor!”, le iba a tomar su mano pero luego se detuvo, “¡espera un momento!, no te cobraras este favor después” —alzó una ceja— “porque si es así, prefiero destrozar mis pies de camino al pueblo”.

“Por supuesto que no haré eso, así que no te preocupes, vamos sube a mi espalda” —comentó tranquilo y sonriente.

— “Si” —se sujetó de su cuello y sus pies flotaban en el aire— “¿así?”, le surgió una gota.

“Si” —pensó— “no puedo pedirle que me abrase con sus piernas ya que el Kimono no le permite y además se pondría incomoda” —movió sus cabeza. “Amai puedes no apretar mi cuello tan fuerte, siento que me estas ahorcando” —comentó el al ver que le faltaba el aire.

— “¡Oh, ¡si!, ¡disculpa!” —dejó descansar su cabeza sobre el hombro del él, diciendo— “Zhi… si en caso pasa algo… estarás conmigo, ¿verdad?”.

“Si, yo te protegeré así que descuida, mientras estés junto a mi nadie te hará daño” —sonrió con leve sonrojo.

Ella se alegró al escuchar decirle eso y observaba el camino hasta el pueblo, nunca pensó conocer alguien así, le soportaba muchas cosas, incluso su mal genio que no demostraba en frente de su madre, habían momentos que no entendía el porqué de su enojo, lo único que sabia era que estaba cambiando poco a poco su forma de ser, no solo era su conducta sino la forma de su cuerpo y eso en el fondo la aterraba”.  

“Amai, ya llegamos” —comentó suavemente Zhi, irrumpiendo sus pensamientos de ella. “Bienvenida a la fiesta del tres del tres entre los Bai de Dali”  —continuó caminando y luego la bajó de su espalda, diciendo— es una fiesta muy importante que se celebra cada tres de marzo lunar, por ser la primera ocasión del año en que los jóvenes se encuentran; dura una semana.  Es la mayor fiesta Bai, con una tradición de cientos de años”.

— “Es interesante pero…”, se detuvo al ver que a pocos metros había mucha gente caminando.

“No tengas miedo, todo va salir bien” —sonrió y le extendió su mano al costado de ella— “sujétala si te hace sentir mejor”.

— “Sentir mejor no es la palabra Zhi, yo diría que tu me das seguridad” —sonrió y aceptó la oferta.

Empezaron a caminar por cada tienda abierta, habían muchos juegos así como ventas de mercería, era solo cuestión de escoger lo que ella le parecía divertido y conocido de hacer, su sonrisa y asombro se extendía al ver disimuladamente las cosas que las personas hacían y quiso jugar, no quería perder ante él y le dijo— “hay concurso de arquería, ¡QUIERO INTENTARLO!” —su voz sonaba enérgica y decidida.

“Recuerda lo que te enseñe hace poco, así será más fácil para ti este juego o más bien esta competencia conmigo” —sonrió.  Tomó el arco y se colocó en posición, “muy bien Amai, ahora observa al maestro” —sonrió y sin perder de vista al centro tiró con firmeza dando en el blanco.

— “¡SI!, ¡NO PERDERÉ!” —aseveró ella y levantó el arco, colocó la flecha en el punto exacto y luego soltó cayendo la flecha en el centro del tablero.

Después de varias rondas de estaban en la última, ninguno de ellos había tenido errores en un solo juego de cinco, así que el que se equivoque en este perdería.

“Listo” —dijo al soltar la flecha y anotar otro punto a favor en el tablero. Había sido instruido desde pequeño en eso así que no tenia ningún problema.

— “NO PERDERÉ ANTE TI ZHI” —pensó, su mirada echaba fuego y segundos antes de lanzar la flecha escuchó unas risas burlonas, giro su cabeza hacia arriba para observar y unos ojos verdes muy brillantes la observaban desde un árbol a lo alto cerca de donde estaban. Su cuerpo tembló y tiro la flecha cayendo fuera del tablero. El marcador indicaba que Zhi había ganado, pero ella no escuchaba se había quedado paralizada en total silencio.

“Te dije que ganaría” —comentó sonriente, pero se dio cuenta que algo andaba mal, ella no se movía aun con el arco en sus manos. “Amai, ¿te sientes bien?, tómalo con calma es un juego no te enfades”, le colocó su mano sobre su hombro y ella se sobresaltó. “¿Qué sucede?” —preguntó con preocupación por su reacción.

— “Zhi, ese tipo del árbol me esta observando y se burla de mi…” —soltó el arco y le abrazó— “tengo miedo Zhi”, sus manos temblaban.   

“Tranquila” —recibió su abrazo y le dijo— “estamos rodeados de arboles Amai, salgamos de aquí e indícame donde lo viste”

— “Si”, se alejaron unos metros de ahí y cuando volvió a ver para decirle a su amigo la ubicación del sujeto, éste ya no se encontraba por ningún lado. “Ya no esta… no esta” —se sujetó su cabeza— “algo anda mal en mí, estoy viendo cosas que no existen” —comentaba intranquila.

“Quizá la presión del juego te alteró un poco” —le sostuvo sus manos levantándolas y le dijo— “tranquila yo estoy contigo” —sonrió.

— “Si” —cerró sus ojos— “por un momento pensé que iba a desaparecer y eso me dio miedo, sus ojos verdes eran muy grandes y llenos de maldad”.

“Ya no pienses en eso” —acomodó su capa y le dijo— “¿dónde esta la Amai valiente y llena de energía, que no teme a nada?”.

— “Cierto” —su voz se notó mas calmada y sonrió– “¡aquí esta!, soy yo y tienes razón, no sé que me ocurrió, pero gracias a eso ganaste un juego” —cruzó los brazos.  

“Es verdad” —sonrió— “pero no te desanimes, el castigo se aplica si pierdes en la final, así que depende de ti el ganar o perder”.

— “¡Cierto!” —empezaron a caminar y vieron una tienda que decía concurso de canto, había mucha gente, pero ella se entusiasmó y le dijo— “quiero cantar Zhi pero… tu no participaras por que… ¿no sabes cantar o si?”.

“No, el canto no es lo mio, pero has de cuenta que competirás conmigo si le ganas a todas estas personas” —sonrió— “¿qué estas esperando para competir en este juego?”.

— “Si, sin duda ganaré esta vez”, se dirigió e inscribió. El observaba que la mayoría de las participantes no tenían la dulce y aguda voz que ella tenia y después de casi una hora de la participación de todas, dijeron a la ganadora y fue Amai, le entregaron una pequeña medalla, su sonrisa se distinguía bajo esa capa.

— “¡Gané Zhi!, ¡gané!” —le dijo corriendo hacia él después que terminará todo— “¡GANÉ!, ¡TE GANÉ!, jajajajaja”.

“Esta bien, estamos en un empate” —suspiró— “el siguiente juego será el de cazar el mayor número de peces en una bolsa usando esa red”, le indicó con su mano el lugar y lo que se refería con la red.

— “¡Ah pero esa no es red sino papel!, el peso del pez no lo soportará se romperá” —afirmó ella con total seguridad.

“Justamente, es ahí donde el ingenio de la persona actúa para ganar ese reto” —comentó el a pocos pasos de la tienda.

— “Eh cazado peces en el río desde pequeña y un tonto juego no será la excepción” — comentó con brillo en sus ojos rojos— “¡GANARÉ!”

Al romperse la red de papel fino al intentar capturar un pez, su seño se marcó más y un aura azul empezó a brotar naturalmente de su cuerpo. La gente empezó a asustarse y fue cuando Zhi intervino diciendo— “Amai, tranquilízate por favor, es un juego”.

— “Pero…”, sus ojos rojos estaban llenos de frustración— “eh perdido Zhi, no logré capturar ni un solo pez” —suspiró.

“Ya no te preocupes por eso, como te dije es solo un juego, estoy seguro que en el próximo festival podrás ganar” —sonrió.

— “¡Si!” —exclamó con entusiasmo.

“Ya va ser hora de la lanza de antorchas” —extendió su mano— “vamos”.

— “Si” —sonrió y a la vez se preocupó— “Zhi… aunque halla perdido la competencia contigo, ¿no vas a darme un castigo o si?... es que la verdad no sé que sea un beso y eso me tiene preocupada… no se por qué…”.

Ante la sola mención del “beso”, un leve sonrojo tiñó su rostro. “Ah… eso… bueno yo…” —prefirió aislarse un poco de la multitud para hablar con ella.

— “¿Sucede algo Zhi?”, se preocupó al ver que se había alejado de la gente.

“Amai, tengo algo que decirte… pero no se como hacerlo…”, su mente era un caos de como explicarle.

— “JAJAJA tan solo dilo y ya, es la primera vez que te veo con esa rara expresión de confusión enrojecida en tu rostro JAJAJAJAJA” —continuaba riéndose.

“No te burles” —volteó su cara a un costado por la incomodidad que sentía al ver que ella lo tomaba como una broma.  

— “Jajajajaja es que te vez muy gracioso jajajajaja”, se dejó de reír al ver que él se inclinaba como una reverencia hacia ella y le sujetó su mano con delicadeza, “¡¿q-q-qué haces?!”, se sorprendió.

“Amai… te voy a decir lo que significa un beso” —sonrojado unió sus labios sobre la mano de ella y luego se apartó, diciendo— “un beso es una demostración de afecto que tiene una persona con alguien…”.

Ella quedó inmóvil y preguntó— “¿con alguien?... ese alguien puede ser un animal o cosa, ¿verdad?”.

“Si” cerró sus ojos para continuar explicando“además la ubicación de este es según esa persona desee, puede ser como señal de respeto o también como amor…”.

“Mmmmm entiendo sobre su ubicación pero… ¿qué es amor?” preguntó interesada ya que el solo hecho de que le diga y demuestre el castigo el cual le parecía algo atemorizante de su parte, solo era una forma de respeto y conocer más.

Este suspiró, ya le parecía raro que ella no se sonroje o que haga una escena típica de una chica normal al sentir un poco de pena que otra persona le bese la mano, pero ella no, ella era diferente al resto, estaba ahí de pie con total naturalidad y ansiosa de saber sobre el tema. “Ah… que voy hacer contigo Amai, me vas a causar un ataque al corazón con tu inocencia” pensó.

Un carraspeo hizo que éste empezara a hablar, “Amor es un sentimiento que todo ser humano tiene por naturaleza innata, el cual crece y se fortalece con el tiempo, una forma de expresar nuestro amor es nuestros padres, es un amor distinto puesto que fueron ellos lo que nos dieron la vida, otro, es la demostración de afecto que tiene uno con los animales, el gustar, quererlos y protegerlos nos hacen amarlos también, sin embargo, cuando una persona se siente atraída por otra, no solo por lo físico si no por su forma de ser, con sus cualidades y defectos, se puede decir que esa persona ama a la otra; y ese lazó prevalece por la intensidad de los sentimientos de ambos”.

“¡Oh!, ahora entiendo a mamá, los sentimientos hacia papá, ella y yo aunque no lo vemos… no dejamos, ni dejaremos de amarlo” pensó, cerró sus ojos y juntó sus manos sobre su pecho. “Gracias por decirme todo esto Zhi, nunca le llegué a preguntar a mamá sobre este tipo de cosas, en verdad te lo agradezco” sonrió.   

El solo le observó y decidido le dijo“nunca antes le dije esto a nadie Amai, pero…” —se acercó y tomó de sus manos— “tu eres la única persona que considero después de mi hermana, como la mujer que más amo en este mundo”.  

“Jajajajajaja que tonterías dices Zhi, que yo…”, le observó y continuó riéndose, “jajajajajaja vamos Zhi la clase de hoy sobre sentimientos ya se terminó, no tienes por qué hacer más bromas”.

“Pero, no es ninguna broma” afirmó serio al ver que ella creía que estaba jugando.

“¿AH?... no es broma… si no es broma, significa que es verdad y que tu me amas…”, le soltó de sus manos y se apartó molesta, “¡eso es mentira!, tu eres mi amigo y no puedes amarme, ¡no puedes!” —salió corriendo, pero el la alcanzó y le tomó del brazo diciendo— “lo siento… no te alejes de mi por favor”.
 
“¡Suéltame!, ¡Suéltame!” se apartó de él y dijo “yo… lo único que sé, es que eh perdido a mi mejor amigo y me duele decirte adiós, pero así debe ser…” sus ojos rojos empezaron brotar lágrimas, había recordado su promesa de pequeña, sus prioridades eran ayudar a su mamá y que su padre regrese a casa. No había lugar para que ella se distraiga con otras emociones y eso le dolía en ese momento, mientras corría entre el bosque dejó caer su capa y sus ojos desbordados de lágrimas, empañaban su visión, “¿por qué tiene que ser así?... ¿porqué?...” se preguntaba y detuvo sus pasos cayendo de rodillas al suelo apretando sus manos. 

“¡Chicos miren que nos trajo el festival hoy!”comentó a pocos metros un aldeano. Otros seis aparecieron y empezaron a molestarla.

“¡DÉJENME EN PAZ!, ¡VÁYANSE!” gritó ella y le miró con enojo en sus ojos rojos.

“¡Oh!, ¡un demonio!, ¡un demonio!” dijeron y enardecieron “¡¡¡acabemos con el demonio!!!”.

“¡¡¡Si!!!” dijeron los demás y otro grupo se les unió.  

Las duras palabras de ella resonaban en su mente y al verla partir así, lo dejó sumergido en sus pensamientos, el hecho de haberle confesado sus sentimientos hizo que ella se aleje de él por siempre. Eso era algo que no lograba asimilar, ya había perdido a su madre y la vida de su hermana dependía de las ordenes de su padre, su único refugio era Amai a quien amaba y no podía perderla de esa forma, “debo hablar con ella…” reaccionó y empezó a correr hacia el bosque. En el camino encontró la capa que una vez le obsequió. “No puede ser… ella no debe quitarse la capa por que las personas pueden atacarla”, una inquietud muy fuerte lo invadió y continuó buscándola.

“¡¡¡Maten a ese demonio!!!” decían unos aldeanos.

“¡¡¡Quémenla!!!, solo traerá destrucción al pueblo entero, ¡¡¡quémenla!!!” comentaban la gente enardecida al ver que uno de ellos le había tirado una piedra en la cabeza y la dejó inconsciente, luego la habían amarrado contra un árbol y su cuerpo estaba raspado por que había sido arrastrado hacia ese lugar.

“¿Qué es lo que pasa?” preguntó Zhi, al ver que había movimiento en medio del bosque, gente con antorchas se dirigían a una sola dirección. Este detuvo a uno y le había comentado, que encontraron un demonio y lo iban a matar. “No puede ser… acaso ella es…” corrió unos metros para encontrar a toda una multitud de aldeanos dispuestos a quemar viva a alguien “Amai…” dijo y sus ojos se dilataron al verla atada, inconsciente y con señales de que la habían golpeado. “¡¡¡Deténganse!!!” gritó y se mezcló entra la gente hasta llegar al pie de aquel árbol donde se encontraba atada “¡¡¡Amai!!!, ¡¡¡Amai!!!”, le llamaba y ella empezó a abrir con dificultad sus ojos rojos.

“Zhi… ¿qué haces aquí?...” pensó y sentía que su corazón empezaba a latir con más fuerza y notó que las uñas de sus manos empezaban a tomar forma de punta, eso la aterró. Su respiración se hizo más rápida al querer escapar y no poder hacerlo por las cuerdas las cuales aprisionaban su cuerpo. ¡¡¡ALÉJENSE DE MI!!!”, no podía controlar más su ira que sentía contra toda esa gente, un vórtice de vientos empezaron a rodearla y una energía muy fuerte brotaba de ella, era un fuego azul que emanó quemando las cuerdas y haciéndola flotar por unos minutos en el aire.

La gente al ver lo que sucedió salieron corriendo temiendo por sus vidas, quedando sólo Zhi en medio de todo, observando lo que había pasado. Ahora comprendía su forma de ser, ella no era humana por eso su madre no quería que fuese vista por los aldeanos, ella conocía cual iba a ser la reacción de estos. El cuerpo de Amai descendió y cayó en los brazos de Zhi.

Al abrir sus ojos rojos, lo primero que vio fue a él, su tonto amigo que le hacia bromas y que hace poco le había confesado sus sentimientos hacia ella. “Zhi… yo…” cerró sus ojos “lo siento… no soy digna de ser amada por ti”.

“¿Porque?...” indagó el con temor en su respuesta.

“Soy diferente a las demás personas…  me estoy convirtiendo en un monstruo” sollozó “tengo miedo de poder hacerte daño…”.

“No eres un monstruo y no creo que puedas hacerme daño” respondió y a la vez preguntó “¿por qué tienes miedo?”.

“El solo hecho de pensarlo me aterra y no quiero que nada malo te pase Zhi” asintió “porque tu también me gustas mucho pero… no soportaría verte sufrir por mi culpa…”. 

Al escucharle decir eso, vio que el rostro de ella se había hecho rojo eso le alegró y le dijo “sufrir o no sufrir… no me importa, solo quiero estar a tu lado” sonrió.

“Estas loco, pero aun así te amo”, le dijo ella bajando de sus brazos y sujetada por las manos de él.

“Amai, hoy te haré una promesa la cual cumpliré pase lo que pase, sin importar el futuro” observó el firmamento “…las estrellas brillan pero eventualmente se apagan, sin embargo la luz de tu alma es eterna… por eso más allá de los lamentos que enfrentes, siempre estaré ahí para ayudarte… para protegerte… para amarte… siempre”.

Ella se había quedado observando a los ojos plomos de éste mientras el cabello azabache se deslizaba con el viento, era como una danza sincronizada de ambos, el sostenerse de sus manos y el sonrojo que tenían al verse y el aceptar los sentimientos del otro, hacían que el bosque fuese un lugar maravilloso donde el sonido de la naturaleza a su alrededor detuviese el tiempo, sin penas, ni angustias, solo la alegría de saber que estaban juntos.

“Curemos esas heridas” sonrió y caminaron hacia la orilla del rio, sentando a Amai sobre una rocas mientras el sacaba un pañuelo y lo remojaba con el agua. “disculpa por no llegar antes… saliste herida por mi… lo siento” dijo con pesar en su rostro.

“No” asintió “la única responsable de esto fui yo por salir huyendo y decirte esas cosas tan desagradables… es que yo… hice una promesa de pequeña mucho antes de conocerte…”.

“¿Una promesa?”, se sorprendió e interesó por saber más, mientras continuaba pasando con cuidado su pañuelo sobre el brazo de ella, “¿qué promesa?”.

“Yo…” suspiró “prometí que lo más importante para mi seria ayudar a mamá y encontrar a papá, por eso siempre canto esa canción que aprendí de ella, quizá algún día no muy lejano mi voz pueda ser escuchada por él y así regrese a casa”.

“Entiendo” dijo el cerrando sus ojosla vida puede ser impredecible en muchas formas, unos aman a sus padres… otros lo odian…, sin embargo el solo hecho de haberles dado vida hacen que la existencia tenga un propósito para con sus semejantes y las personas que más les importa”.

Ella le observó y vio tristeza en su rostro apuesto, el siempre bromista pero a veces tan solitario en su forma de pensar o hacer las cosas, “es verdad… lo que dices, pero nunca hay que rendirnos, mamá me enseñó más de una vez que siempre hay que guardar la esperanza, que todo saldrá bien, las cosas suceden por algo y debemos luchar por obtener nuestros deseos” sonrió.

“Si”, la paz que ella le transmitía era tan gratificante para su alma que algo sucedió al pasar el pañuelo sobre su otro brazo, este se cayó y en vez de la tela colocó su mano, “quisiera intentar curar como mamá lo hacia cuando era pequeño…”, fue la idea que cruzó por su mente e inconscientemente lo hizo, causando sorpresa en ambos al ver una tenue luz blanca brotó de su mano, cicatrizando la herida de la chica.

“Zhi…” sus ojos rojos se dilataron “tienes el poder de curar a las personas”.

“Si, eso creo…” observó sus manos “es el poder se sanación que mamá tenía”.

“¡Grandioso!” sonrió y una idea hizo que se emocioné al punto de decirle señalándolo con uno sus dedos el cual tenia una pequeñas garritas en vez de uñas normales “¡Zhi Ho!, yo Amai Sei Xing necesito de su gran don de curación para que mis heridas cierren y así cuando mamá me vea no se preocupe por este suceso, ¿me ayudarás?”. 

“Será todo un honor” sonrió mientras continuaba con su labor esa noche.

“Es sorprendente ver crecer a la hija de Sei” comentó su tío en uno de los arboles observando la escena de ellos en la orilla del río. “El hecho de ser diferente te asusta… entonces, ¿qué harás cuando te hayas transformado en un verdadero demonio?... ¿qué sucederá con ese humano al que dices amar?...” repitió las mismas palabras que le había dicho a esa mujer en la cabaña hace una hora, aquello había sido una visita de advertencia, “ahora depende de su madre dar el siguiente paso en hacer su elección” sonrió.   
Capítulo VIII: “Un encuentro con Kibo”

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