lunes, 7 de abril de 2014

Sello del tiempo -Capítulo IV


CAPÍTULO IV

PERDIDOS EN EL BOSQUE

El rose de su larga cabellera sobre el suelo y el sonido de su ligeros pasos subiendo algunos escalones de aquella gran muralla —anunciaba su aparición— no tenia prisa, por que todo lo que lo rodeaba era una fortaleza de la más fina construcción de la cual él había ganado con el transcurso de miles y miles de años y sacrificios, cuando se refería a sacrificios no solo era lo material, sino a los más profundos deseos consecutivos los cuales se habían formado como una cadena que si bien conocía un principio, no encontró el final para tal maldición, sin embargo, los innumerables dilemas de los mortales eran cosas que provocaban su debilidad por continuar ese sendero de realización  y a la vez autodestrucción, >> no hay elección…<<, le habían comentado sus cuatro vestigios guardianes, cargar con tal juramento, no había sido tarea fácil y la rutina del día a día habían cegado su cordura, consumido en su ley sostenía aquel reloj de arena y continuó caminando hasta ingresar al salón principal.

— Señor, sus subordinados lo están esperando —se inclinaron al terminar de hablar.

Al escuchar eso, se dirigió a donde tenía planeado, al abrir la puerta encontró a ellos arrodillados ante su gran sillón, sin expresión alguna y lentamente se acercó y tomó posición, no es común verlos tan temprano por aquí, ¿cuál es su motivo al venir a visitarme?.

— No es que estemos orgullosos de verlo, pero algo a cambiado en la última entrada con este mundo —comentó uno.

— Si, no sólo son sus primeras órdenes de matar al muchacho, gran señor, sino que éste esta acompañado de una chica, no es humana pero tampoco bestia…. quizá una mezcla de ambas, no lo se… —se quedó en silencio pensando.

— Creo que es una especie no definida por otro mundo, quien sabe cual… pero el problema es que ella tiene enorme fuerza y maneja magia, eso la hace tan peligrosa que ya a eliminado a varios de los nuestros —comentó otro que estaba a la derecha.

— No solo eso, gran señor, ella esta protegiendo a nuestro objetivo y es casi imposible acabar con él sin que ella termine con cada uno de nosotros antes —señaló con total seriedad.

— Este no pareció afectarle las noticias de los presentes, acarició su viejo reloj y respondió— parece ser… que los inútiles de sus amigos, son sólo basura comparada con mis elegidos… —se levantó con paso lento traspasando las figura de los cuatro y continuó hasta abrir una puerta cercana, ellos… saben perfectamente que es lo que quiero y busco, así que vallan y traigan el alma de mi nuevo huésped. Un fuerte viento oscuro en forma de remolino salió despedido alrededor de él y varias luces tomaron varias direcciones dentro del gran salón, pero antes… —hizo una pausa— deben consumir un poco de energía fresca —una sonrisa retorcida de crueldad se vio reflejada en su rostro gélido, los dejo —comentó mientras desaparecía entre las paredes— acábenlos primero, luego ya saben que hacer…. Los gritos se escucharon como ecos los cuales se dispersaron a los pocos segundos.

La sombra que días anteriores había hablado con Kibo se había percatado que cuatro presencias estaban desapareciendo, eso lo alertó que algo estaba mal y salió en  medio de aquella tarde, en búsqueda de aquel chico. Debo avisarle que algo más poderoso y siniestro se ha liberado de la gran muralla, la cual era también conocida por ellos como la corte de la condenación, era el palacio de regocijo del gran amo o gran señor —así tenían que decirle por ser el dueño de almas— y además en el interior del recinto era la prisión de las almas mas oscuras y perversas que había adquirido en sus capturas. Ojalá no llegue demasiado tarde…

Después de haber ingerido aquellos frutos el cual le provocaba que se embriague, había caído al suelo inconsciente y cuando logró despertar se dio cuenta que estaba bajo la sombra de un árbol. No lograba recordar lo que sucedió después de ingerir esos alimentos los cuales fue de forma brusca por ella. Observó a su alrededor tratando de ubicarla pero no estaba. Esto es extraño a donde se habrá ido —comentó— hasta el momento no había visto la hora en su reloj el cual estaba en su muñeca izquierda, cuando lo hizo vio que eran las 2.15pm y no había señal que las agujas se moviesen, estaban paralizadas.  No puede ser… seguro se bajó la batería… un momento…  —pensó— ah permanecido así desde que llegué a este lugar…es muy extraño….

Empezó a caminar y conforme avanzaba pudo percibir una presencia cerca que lo estaba siguiendo. Se detuvo a observar, notando que estaba solo en compañía de la naturaleza a su alrededor.

— Aquella sombra indicó el camino que debo seguir —apretó sus puños y pensó— no importa que tenga que hacer, debo llegar hacia el espejo de la verdad para poder salir de este mundo…

— Hasta que por fin despiertas mocoso, por un momento creí que habías muerto. Se escuchó la voz de Am sobre uno de los arboles.

— Buen día, señorita ¿cuánto tiempo estuve inconsciente? —preguntaba mientras se acercaba en dirección a ella.

— Creo que una semana —señaló con su dedo sobre su piel pálida— en serio, si no es por que tu corazón aun latía, ya te iba a ser parte de mi cena jajajajaja. Su risa irónica apareció de nuevo al ver la expresión de susto que éste tenía.
— ¡¡¡¿¿¿Qué???!!!, ¡¡¡una semana!!!. No lo podía creer era como si en verdad hubiese estado muerto pero en sueño. Agradezco a los dioses por que halla iluminado su sentido común y no me comió señorita.

— Dioses jajajaja, que sabes tú de los detestables dioses… ni siquiera conoces alguno, fuera de eso… —empezó a caminar pasando unos pasos delante de él— tuve que ir a la aldea próxima y ver a una sacerdotisa que explique tu condición….

— ¿Una sacerdotisa? —volteó a verla— ¿porque?.

— Cómo que ¿por qué?, el hecho de comer frutos del bosque no te pudo afectar de esa forma, supuse que había algo más estaba dejando pasar… —aspiro mucho aire para soltarlo al frente del chico diciendo— ¡¡POR TU CULPA, TUVE QUE LIDIAR CON HUMANOS Y HABLARLES, SABES CUANTO DETESTO TU SOLA PRESENCIA IMAGINA EL IR A ESE PUEBLO CON TODA ESA GENTE ALREDEDOR OBSERVÁNDOME!!!.

— Lo siento… no quise causar problemas… y ¿qué fue lo que la sacerdotisa dijo?.

— Estabas muy débil, necesitabas descansar y consumir unas hierbas para aliviar el veneno que aún quedaba en tu cuerpo… —le observó con su frialdad que la caracterizaba— el veneno fue producto del ataque que recibiste de ese sujeto en la pelea que tuvimos.

— Ya veo… le agradezco el preocuparse por mi todo ese tiempo que estuve inconsciente.

— Se detuvo unos segundos en silencio para decir— vamos mocoso, tenemos que darnos prisa en ir a la siguiente aldea en busca de esa joya…. Un brillo en sus ojos violetas de satisfacción la invadía al saber sobre lo que tenía que hacer.

— ¿Cómo sabe sobre las joyas? —preguntó con asombro— ¿Quién le dijo eso?.

— La forma como me enteré, es lo que menos importa en estos momentos —volteó y siguió caminando— andando.

— La siguió en silencio, se había quedado con la intriga de saber quien fue el que le dijo sobre las joyas y todo eso, ¿será que habló con esa sombra? —pensó— no… no lo creo… si fuese así, él se hubiese mostrado ante ella en aquel instante y no lo hizo. Continuó caminando hasta que ambos observaron que la luz del sol se había disipado y el cielo estaba cubierto de muchas nubes oscuras, un viento frio empezó a soplar y una gran bruma los empezaba a cubrir.

— ¿Será que un nuevo oponente se acerca? —preguntó él— un escalofrió le recorrió todo su cuerpo.

— Tranquilo mocoso, no creo que sea un oponente, no siento su presencia, solo este clima loco que cambia cuando se le antoja, brrrr que frio hace —comentó con una breve sacudida de su capa— iré a inspeccionar, no te muevas de aquí, suficientes problemas has causado como para dar más….

— Descuide, aquí estaré esperándola señorita. La observó como la niebla la hacia desaparecer entre el los árboles del bosque.

Cuando sus pasos se hacían cortos sentía que se alejaba más y más, eso la alertó, lo que estaba experimentando no era solo el clima, sino que estaba en medio de algún hechizo. Y eso significaba que su sirviente podría verse en peligro por alguna de esas criaturas. Genial —pensó— lo único que falta es que me pierda por culpa de esta bruma. Al detenerse, escuchó un movimiento entre las ramas de unos arbustos. Sacó su espada y empezó gritar, lo común de ella cuando esta enojada.

— ¡¡¡MOCOSO!!!, ¡¡¡¿ERES TÚ?!!!, ¡¡¡¿DÓNDE ESTAS?!!!, ¡¡¡ RESPONDE!!!. No había respuesta alguna, solo ese silencio profundo y el sonido de algo moviéndose alrededor de ella como si estuviese siendo observada. SEA QUIEN SEA, DEBERÍAS SALIR Y DAR LA CARA, MALDITAS BESTIAS DEL BOSQUE…. Otro movimiento de los arbustos y ella no dudó en correr hacia esa dirección para terminar con lo que fuese, pero grande fue su sorpresa al ver que era un conejo pequeño, ¡ASÍ QUE ERAS TU CONEJITO!, no asustes de esa forma, casi te degollo con mi espada.

Sujetó al animal con sus manos acariciándolo y lo llevó con ella mientras continuaba caminando, exclamando y repitiendo lo mismo, pero no había respuesta. Se detuvo y en silencio murmuró levemente— no hay nadie… no hay nadie aquí…. Tenía por primera vez en mucho tiempo una inquietud en su cuerpo, el collar no daba muestra de algún cambio, sus garras de sus manos se habían puesto moradas del frio que hacia, el conejito temblaba y se acurrucaba entre su capa que ella llevaba, también tienes frio… —lo abrazó sobre su pecho, tenía ganas de llorar al verse perdida y sola en compañía de un animal indefenso, su orgullo pudo más que sus temores, colocó al conejito en la gorra de su capa y sacó su espada la envolvió con su magia y de un solo movimiento intentó disipar la niebla que la invadía, por unos segundos desapareció dejando ver el pasto verde pero al mismo tiempo su hechizo se revirtió lanzándola con fuerza sobre un árbol —al moverse su expresión cambió y dijo— lo siento pequeño, mientras curaba la pata del animal que se lastimó por el impacto del golpe que ella recibió.

— Al parecer estamos solo tú y yo, veamos que podemos hacer para salir de este sitio. Se levantó dejando su capa sobre el árbol y en él envolvió al conejo, diciéndole— no te preocupes, de ahora en adelante los conejos son mis amigos no comida —sonrió levemente— cerrando sus ojos se concentró que la niebla alrededor empezaba a levantar sus cabellos blancos por la energía azul que la iluminaba, extendió sus manos y las empezó a elevar hacia el cielo hasta que entrelazó sus dedos con sus palmas, de las cuales empezaron a separase poco a poco dejando ver una bola electrizante que iba creciendo conforme ella iba expandiendo sus manos. Llegando al tamaño adecuado la bola electrizante fue lanzada hacia el cielo con fines de romper el hechizo de la cual era prisionera.

— Conejo, creo que esta vez lo logramos. Sus ojos se abrieron del susto al ver que aquella bola de energía regresaba con fuerza hacia ella, ¡¡Oh!!, ¡¡no puede ser!! —se movió con rapidez  evitando que su propia energía la lastimase. Esto va de mal en peor… que puedo hacer… si todo lo que hago con mi poder se revierte con mayor intensidad…. Se colocó su capa por que ya su piel estaba helada del frio y al conejito el cual adoptó como mascota lo colocó en su capucha el cual sacaba su cabeza sobre el cuello de ella. Todo empezó a darle vueltas, ese mocoso… espero que este bien… —fue lo último que susurró al caer al suelo inconsciente.

De la intensa bruma una figura emergió y se colocó al pie de la chica, solo falta uno…. Se desvaneció hacia otra dirección en búsqueda de su próxima victima.

— ¡¿Dónde estoy?! —dijo ella observándose a ella misma, que estaba corriendo a su sirviente para que comiera los frutos y se embriague como tortura clásica. Estoy muerta o estoy soñando… pero yo nunca sueño, sólo los humanos tienen sueños… eso quiere decir… que yo…. me eh vuelto humana… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!, con semejante grito que dio notó que las personas a su alrededor no la podían ver y menos oír. Así que prosiguió son su puchero, NO, NO , ¡¡¡¡nooooooooooooo!!!, no es posible, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡quien me dio semejante maldición!!!!!!!!!!!!!!!!, ¡¡¡¡nooooooooooooo!!!, ¡¡¡¡nooooooooooooo!!!, ¡¡¡¡nooooooooooooo!!!, ¡¡¡¡nooooooooooooo!!!, seguro ¡¡¡morí!!!, si prefiero creer en eso que ser una detestable humana, ¡¡¡¡siiii!!!!, ¡estoy bien muerta!, ¡muerta!, ¡muerta!, ¡muerta!, siii que feliz soy de creer eso, ufff que alivio. Continuó observando la escena que había pasado después que consumieron aquellos frutos y ver sus efectos en su esclavo.

— Señorita Am, usted es muy mala…. sabe que no me gustan esos frutos desde que supe las consecuencias que ocasiona en mi organismo…. La voz de Kibo era temblorosa y vacilante. 

— JAJAJAJAJA, ESOS FRUTOS SON LA MEJOR TORTURA QUE PUEDES TENER JAJAJAJAJA. Había dicho ella en esa ocasión mientras la verdadera Am observaba con curiosidad la escena de días pasados, según ella estaba bien muerta.

— Ríase todo lo que quiera… —se cruzó de brazos— bien que disfruta hacer este tipo de cosas.

— NO SABES CUANTO, JAJAJAJAJAJAJA.

— Espere que encuentre el espejo de la verdad y logre salir de este mundo, haré una gran fiesta por mi regreso, donde habrá mucho vino y cerveza que seguro Noa e Ismael se encargarán sin anuncio y sabe una cosa señorita, ¡no la voy a invitar por ser tan cruel conmigo! —dijo el sobre el suelo y sosteniendo una hoja, la cual la hacia girar y girar con sus dedos.

— ¡¿Cómo sabes sobre el espejo de la verdad?!, había preguntado ella con interés sobre el tema.

— Alguien me dijo que ese espejo es la única forma de salir de este mundo… —dijo él y tenia un leve sonrojo en su rostro, estaba muy ebrio de tantos frutos que ingirió, volteó a verla y la señalo con la hoja, porque se mueven tanto señoritas, me están causando mareos.

— Jajajajaja, estas alucinando o son los efectos que pronto perderás la conciencia por el licor que consumiste. Se levantó y de dirigió hacia él, levántate y dime ¿qué es lo que debemos hacer para poder llegar hacia ese bendito espejo?.

Aún en el suelo, él le respondió mientras intentaba ponerse de pie, debemos encontrar las 24 joyas de todas las aldeas… cuando consigamos todas, éstas abrirán el camino hacia el espejo de la verdad, al entrar en el interior de éste se encuentra el gran señor, dueño y amo de éste mundo… si logramos vencerlo él concederá la respuesta a todas nuestras inquietudes y tiene el poder del reloj ancestral, con eso controla el tiempo y puede llevarnos a nuestro tiempo y espacio real… —se sujetó del brazo de ella y observó los ojos violetas— oh sus ojos son como la sangre, tanto que dan miedo…, intentando no caerse por que sentía que todo el piso estaba moviéndose y con mucha dificultad lograba estar en pie.

— Ella le observó y dijo— hasta bromista resultaste…, hizo un gesto cómico con sus ojos del coraje que le provocaba, que él empezó a reírse.

— Yo sé que no es de piedra y en algún lado de ese frio corazón hay una señorita de nobles sentimientos hacia todo el mundo.

— ¡CÁLLATE!, NO DIGAS TONTERÍAS MOCOSO, TU NO SABES LO QUE EH VIVIDO Y EH VISTO, ASÍ QUE NO TIENES EL DERECHO DE HABLAR DE MI COMO SI FUESE DE TU MISMA RAZA, le soltó el brazo que éste se sostenía de un jalón y caminó en dirección al manantial. Una hora después regresó y lo encontró dormido en el suelo con la hoja que había jugado en su mano derecha. OYE MOCOSO, ¡LEVÁNTATE! —repitió varias veces y éste seguía igual— ¡OYE!, ¡TE LEVANTAS O TENDRÁS CASTIGO POR QUEDARTE DORMIDO! —aseveró con el seño fruncido— el silencio que obtuvo de respuesta no le gustó y lo levantó de un brazo para torturarlo en el agua por un rato, pero notó que su cuerpo estaba muy frio y la palidez de su rostro era fuera de lo normal. Oye… ¡¿Qué tienes?, ¡vamos despierta! —lo zarandeó aun así su cuerpo no respondía— mocoso… esos frutos ya lo has consumido antes y no te dejaron en tal estado…, lo sujetó a su espaldar y empezó a correr rápido hacia el pueblo, ella sabia que algo andaba mal y no entendía los síntomas que manifestaba.

Había llegado a otra aldea, donde se tropezó con un habitante del lugar  —lo sujetó del cuello— DIME, ¡¿¿¿DÓNDE PUEDO ENCONTRAR ALGUNA HECHICERA O ANCIANA QUE CURE PERSONAS???!.

El señor tembló de miedo al ver sus filosas garras apretando su cuello y los ojos violetas destellar furia. Al final de aquella arboleda, hay una pequeña cabaña donde habita una anciana que es la sacerdotisa del pueblo, tiene dones curativos, mas no es una bruja… —comentó— el temor de aldeano era notable.

— BIEN HUMANO, AHORA SIGUE TU CAMINO Y NI UNA PALABRA DE ESTO A NADIE DE LO CONTRARIO TE BUSCARÉ Y ACABARÉ CONTIGO Y TODA TU RAZA, ¡ENTENDIDO!, soltó su cuello y éste salió corriendo, SON UNOS COBARDES….

Con su capa la cual cubría la mayor parte de su cuerpo, se mezcló con las personas que transitaban en las calles, hasta llegar al lugar indicado por el aldeano, allí encontró a una anciana.

— ¿Es usted la sacerdotisa del pueblo? —preguntó con total respeto— en el mundo donde ella vivió se había tropezado con todo tipo de persona pero siempre a los mayores se les respetaba por sus años vividos, claro, siempre y cuando no hallan quitado la vida a sus semejantes entre otros actos que condenen su alma como el detestable quien la crio ese sujeto se ganó todo su odio y desprecio,  necesito de su ayuda señora…

— Si, así es —dijo tranquilamente— ¿en qué la puedo ayudar?.

— La ayuda es para él… —dejó caer el cuerpo lo más despacio posible sobre la hierba para que la anciana lo revise.

— ¡Oh! —se asombró la sacerdotisa al verlo– el joven esta envenado y éste corre rápidamente por su cuerpo, si llega a expandirse por completo él puede perder la vida.

— Al escuchar veneno, le recordó la última batalla que tuvieron y donde él recibió aquel fuerte hechizo. ¿Hay alguna forma de salvarlo? —inquirió sin inmutarse— ¿la hay?.

— Si, pero esas hiervas solo crecen en la cascada detrás de la montaña que hay pasando esta aldea —comentó— si logras traerlas podré hacer el brebaje para que contrarreste el veneno de su joven amigo.

— Apretó sus puños al escuchar la palabra amigo, eso la puso de mal humor peor del que estaba, descuide, yo las traeré —dijo dando media vuelta conteniendo su enfado— hasta mi regreso, cuide de él.

— Por supuesto, no tarde, la vida de su amigo depende de usted.

— Si… —pensó— YA NO SOPORTO EL QUE DIGA QUE ES MI AMIGO, GRRRRR… MEJOR ME VOY, empezó a correr y dar saltos entre todo el camino, las últimas palabras de la anciana resonaban en su mente, como si fuesen un eco malicioso que se había quedado grabado. ¡RAYOS!, YA SE QUE LA VIDA DE ESE MOCOSO DEPENDE DE MI, POR ESO ME ODIO AUN MÁS, EN MIS AÑOS DE EXISTENCIA… NO EH TENIDO PIEDAD CON NINGUNO DE SU ESPECIE, POR QUE TENERLA AHORA, GRRRRRRRR, LO PEOR ES QUE NO PUEDO DEJARLO MORIR, POR QUE ES MI CULPA EL QUE ESTÉ ASI —se detuvo en lo más alto de un árbol viendo el panorama del camino a seguir– si yo hubiese derrotado a esa mosca voladora que me encerró en esa barrera, no hubiera atacado al mocoso y no estuviera tan mal… encima fue muy precipitado de mi parte el haberle hecho consumir esos frutos de licor, con tal acontecimiento reciente... ¡Por más que deteste tu especie, esta vez eres mi responsabilidad…. ¡DEBO DARME PRISA GRRRR!.

Si así fue como sucedió ese primer día, la pasé buscando esas hierbas hasta llegar a la dirección indicada por la anciana, para el segundo día ya estaba de regreso y tal fue el impacto de ver a ese chiquillo más pálido que nunca ya parecía un cadáver, así que le entregué las hierbas medicinales a la sacerdotisa y empezó de inmediato hacer el brebaje, mientras eso me indicó darle líquidos y colocarle cerca de la vieja fogata la cual había encendido, señaló que eso le daría calor a su cuerpo, aun así se veía muy mal.

— Vamos chiquillo, tienes que vivir, no te perdonaré si mueres ahora… —asintió y murmuró en silencio— suficiente culpa tengo de tu condición….

— La anciana con sus pasos suaves y despacio se acercaba y le dijo—  es un buen amigo suyo, ¿verdad? o acaso es su novio señorita.

— Tales palabras la dejaron lívida por unos segundos y de inmediato respondió controlándose lo más posible, ¡claro que no es un novio o como se llame!, solo es un conocido, ni siquiera es mi amigo, así que por favor, no confunda las cosas —señaló con molestia mientras seguía dándole los líquidos encomendados.

— Oh, hija lo siento… —dijo mientras movía con su mano el pequeño depósito con un líquido verdoso— pero tengo una duda… ¿acaso no sabes lo que es la palabra novio?.

— Ella le observó con asombro, nunca le había hablado tan directamente y menos hacerle preguntas que ella desconocía de las costumbres humanas, eso era un caso fuera de lugar por el cual no le interesaba debido por ser quien eran, no… no lo se, y no quiero saberlo, así que prefiero que lo cure lo más rápido posible a él para poder retirarme y no causarle molestias señora.

— ¡Oh!, entiendo… —sonrió amablemente— descuida después que él beba esto, se pondrá mejor, te lo aseguro.

— Se lo agradezco, dijo ella caminando a unos pasos de ella y recibiendo el contendedor del brebaje, empezó a darle un poco cada dos horas y mientras la anciana se había ido a dormir, ella permaneció toda la madrugada siguiendo las instrucciones del tratamiento indicado para Kibo. Sin embargo a la cuarta dosis, éste no quiso ingerirlo, eso la fastidió, OYE MOCOSO, O TOMAS ESTE BREBAJE POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS, PERO LO TOMAS.

— Déjeme dormir, tengo mucho sueño…, había murmurado inconscientemente.

— CON QUE MUCHO SUEÑO NO… ¡AHORA VERAS!, COMO SE TE VA EL SUEÑO EN UN SEGUNDO, su sonrisa se extendió en su rostro al pensar en una broma al verlo ya con más color y de mejor semblante, sujetó la nariz del joven le abrió la boca con sus manos y le dio la dosis de uno solo, luego con su mano cerró su boca, mientras la cara de él se ponía de un verde a morado. Cuando le observó se rio y luego una gota apareció en su cara, uy…creo que olvidé dejar de apretar tu nariz, lo siento… jajaja. Ella empezó a reír mientras él empezaba a cobrar color natural después de haber ingerido su última dosis.

Estaba amaneciendo y todo parecía mejorar, la anciana le examinó y dijo que el veneno ya se había disipado así que solo era cuestión que descanse. Al saber eso, lo llevó en brazos lejos de ahí, en rumbo a la siguiente aldea —pensaba— ya eh perdido suficiente tiempo cuidando de este mocoso. Lo dejó sobre la sombra de un árbol y se fue a cazar. Tenia mucha hambre llevaba tres días de no comer nada. Cuando regresó el seguía igual inconsciente en el suelo donde lo dejó, su piel se había puesto algo pálida del frio. HAY, ¡CUANDO VAS A DESPERTAR MOCOSO!”, así pasaron dos días más el cual solo le había dado líquidos para hidratar su organismo pero no había señal que lo despertara. ¡RAYOS!, NO QUIERO REGRESAR A VER A ESA ANCIANA SI EN CASO TE PONES MAL, ASÍ QUE MAÑANA SINO DESPIERTAS TE ARROJO AL RIO A VER SI EL AGUA TE AYUDA A VOLVERTE A LA VIDA JAJAJAJAJA, hizo una pequeña fogata al pie de él y luego se subió a uno de los árboles mientras observaba los alrededores.

Am sentía mucho enfado al ver los días pasados, la culpabilidad que sentía la había obligado actuar y ayudar al joven de cabellos negros a quien gracias a sus cuidados le salvó la vida, eso era grandioso, así no tenía cargo en su otra vida, por que para ella la única verdad, era que estaba muerta y que las imágenes mentales de lo vivido fue solo el recuerdo antes de pasar al mundo de los muertos, por que prefería creer eso, que aceptar que era humana. Su cabeza empezó a dolerle y cuando abrió sus ojos todo era negro, no había nada a su alrededor, pero el dolor nuevamente taladraba sus cienes, y tres imágenes invadieron su mente, la primera era una niña jugando, la sombra de alguien llevándola de la mano era la segunda y finalmente la tercera era el agua cristalina y fría. Movió su cabeza para ambos lados tratando de liberarse de aquellas imágenes que solo le causaban confusión y al abrir sus ojos violetas notó que estaba sujeta en los brazos de alguien y su olor le hizo abrir sus ojos del susto, este aroma lo conozco… —pensó— recuperando el conocimiento y al ver a Kibo que la llevaba en brazos y la colocó en la sombra de una cueva pequeña.

— ¡¿Cómo lograste escapar de la bruma?! —preguntó ella asombrada de verlo sin ningún rasguño y más aun siendo un humano, debió de afectarle más— ¿Cómo?.

— Sentí una extraña presencia y salí corriendo a buscarle hasta que la encontré tirada en medio del bosque inconsciente —comentó del otro extremo sentado sobre una roca— por eso la traje hasta aquí.

— ¡¿Dónde esta mi capa?!, ¿no encontraste a un pequeño conejo?, el animal que había adoptado como mascota en ese momento.

— No encontré la capa ni mucho menos el conejo —respondió observándole con sus ojos plomos sobre los de ella.

— ¡¿QUÉ TANTO ME VES?! —se alertó— ¿SUCEDE ALGO?.

 —Es… humana… ¡es humana! —respondió él con asombro.

— No, mocoso, yo solo estoy muerta, supongo que tu… también… , cuando notó que sus brazos y piernas se habían reducido de tamaño, ahora casi tenia la misma estatura de Kibo. ¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!, dio tremendo grito que los pájaros que habitaban fuera de la cueva salieron espantados.

— ¡Tranquilícese por favor!, con ese grito solo ayudará a que esa cosa nos encuentre.

— ¡YO… SOY HUMANAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…!, ¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!. Seguía en shock y no escuchaba a nadie.

El joven trajo algunos tozos de ramas de un arbusto cercano y armó una pequeña fogata, allí ante una espantada chica de largo cabello blanco en estado inmóvil y con la mirada fija en el fuego.

En medio de la oscuridad unos ojos plomos despertaban y se extrañó al verse que unos hilos negros rodeaban su cuerpo inmovilizándolo y como una ventana de luz ante sus ojos, visualizaba una escena. Por primera vez veía a ella en completo silencio y con la mirada perdida, ¡¿Qué le pasó?! —se preguntaba ajeno a lo sucedía en realidad— cuando intentó pregúntale, sus palabras no eran emitidas y su cuerpo no le respondía. Sentía que estaba en medio de una pesadilla, en la cual no podía moverse como parte de mecanismo de defensa. Pero se sorprendió más cuando su cuerpo empezaba a moverse no en la dirección que él quería. Había dado algunos pasos y estaba al lado de ella con un pedazo de tela —quería curarle una herida de su mano— al hacer contacto con la otra persona, ella reaccionó como si despertase del shock en el que se encontraba.

— ¡¿QUÉ HACES MOCOSO?!.

— ¡Señorita Am!, que bueno que ya reacciona, estaba preocupado por usted. Si eso era lo que intentaba decirle Kibo, pero las palabras que salieron de su boca fueron otras… solo intentaba curar alguna de tus heridas, te veías muy pensativa —hizo una pausa— ¿te enfada tanto el ser humana como yo?.

— CLARO QUE SI, SABES QUE ODIO A LOS HUMANOS Y… MÍRAME AHORA… SOY LO QUE TANTO DETESTO, CREES QUE ES FÁCIL PARA MI ACEPTARLO, ¡PUES NO!, ¡NO LO ACEPTO, NI LO ACEPTARME JAMÁS! —dijo con sus orejas y mejillas un poco rojas del coraje.

— Algo esta mal… por que yo diría tal cosa, mi cerebro no me esta obedeciendo… ¿Qué me pasa?, yo no quise decir eso…,  y nuevamente palabras salieron de sus labios. Pues debería aceptarlo, eso te pasa por ser tan orgullosa y cruel con las personas.

— ¡CALLATE! —comentó ella muy enfadada— ¡NO QUIERO ESCUCHARTE!.

— Que sabes de sufrimiento —continuó— si te pasas gritando y dando ordenes, maltratando a los demás, ¿crees que eso es normal?. ¡Pues no!, lo único que causas es dolor y sufrimiento a quien te rodea, eres cruel y no me interesa seguirte ni que me protejas, ¡ya no más! —le soltó la mano y tiró el pedazo de tela al fuego.

— Ella quedo muda, nunca lo había escuchado hablar así, quizá una que otra vez en pequeñas proporciones cuando estaba ebrio por los frutos, pero nunca sobrio, y menos decirle tales cosas. Su corazón dio un latido y la estremeció, un líquido cristalino de sus ojos brotaba invadiendo sus mejillas. ESTO ES…  —se sacudió al  tocar su rostro con ambas manos— NO PUEDE SER….

— ¡Oh no!, esto va de mal en peor –intentó moverse pero los hilos negros empezaron a cortar su piel haciendo notar piscas de sangre. ¡¡¡yo nunca le diría algo así señorita Am!!! —volteó a verla y observó que ella lloraba— ¡Oh no!, la hice llorar… ¡oh no puede ser!, ¡¡¡ahora si me va a matar!!!, soy de lo peor…, Kibo estaba pasmado por provocar eso en ella, sin embargo las risas empezaron a salir de él y musitó “te das cuenta que eres más humana, solo mírate, estas llorando como una niña, acaso quieres consuelo…”, en tono irónico.

— Se limpió las gruesas lágrimas que había derramado y dijo— MI SIRVIENTE AL QUE CONOZCO, NUNCA ME HABLA DE LA FORMA QUE TU LO HACES, ÉL ES SIEMPRE RESPETUOSO, UN COMPLETO TONTO Y CRÉDULO POR SU BIEN, PERO JAMÁS IRÓNICO Y CRUEL. Sus ojos violetas destellaban furia contenida, ¡¿QUIÉN DEMONIOS ERES?!

— Si eso mismo pregunto yo… —se decía Kibo— yo nunca la lastimaría señorita Am, ¡jamás!, pero mi organismo no me responde… y solo logro herirla con las palabras que salen de este cuerpo —seguía luchando por liberarse pero era inútil, los hilos estaban cortando más profundo, haciéndole sangrar más. Nuevamente escuchó salir una voz de su cuerpo y se lamentaba profundamente al oírse. Te habías tardado en darte cuenta, quizá después de todo eres digna de estar aquí, notó salir sangre del cuerpo que había invadido y un gesto de molestia figuró en él.

— Al escucharlo y verlo, ella le dijo– AL PARECER ESTAS HERIDO, ¡MALDITO USURPADOR DE CUERPOS!.

Jajajajaja no querida, todo lo contrario, el cuerpo que vez presente es de tu amigo, sirviente, tonto y todo lo que quieras llamarle, a quien controlo pero creo que tenias razón, él es un tonto, esta intentando escapar y lo único que obtendrá es lastimar su propio cuerpo. Esta vez habló para ambos, si como lo oyen, todo intento por liberarse significa que perderá su vida con la sangre que derrame.

— Ambos quedaron estáticos al escuchar tal noticia, Am reaccionó diciendo— SI NO FUERAS TAN COBARDE… TE MOSTRARÍAS CON TU VERDADERA FORMA Y TE RETARÍA A UN DUELO, PERO COMO ERES UN COMPLETO COBARDE QUE SOLO LE GUSTA MANIPULAR A LOS DEMÁS, NO VEO EL CASO, caminó dándole la espalda y saliendo fuera de la cueva.

Aun así… es un reto que no puedo desperdiciar…, la siguió en medio de la noche y una lucha comenzó.

La enfermera había salido de la habitación después de darle un calmante el cual le había inyectado a la paciente por indicación del doctor, ésta dejó sus folios sobre la recepción.

— ¿Sucede algo malo? –le cuestionó la secretaria.
— Creo que esta paciente enloqueció… —suspiró— por más que intento hablarle, ella sigue repitiendo que ella murió y no debería estar viva.

— ¿En serio?... ¿cree que esta muerta?, que extraña….

— Si, demasiado extraña, por eso el doctor sugirió que la inyecte, creo que debe ser algún efecto del trauma que sufrió —pensó— además, según su historial, ella llegó de un atentado por delincuentes de callejón, pero fue tan fuerte la impresión que la dejó en estado de coma por varios días, aun así, su ropa estaba manchada de sangre, pero no había heridas graves, solo algunos hematomas leves… me pregunto por qué la sangre… si no trajeron a nadie más ese día que estaba de turno… es muy extraño…

— Sus amigos van a venir a visitarla esta tarde —comentó la secretaria— ¿crees que sea conveniente la visita?.

— No lo se… —quedó pensativa por unos segundos— supongo que es lo mejor para la paciente la interacción con sus familiares o amistades, y si en caso se pone histérica con eso de que esta muerta o alguna de sus ideas raras, le colocaré un calmante y prohibiré las visitas para nuevos estudios, eso es lo que sugirió el doctor después que hablé con él hace unos minutos.

Porqué mis ojos están tan pesados…, lo único que necesito es saber que es lo que sucedió para estar en un hospital… no debería estar viva… ese sujeto me apuñaló por la espalda y yo morí en brazos de Kibo, ese es mi último recuerdo… no es posible que este viva, no… no… no….  Inquieta en la cama, el calmante hizo efecto y ella quedó profundamente dormida.

Varias horas habían pasado y la hora de visitas se estaba acercando, las risas de ambos chicos ingresando por el pasillo llamó la atención de la secretaria en recepción, Jovencitos por favor, guarden silencio este es un hospital, no hagan tanto escandalo.

— Lo siento —añadió el rubio— es que estaba tan feliz de poder ver a nuestra amiga después de varios días y supongo que me emocioné demasiado.

— Señorita, él siempre se emociona por todo, es un caso perdido —sonrió— de ahora en adelante debes guardan silencio Noa, sino les diré que te coloquen en la sección de psiquiatría jajaja.

— ¡Ya ve, señorita!, ¿quién es el que molesta con sus bromas? —comentó el rubio alterado.

— Yo… no —dijo cruzado de brazos Ismael.

— ¡Claro que si!.
— Que no

— ¡Que si!.

— Ya silencio ambos, sino llamaré a seguridad por hacer alboroto —comentó con seriedad la secretaria— si van a visitar a su amiga, entren de una vez y en silencio.

— Si —asintieron ambos— al entrar a la habitación la encontraron aún dormida, hay Ismael por tu culpa nos regañaron de nuevo —murmuró el rubio

— No fue mi culpa, ¿quién empezó hacer pucheros fuiste tu? —señaló Ismael dejando su mochila en la pequeña mesa de la habitación y tomaba asiento en uno de las sillas.

— ¿Las chicas vendrán? —preguntó el rubio desde la ventana de la habitación.

— Regina y Victoria no podrán venir, tienen clase de anatomía —el sonido del cierre de su mochila llamó la atención del rubio— aquí estas….

— ¡¿Trajiste a ese libro endemoniado al hospital?!, ¡te volviste loco!. Se escandalizó Noa.

— Lo traje por que no sabemos que ocurrirá, así que sea lo pase hoy, ella debe saber lo que pasó ese día —se levantó y continuó— aunque no va ser fácil digerir la noticia… —colocó el libro sobre el mueble.

— Ismael, después dices que yo estoy loco —se acercó a donde estaba su amigo— ella estuvo en coma por ese tremendo shock que causó Kibo con lo que sucedió y este libro aunque sé que tarde o temprano lo tiene que ver, creo que no es el momento….

— Puede que tengas razón, pero solo lo sabremos cuando ella despierte.

— Si, aunque creo que esa enfermera la dopó —sus ojos azules se hicieron pequeños de solo decir eso— creo que le puso sedante para un mes.

— Ah… ya empiezas a decir tonterías —murmuró Ismael— en serio, ¿tomaste tus pastillas hoy?.

— ¡Que no estoy loco! —dijo el rubio empezando un nuevo puchero cuando vio que el pequeño grito que dio había ayudado a despertar a su amiga— hay no, creo que la desperté.

— Claro, con semejante escandalo que haces, hasta la secretaria te llama la atención por eso”.

— Ya, ¡cállate!.

— La chica empezaba abrir sus ojos con suavidad y observó a ambos jóvenes al pie de su cama, Ismael… Noa… ¿cómo es que estoy viva?.

El silencio invadió la habitación, Alexa recordaba todo lo que sucedió y peor aun ellos tenían que explicarle que fue lo que ocurrió para que ella este con vida.

— Emmm… Alexa —intentó hablar Ismael– verás….

— ¿Qué sucede Ismael?, tu nunca balbuceas, por favor digan algo, yo debería estar muerta… debí morir en brazos de Kibo, por más que intento recordar algo más, no se me viene nada a la mente… y… ¿dónde está él?, ¿por qué no vino con ustedes?.

— Amiga, Kibo está bien, no te preocupes, todo fue una pesadilla que vivimos, pero ya todo esta bien —sonrió el rubio con una gota sobre su cabeza— solo te caíste y te trajimos al hospital, eso de estar muerta seguro que fue un mal sueño….

— ¿Que?... ¿todo fue un sueño? —comentaba ella confusa ante las palabras de su amigo– eso no es cierto… fue muy real lo que viví.

— Noa… ya deja de mentir, tarde o temprano sabrá la verdad.

— La verdad… ¿qué verdad?... hay por favor chicos, hablen que ya, no puedo más con esta angustia.

Un gran suspiro se escapó de Noa, no podía detener lo inevitable, así que tomó asiento, mientras su amigo empezaba hablar.

— Alexa, la verdad es que… Kibo hizo algo en último momento y salvó tu vida… —hizo una pausa— todos estuvimos muy preocupados por ti, has estado casi una semana en coma.

— En coma… supongo que fue por el shock… —se detuvo para asimilar lo que estaba escuchando— pero… si Kibo me salvó, ¿porqué no esta aquí con ustedes?, ¿dónde está?.

— No pudo venir hoy, el supervisor del proyecto le colocó mucho trabajo toda la tarde en unas muestras —comentó Ismael aprovechando la emoción de Alexa, observó a su amigo el cual le respondió con afirmación en su rostro, no te preocupes— seguro mañana vendrá a verte….

— Oh, gracias a Dios él está bien, por un momento pensé que le había sucedido algo malo —suspiró.

— No, como crees… —asintió el rubio y se levantó— lo único que debe preocuparte ahora es recupérate y salir pronto del hospital, entendido.

— Si —sonrió— estoy tan feliz.

— Nos alegra escuchar eso —dijo Ismael. Vio entrar a la enfermera. Jovencitos la hora de visita terminó, regresen otro día.

— Si ya nos vamos… —el rubio sujetó el libro y se disponía a guardarlo en la mochila de Ismael, pero se espantó al tocarlo que del susto lo dejó caer al suelo, ¡OH NOO!, ¡MATE A KIBOOO!, ¡¡¡PERDONAME AMIGOO!!!, ¡¡¡WAAAA!!!. Alexa, Ismael y la enfermera lo observaron con asombro.

— Noa, ¿te sientes bien? —preguntó ella parpadeando incrédula— ¿porqué nombraste a Kibo en el libro?.

— Descuida amiga, todo es parte de una broma que estuvimos armando estos días para que rieras un poco cuando despertases, verdad que fue buena, jajajajajajaja.

— Pues si Ismael —ella empezó a reír— por un momento pensé que Noa enloqueció jajajaja.

— Ya somos dos que estamos de acuerdo en ese aspecto jajajajaja —se acercó donde su amigo y recogió el libro el cual lo guardó en su mochila— le habló muy bajo al rubio, ya deja de hacer tonterías que echarás todo a perder….

— Lo siento…  —se despidió de ella y cerraron la puerta de la habitación.

Fuera del hospital, Ismael empezó a regañar al rubio, ¡como se te ocurre decir que mataste a Kibo cuando el libro se cayó al suelo!, eso fue muy imprudente de tu parte… casi haces que Alexa descubra todo.

— Lo se, es que me dio cosa, sujetar un libro que tiene temperatura, en serio… y cuando se cayó al suelo pues imaginé lo peor… pobrecito mi amigo, le habrá dolido el golpe seguro….

— Golpe es el que te voy a dar si vuelves hacer esas tonterías sin consultar antes —comentó Ismael.

— Y… ¿hasta cuando piensas mantener esa mentira de que Kibo está en la Universidad y vivo? —preguntó el rubio.

— Hasta que ella salga del hospital, ya vez que la enfermera la tiene vigilada y pues imagina que le de una crisis de nervios al saber la verdad seguro que la envían derechito a psiquiatría… tu segunda casa jajaja.

— Ja-ja, que gracioso —ambos se despidieron en la terminal de buses rumbo a sus casas— espero que él este bien….

Lejos de aquella realidad en el mundo de Hiya, una batalla estaba en marcha y quien llevaba las de ganar era el joven de cabellos oscuros cuyos ojos de ser plomos claros habían cambiado a un color dorado intenso, quien lanzaba por los aires a la ahora humana Am, quien a las justas podía esquivar algunos golpes, era notable que sus poderes se habían reducido a un 60% de lo que era antes y se sentía exhausta.

¿Qué te pasa?, creí que eras una oponente que al menos haría que use el 30% de mi fuerza, pero veo que no, eres una completa decepción como guerrera —comentó desde una postura tranquilo y relajado, mientras las manchas de sangre se iban expandiendo en su ropa.

Ella se había percatado que sus heridas se iban marcando más en el cuerpo del chico y no eran por que haya recibido algún golpe de ella a su atacante, sino que era la lucha interna que estaba llevando él.

Tu sirviente, quiere escapar de mi encantamiento, pero no puede, no tiene la fuerza suficiente –una sonrisa siniestra apareció en su rostro— si lo olvidaste te recuerdo, que todo golpe, si es que logras herirme –cosa que no sucederá— “solo conseguirás,  lastimarás el cuerpo de él. En su interior Kibo refutaba las palabras de si mismo, No importa, si muero en el intento, debo salir de aquí, no quiero que hagas mas daño de lo que has hecho, ¡no puedo soportarlo!. Las palabras salieron nuevamente, para responder Jajajaja, aunque no puedas soportarlo ya no puedes hacer nada, solo espera tu muerte.

La batalla continuó y esta vez Am salió despedida por los aires con tal fuerza por su atacante que cayó entre la hierba sin poder moverse.

Ya vez, eres débil, una humana tan débil incapaz de impedir lo inevitable —celebró   con sus ojos dorados al ver que ella no daba señal de movimiento.

— La impotencia de no poder hacer nada por aquella chica que estaba tirada inconsciente y encima ese sujeto que manipulaba su cuerpo le decía cosas muy horribles, era algo que no pudo soportar más,  ¡¡¡Cállate!!!,  ¡¡¡no sigas!!!, ¡¡¡solo la lastimarás más!!!, no le importaba si su cuerpo se partía en mil pedazos al ser cortados por los hilos, solo quería salir, escapar del dominio de ese sujeto, dio tremendo grito ¡¡¡¡¡¡¡DETENTEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!, que un paso a la vez y con mucha fuerza, logró romper los hilos, se sorprendió al ver iluminado todo su cuerpo por una luz dorada como el sol en medio de aquella oscuridad en la que se encontraba y más extraño fue notar que toda esa oscuridad en la que estaba se iba derrumbando observando poco a poco el bosque en el que se encontraba. Externamente una niebla oscura había emanado de su él y el ser que lo había poseído había finalmente abandonado su cuerpo.

Al ver que era el mismo de nuevo, luego vio que ella estaba tirada a pocos metros, corrió para auxiliarla, observó que tenía múltiples heridas y estaba desmayada. La abrazó con fuerza y murmuró— ¡por favor señorita Am!, ¡no se muera!, todo fue mi culpa… soy un tonto después de todo….

— Ella abrió sus ojos violetas con dificultad y dijo— ¡MALDITO!, ESTAS TRATANDO DE MATARME! —intentando liberarse de sus brazos– DEJA DE HACER ESTO QUE ME QUITAS EL POCO AIRE QUE ME QUEDA, ¡RAYOS!, ¡SUÉLTAME!.

— ¡Oh!, lo siento señorita Am —dejó de abrazarla— lo siento mucho, todo fue mi culpa.

— ¡Eres tú! —se asombró al no ver los ojos dorados si no a los plomos claros— ¡eres Kibo!, ¡mi sirviente!. Ella le costaba trabajo creerlo.

— Si, señorita Am, he vuelto a ser el mismo, le pido disculpas por todo lo que pasó, en verdad lo siento….

— No… —volteó su cabeza desviando su mirada— todo lo que ese sujeto dijo era verdad… una verdad muy cruel pero cierta… un momento... —le observó— ¿tu viste todo lo que pasaba?.

— Si, estaba en medio de la oscuridad inmovilizado por unos hilos negros y cada vez que intentaba moverme estos cortaban mi cuerpo.

— Ya veo, lo que dijo ese sujeto era verdad después de todo, por eso sangraba externamente… —murmuró y añadió— pero, ¿cómo te liberaste de él y pudiste salir ileso?.

— Creo que fue el querer salvarla lo que me hizo liberarme de aquellos hilos, creí que iba a terminar hecho pedazos pero no fue así y… es mejor no recordar lo sucedido… lo único que importa es que esta bien señorita Am y que más da si es humana o no, usted siempre será Am y nadie le quitará lo que ha hecho en su vida.

— Ella le observó asombrada con sus ojos violetas muy abiertos, ya no eres mi sirviente… tampoco un mocoso… ni un chiquillo al que grito y torturo todo el tiempo… —hizo una pausa— ahora eres solo Bo el tonto más sensato y noble humano que conozco.

— ¿Por qué Bo? —preguntó el al escucharla calmada y más tranquila— ¿por qué?.

— Porque a pesar de todo eres un bobo, es decir, un tonto jajajaja —empezó a reír mientras observaba la cara de desaprobación de su acompañante al costado— a partir de ahora te llamaré Bo.

— Si usted me llama así, entonces yo ya no le diré señorita sino Am —aseveró él con un poco de enfado por el nuevo apodo.

— No suena mal… —pensó— después de todo es parte de mi nombre… sin embargo aunque me digas Am, no olvides el respeto que siempre me tienes, nunca lo cambies por que te desconoceré si lo haces.

— Esta bien… Am —sonrió y se levantaba para dirigirse a unos arbustos— algo estaba moviéndose  y necesitaba saber que era, ya regreso, espere aquí por favor, aún esta herida….

— No —dijo ella intentando levantarse pero no podía —pensó— ¡rayos!, si tan solo es cuerpo no fuese tan pesado podría moverme más rápido…. Espera, voy contigo o sino no vas a ningún lado.

— Pero Am, aún estas herida… —se percató que los ojos violetas empezaron a brillar más de lo normal– eso le inquietó por que cuando ella estaba así, era por que empezaba a enfadarse, esta bien… como digas —suspiró y le ayudó a ponerse en pie y sobre su hombro caminaron hasta llegar y cuando llegaron a ver que era, ella se dejó caer recogiendo su capa.

— ¡¡¡Oh!!!, ¡¡¡estas vivo conejito!!! —lo sujetó sobre si— creí que ya no volvería a verte pequeño, mientras abrazaba al animal con entusiasmo.

— Kibo estaba asombrado de escucharla hablar así, ¿cuando ella tenía afecto a los animales?, si siempre los cazaba… se siente bien… Am —dijo observando cómo acariciaba al animal— quizá tenga fiebre por eso actúa así, ¿puedo tocar su rostro por un momento? —preguntó con temor.

— ¿POR QUÉ HARÍAS TAL COSA? —inquirió ella de inmediato— ¿PORQUE?.

— Creo que quizá tenga fiebre por eso quiero saber si su temperatura es normal y eso solo puedo verificarlo de esa forma por el momento ya que su piel es muy blanca y como ha perdido sangre por sus heridas, pues no sé que pensar… su actitud es extraña….
— POR SI NO LO SABES, YO SE CUIDARME BIEN Y ESTE CONEJITO ME AYUDÓ CUANDO ESTABA SOLA Y NO ACTÚO EXTRAÑA, ANTES QUE TODO SUCEDIERA… —caminó dos pasos y todo le dio vueltas— hay mi cabeza…. Fue lo que comentó antes que cayera al suelo él la sostuvo y le tocó su frente, percibió que tenia un poco de temperatura, estaba desmayada, así que la levantó en sus brazos  colocándola sobre la sombra de un árbol ya estaba amaneciendo y el sol empezaba a salir, descuide… yo cuidaré de usted.

Sus parpados se habían cerrado por completo, sentía su cuerpo tan pesado que no tenia la fuerza de emitir movimiento alguno, esta sensación de adormecimiento de sus funciones orgánicas era lo que los humanos le llamaban sueño….  ¿será eso?–pensaba–  nunca había experimentado de los sueños, es muy extraño…. La imagen de una niña llevada de la mano por una alta figura no mayor que ella, la confundía, por qué estoy en el cuerpo de esta niña si antes también pude ver lo mismo desde otra perspectiva diferente, ¿qué sucedió?....

— Vamos, ¡apresúrate!, sino llegaremos tarde —comentó la otra persona delante de ella.

— ¿Tarde?... ¿para que o que? —había preguntado observando entre las sombras a la figura, no iré —le soltó— no le conozco, así que mejor váyase y déjeme tranquila. Esa respuesta fue típica de ella.

— Es muy temprano para decir bromas, ¿acaso no quieres ir al festival?.

— Festival… no sé de que hablas —salió corriendo pero tropezó con una piedra y sin darse cuenta había notado que estaba cerca de un acantilado— ¡¡¡ahhhhhhhhh!!! —gritó al no poder sostenerse de nada— la mano de esa persona a quien no podía visualizar bien la sostuvo a tiempo y le ayudó a subir —preguntando— ¿estas bien?.

— Si. Ella estaba desconcertada, ese niño con quizá dos años de diferencia a los de ella, le había salvado la vida, no lo podía creer, ¿Por qué lo hizo?, ¿por qué? , es lo que pensaba y decidió decirlo, emmmmm, ¿por qué me salvaste?.

— Porque estabas en peligro y además hicimos una promesa la recuerdas –pudo visualizar la sonrisa en la sombras de su interlocutor— la recuerdas, ¿verdad? —se detuvo para escucharla.

— No, no recuerdo nada de ti quien quiera que seas apenas te conozco —eso pensó pero prefirió el silencio, debemos irnos —se adelantó unos pasos— no quiero llegar tarde al festival —sonrió con gran esfuerzo mientras su mente trabajaba— no entiendo por qué no pude decirla la verdad, creo que si lo hubiera hecho él se sentiría mal… por que esta niña en verdad lo aprecia y le conoce, pero yo no… ¿qué puedo hacer?...

— Está bien...-respondió sujetando su mano y llevándola por el camino de vuelta al festival.

No entendía como había llegado a ese especie de sueño humano se repetía mentalmente, sentía que el frio la invadía por estar con un simple vestido de casa mientras observaba los fuegos artificiales y bombardas como si se tratase de algo mágico e irreal, nunca había visto esas cosas en su vida, lo extraño era no saber quién era ese sujeto, porque la conocía muy bien, es decir conocía a la niña en la cual estaba atrapada dentro del sueño —sacudió su cabeza— luces multicolores salían despedidas en el firmamento nocturno y sus ojos brillaban por que era una sensación de extrañeza, de ser un contenedor vacío el cual necesitaba ser llenado con las inquietudes que se formaban en su mente.

— ¿Oye cual es el objetivo de hacer estas cosas en el aire?  —volteó a verlo y no estaba– ¿donde se metió este niño?, caminaba en medio de la gente pero no lo encontraba, ¡genial!, ahora estoy perdida en un lugar que ni conozco, ¡rayos! —frunció el seño y siguió caminando por más de treinta minutos y sus ojos de la niña empezaban a turbarse de algo que ya había experimentado antes, no otras vez… lágrimas…. Aunque odiaba decirlo, la niña empezaba a llorar mientras ella se maldecía porque lo hacía.

Kibo colocaba paños de agua para bajar la temperatura de ella, cuando se percató que lágrimas salían de sus ojos. está llorando en sus sueños… —mencionó él quedando en silencio por unos segundos— limpió sus lágrimas con uno de los paños y luego tomó una de su mano la cual estaba de igual temperatura que él, ahora debe estar en shock por verse involucrada en los sueños humanos o quizá recuerde los malos momentos que le hice pasar cuando no era yo… lo lamento Am todo lo que te ha sucedido es por mi culpa… —sujetó su mano— lo lamento… lo lamento… —comentó eso mientras la cuidaba.

Era de día y él se había quedado dormido sujetando la mano de ella, ésta empezó abrir sus ojos violetas sorprendida de estar lúcida y libre de aquel sueño, ¡¡¡¿QUÉ RAYOS HACES DURMIENDO SOBRE MI MANO?!!!, el grito provocó que el joven de un salto del susto.

— Lo siento —sonrió— pero me alegra, que ya se sienta mejor eso significa que la fiebre bajó por completo.

— Me cuidaste… hasta que te dormiste… —le observó y cruzó sus brazos— que mal cuidador eres —comentó con una expresión cómica.

Después de un breve apretón de cuello por parte de ella ya no como tortura al cual lo sometía cuando lo conoció, ahora era un juego y el cual le gustaba hacer y se sentía bien. Salieron del bosque y llegaron a la aldea al anochecer cuando se tropezaron con aquella sombra, quien les comentó lo sucedido y a la vez le explicó que no sólo tendrán que enfrentar a bestias salvajes sino que también con espíritus malvados que tratarán de hacerles perder el objetivo de estar en este mundo.

— Am se cruzó de brazos y le señaló sus heridas hay espectro… si hubieras llegado un día antes quizá muchas cosas se hubieran evitado….

Lo siento por la tardanza pero ya están sobre aviso… y una cosa más, ¡¿Qué hace ella en forma humana?!.

— Ah… no menciones eso, la hace enfadar —sugirió Kibo con una gota sobre su cabeza.

— Si tuviese mis garras y mi fuerza de antes créeme que te desaparecería espectro lento.

Pero si ya no tiene tal fuerza, como se supone que enfrentarán todo —se inquietó un poco pero al ver nuevamente a Kibo éste se tranquilizó. Ya veo muchacho… ahora que ya tienes tres joyas bajo tu poder supongo que te has fortalecido bastante.

— ¡¿De qué habla?!, ¡¿Cuáles joyas?!, no entiendo —comentó el chico asombrado.

— NO SEAS TONTO, EL DICE QUE TIENES TRES JOYAS, LA PREGUNTA ES… ¿CÓMO DEMONIOS LAS CONSEGUISTE? —musitó Am con enfado.

Las joyas no sólo pueden tratarse de algún objeto físico… si no también energía muy poderosa… la mayoría de nosotros al ingresar a este mundo tiene su propia joya que viene a ser el poder que tiene la persona en su interior —comentó sutilmente, no le podía decir que ese poder interior era el sello que un día utilizaron como parte del contrato del libro y del cual sus almas fueron capturadas y servían al ser más despreciable que pudieron conocer, es por eso que conforme vayan destruyendo a las bestias y espectros de este mundo se irán adhiriéndose al organismo del muchacho —le observó— tu cuerpo es sólo un instrumento, pero tu alma es muy preciada para nuestro amo y no descansará hasta arrebatártela… cuando eso pase y espero que no —hizo una pausa— te convertirás como nosotros y de acuerdo al nivel de poder que poseas servirás a cualquier orden que este disponga para ti —afirmó la sombra.

— Vaya lio en el que estás Bo, pero… al adherirse estas joyas a su organismo, ¿Qué es lo que sucederá a él?, ¿acaso sufrirá algún cambio por recibir tanto poder?.

No, en su caso, el no tendrá cambio físico alguno solo que su alma ya no será débil de un humano común sino se irá fortaleciendo más y más, con mayor habilidad y destreza e incluso en algún momento puede manifestarlo en magia pura, pero para eso necesitará una gran cantidad de joyas… —respondió serenamente la sombra.

— Una cosa más… —inquirió Kibo con algo de duda— existe alguna manera de que los efectos que tienen las bestias que nos ataquen desaparezcan… es decir, ¿si en caso llegase a ser herido de gravedad y al destruir al oponente mi cuerpo vuelva a ser como era antes?....

No, todo el daño que éstas causen tienen efectos reales, si te rompes una pierna o te lastiman un brazo y aunque hallas acabado con el adversario, tu seguirás así, por eso debes cuidarte por que todo el daño que estos realicen en tu contra tendrán resultados perjudiciales si tu lo permites, el viento se agitó un poco.

— Oh ya veo… —comentó él tratando de querer regresar la forma de Am como era antes, pero con tal noticia era imposible.

— Sus ojos violetas se cerraron por unos segundos asimilando las palabras del espectro y luego dio un paso al frente diciendo— entonces Bo continuemos con el viaje por las joyas restantes.

— Si —sonrió levemente al saber que al menos era de ayuda en el viaje, así todo el peso no recaía sobre ella, era un alivio y aunque de cierto modo su cuerpo se había sentido adolorido por algo desconocido prefirió no mencionarlo y se acopló a los pasos de Am y junto a la sombra a su costado dijo— vamos.

Tras el cristal del palacio unos ojos observaban todo y un gestó irónico se mostró en su rostro. algunos se sublevan pero están condenados a estar aquí por el tiempo que yo desee y ese niño no escapará… —lanzó un destello desde el balcón y del cielo una onda de luz se extendió por todo el perímetro de la gran muralla— acarició su  viejo reloj, su vestimenta rosaba el suelo y su larga cabellera se deslizaba con el viento, en su mente algo muy malo se le ocurrió empezando escribir una nueva orden.

Después de unos días, le dieron de alta a Alexa, saliendo del hospital con la esperanza de volver a ver a Kibo, le debía una explicación por no ir a verla los días de visita, no se sentía tranquila hasta hablar con el, así que después de llegar a casa y abrazar a sus padres, tomó la primera movilidad para la Universidad, conocía muy bien el horario de clases y cuando se asomó por el laboratorio sólo encontró a unas asistentes.

— Esto es extraño… ¿por qué no esta?.... Se dirigió hacia la clase por el pasillo tropezando con el supervisor del proyecto. Lo siento señor estoy algo distraída.

— Señorita… —dudó un poco hasta que pudo reconocerla— ¡Oh, estudiante Alexa!, ¿como está?, escuché por sus compañeros que estuvo delicada de salud.

— Si, señor, pero ya me encuentro bien y estoy reincorporándome a clases.

— Que bueno por usted, ojalá su compañero titular del excelente proyecto se recupere pronto, no es por nada, pero sus informes eran muy interesantes y se le extraña por la facultad.

— ¿Se refiere a Kibo?, su cuerpo se estremeció al tener un mal presentimiento.

— Si, él, escuché que tuvo un grave accidente —observó su reloj— fue un gusto saludarla pero tengo cosas por hacer y bueno espero que Kibo se recupere pronto. Siguió hacia los pabellones contiguos.

— Si… claro señor…yo le diré su mensaje…. Había quedado estática al escuchar la afirmación de sus sospechas con el supervisor. Si eso es cierto… entonces por que Ismael y Noa mintieron diciendo que todo estaba bien… —palideció mientras sus pasos eran apresurados y su corazón latía con más rapidez, si él tuvo un accidente igual que yo por que no lo dijeron, por que…. Llegó al salón de clase pero no les encontró, pregunto a uno de sus amigos si los habían visto y estos le dijeron que se habían ido a la cafetería. Al ingresar al lugar repleto de gente ubicó a ambos y soltó su bolso sobre la mesa sorprendiendo con su llegada, provocando que los ojos de Ismael se abran desmesuradamente y el rubio se ahogó con su café al verla. Ahora pueden explicarme, ¡¿donde está Kibo?! y… ¡por qué me engañaron todo este tiempo!, ¡¡¡quiero saber la verdad!!!.

La anciana había fallecido a los pocos días de una rara enfermedad y la joven se había quedado sola con los niños, estaba atardeciendo y terminando de hacer unas compras en la ciudad en compañía de Roel y el pequeño Joshua, los galopes de los caballos acercándose a toda marcha, inquietó a la gente que transitaba.

— Llévenselos —comentó quien los direccionaba– son ordenes de nuestro señor, el matar a las madres y llevar a sus hijos a la gran muralla para nuevos servicios.

— ¡No! —gritó la mujer enfrentando a los soldados mientras los niños se colocaban detrás de ella por el temor al haber escuchado tales ordenes— él no puede hacernos esto, es muy cruel….

— Claro que si mujer, él es el señor de todo lo que existe en este mundo, su poder le da vida a todo —comentó cortando distancia con los caballos y desenvainando su espada atravesó a la chica ante los atónitos niños, los cuales se los llevaron a la fuerza en una de las carretas del regimiento.

— Hermano… —sollozó el menor al ver el cuerpo de su madre adoptiva en el suelo yerta mientras se iban alejando del lugar— nosotros vamos a morir también… —lo abrazó fuertemente.

— No —asintió Roel— yo no permitiré que te hagan daño, lo juro, ambos tenían temor de lo que les esperaba y junto a ellos habían muchos niños los cuales estaban privados en llanto y otros enmudecidos del shock que habían experimentado, el camino fue largo hasta que finalmente ingresaron a la gran muralla, ahí sus cuerpos se sintieron pesados y con mucha dificultad al respirar, la presión era demasiado fuerte. Roel empezó a gritar del dolor, haciendo que detuvieran el traslado, cuando dos de los soldados abrieron la puerta, los niños se abalanzaron sobre ellos, corrieron lo que más podían resistir sus cuerpos, hasta llegar a los pastizales, Roel se había torcido el tobillo y no podía seguir, hermano… debes seguir adelante, corre lo más que puedas hasta llegar al bosque, ahí no creo que vayan esos sujetos….

— No, no puedo dejarte aquí hermano, ellos te van a capturar y te llevaran de nuevo a ese señor —sollozó el menor— no quiero que nada malo te pase… —continuo sollozando.

— Tonto, yo estaré bien —le abrazó— te juré que nadie te haría daño, por eso… ¡debes huir ya!, ¡¡¡vete!!!, le gritó y eso hizo que el pequeño se fuese con el rostro lleno de lágrimas y dolor.  No moriré Joshua, lo juro, no importa lo que tenga que hacer pero no moriré… —comentó al escuchar los pasos de los soldados cerca.

Al encontrar a Roel con el tobillo lastimado, después de un regaño esta vez le ataron sus manos llevándolos a la carreta junto a los demás, cuando estos les dejaron a cargo de los guardias quienes los llevaron hacia el gran salón, el cual después de unos minutos una fuerte energía hizo que las ventanas se iluminen de tal forma que los guardianes observaron con asombro tal suceso —pensaron— nunca antes nuestro señor utilizó la energía vital de niños para incrementar aún más su poder.


Al salir del perímetro de la gran muralla Joshua sintió como su cuerpecito crujía, mientras una luz se extendía alrededor de él, dejándolo inconsciente en el suelo por unos minutos, pero grande fue su sorpresa al despertar y notar que era un adulto de piel blanca, con largo cabello castaño y de ojos verdes, su alta estatura era normal para un chico de 28 años, ya de niño era muy lindo de grande lucía mejor. Eso era consecuencia de haber cruzado la barrera de tiempo que había colocado el gran señor en su último conjuro, el cual antes de hacerlo mencionó estas palabras "todo aquel que atraviese este espacio, su tiempo avanzará, por ser su sangre el vínculo Hiya".

Capítulo V: "El pasaje de luz"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario